A apenas unas semanas de que comience el curso, los estudiantes universitarios tampoco cuentan con un protocolo definido y concreto para la vuelta a clase en mitad de la segunda oleada de la pandemia. Y la reaparición del ministro de Universidades, Manuel Castells, este jueves, tampoco ha resuelto demasiadas dudas de la guía de recomendaciones que presentó el pasado martes, que no iba más allá del uso de mascarillas o de mantener las ventanas de las aulas abiertas, mientras que se amparaba en la autonomía universitaria para el resto de cuestiones.
Este jueves, en el marco de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas para analizar las medidas adoptadas para el inicio del cuatrimestre en la que Castells ha participado por la vía telemática -se sometió a una operación el pasado viernes-, el ministro no ha anunciado ningún tipo de medida y ha negado que exista un 'plan B' de actuación en caso que se produzcan contagios descontrolados.
"El plan B no existe. Consiste en sobrevivir en las condiciones en que podamos", ha admitido el titular de Universidades, para luego matizar que no se prevé un cierre total de estos centros como el que se hizo en el mes de marzo porque no hay "previsión" de un confinamiento generalizado como el de la pasada primavera.
El ministro ha apuntado que, en caso de que no se pueda garantizar la distancia de seguridad en las aulas, los alumnos deberán turnarse para asistir presencialmente o seguir la clase online aunque, de nuevo, ha trasladado esa decisión a los rectores universitarios.
Por otra parte, Castells sí ha hecho hincapié en que se está trabajando para derogar el reglamento de disciplina académica de los centros oficiales de Enseñanza Superior y Enseñanza Técnica, "un decreto franquista del año 1954, que es simplemente un atentado a los derechos humanos".
Culpa a Moncloa de su desaparición
El retorno de Castells no ha estado exento de polémicas. En concreto, ha aprovechado su turno de palabra esta mañana para calificar de "leyenda urbana" y de "campaña política interesada" su desaparición mediática, a pesar de que no comparece desde hace cinco meses -su última rueda de prensa fue a finales de abril- y de que su silencio ha colmado la paciencia de la comunidad universitaria.
Y no se ha quedado ahí. El ministro ha culpado al Gobierno de que no haya hecho acto de presencia ante los medios en mucho tiempo. "Esas comparecencias -las de Moncloa- las lleva la Secretaría de Estado de Comunicación en función de los temas de actualidad" y, durante meses, "el Gobierno ha tenido otras prioridades", añadía.
Además, ha asegurado "no tener la menor idea" de las informaciones que auguran que se esté fraguando su cese por parte del presidente del Gobierno, que le habría transmitido al vicepresidente Iglesias estas intenciones.
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