A principios de semana, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hacía una promesa a la cúpula empresarial de este país: habrá "estabilidad" y habrá Gobierno "en los 40 meses que quedan de legislatura", un compromiso para el que el Ejecutivo necesita inevitablemente unos Presupuestos "progresistas", pero "no excluyentes".
En Moncloa es de sobra conocido que, con el PP fuera de juego, las cuentas son muy ajustadas, y los equilibrios, complicados. Y dentro de la enrevesada aritmética parlamentaria, la mayoría de investidura -compuesta, entre otros actores, por Otegi y Rufián- se aleja cada vez más en favor de una fotografía impensable hace tan sólo unos meses: la de Pablo Iglesias e Inés Arrimadas sentados en la misma mesa de negociación.
Podemos ha aparcado su veto a la formación liberal a cambio de arrancarle a Sánchez más visibilidad y protagonismo en la tramitación del proyecto presupuestario -redactará el acuerdo mano a mano con la ministra de Hacienda, estará presente en las negociaciones y presidente y vicepresidente presentarán públicamente el borrador antes de enviarlo al resto de formaciones- y a Ciudadanos ya no le incomoda la presencia de Iglesias en un momento, defienden, en que "hay que dejar de lado las luchas partidistas".
Al final, es Sánchez quien llevará el timón de la redacción de un documento en el que prevé aparcar las reformas fiscales que exige Podemos y que se firmaron en el acuerdo de Gobierno entre los socios de la coalición, pero que ahora toca "modular", en palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, porque "no podemos ser ciegos a la situación económica" que deja el coronavirus y que hace imposible la tramitación de unos Presupuestos expansivos.
Los 140.000 millones en ayudas procedentes de Bruselas; el colapso de las cuentas públicas y, en general, el hundimiento económico que ha dejado la crisis del Covid en España son los motivos principales que hacen inviable, al menos a ojos del socio mayoritario del Gobierno, el hachazo fiscal y el aumento del gasto previsto para los Presupuestos de 2021. Sánchez apuesta además por aparcar la inclusión de otras exigencias de la formación morada, como la derogación de la reforma laboral del PP.
El Gobierno da por cerrado el apoyo de Cs
Sánchez no abandona el discurso del "diálogo" y de elaborar unos Presupuestos "transversales" con todas las fuerzas, pero al desmarque de Pablo Casado puede unirse muy pronto el 'no' definitivo de Gabriel Rufián, centrado en la campaña de las elecciones catalanas y cada vez más alejado de un Ejecutivo al que apoyó hace tan sólo unos meses. El veto en este caso no ha desaparecido: si está Ciudadanos en los Presupuestos, no estará ERC. Y viceversa.
La "predisposición" de Sánchez, en palabras de Inés Arrimadas, de transitar la vía de unas cuentas moderadas con Ciudadanos también la confirman en Moncloa donde, a su vez, dan prácticamente por cerrado el apoyo de los 10 diputados naranjas a unas cuentas que no reflejarán la subida fiscal prevista en el acuerdo entre PSOE y Podemos, lo que derriba una de las principales reticencias que había planteado la formación liberal.
La "mayoría de la alarma" blinda la legislatura
Arrimadas dio ayer un paso de gigante para garantizar la supervivencia del Gobierno de coalición en un momento, defendió, en que "hay que hacer cosas que no nos gusta hacer" porque "está en juego el futuro de España". La líder de la formación liberal deslizó ayer un órdago a Pablo Casado por no haber renunciado a "las luchas partidistas" ante unos Presupuestos excepcionales, "los más importantes de la historia de la democracia", dijo, que hay que negociar por "obligación moral" con todos los españoles que han sufrido -y sufrirán- las consecuencias de la pandemia.
Casado, por su parte, se desmarcó de la negociación de las cuentas porque "nunca la oposición ha apoyado unos presupuestos" y Sánchez ya tiene con los apoyos necesarios para sacarlos adelante. E hizo las cuentas en directo: 176 diputados asegurados, la mayoría exacta que necesita Sánchez para aprobar los Presupuestos.
De esta "mayoría de la alarma" formarán parte, si los cálculos del Ejecutivo se cumplen, los 155 diputados de PSOE y Podemos, los 10 de Ciudadanos, los seis del PNV, y los apoyos de fuerzas minoritarias como Más País, Coalición Canaria, el PRC, Teruel Existe o Compromís.
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