El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ha tramitado en los últimos cinco años más de 17.000 certificados profesionales de idoneidad, uno de los documentos necesarios para poder trabajar en el extranjero. Casi un 40 % de las solicitudes las presentaron facultativos de Madrid y Barcelona.
Los últimos datos ofrecidos por el CGCOM son los relativos a 2019. El pasado año, las peticiones ascendieron a 4.100, lo que arrojó un incremento del 16,31 % en relación con 2018 (3.525). Si la comparación se establece con 2011 (1.435), la cifra prácticamente se ha triplicado en los últimos ocho años.
El coronavirus ha puesto de manifiesto el déficit de médicos existente en España para poder hacer frente de forma óptima a la pandemia, con más de 682.000 casos positivos acumulados desde el inicio de la epidemia y al menos 30.904 fallecidos. Sólo en Madrid, la comunidad más golpeada por la covid-19, los sindicatos cifran en al menos un millar el número de facultativos que se necesitan en atención primaria para poder dar respuesta de forma adecuada a la crisis sanitaria.
El número de certificados de idoneidad es un termómetro que permite conocer cuántos profesionales se han planteado emigrar y desarrollar su carrera lejos de su país. Los colegios de Madrid (3.551) y Barcelona (3.088) son los que han tramitado más solicitudes desde 2015, según los datos facilitados por el CGCOM.
"Es verdad que muchos profesionales lo piden y al final no se van, pero es sin duda un signo de que el 30-40 % de los especialistas han valorado esa posibilidad. Y muchos prueban fortuna", explica el oftalmólogo andaluz Ignacio Guerrero, presidente de la Asociación Unión Médica Profesional (Unipromel).
Más que la retribución salarial, el psiquiatra Ricardo Angora -vocal de Empleo en funciones en la junta directiva del Colegio de Médicos de Madrid- sostiene que es el "desarrollo profesional" el factor que tiene más peso en la decisión de salir a ejercer la medicina fuera de España.
El 40 % de las solicitudes tramitadas en los últimos años son de médicos de Madrid y Barcelona
"Yo diría que la mejora de las condiciones laborales sería el primer motivo. El ratio paciente-médico, disponer de más minutos para cada consulta, tener tiempo para investigación, docencia y formación... Cuando termina su especialidad, el profesional busca un conjunto de mejoras desde el punto de vista de su desarrollo profesional", resume Angora.
De acuerdo con la VI 'Encuesta sobre la situación de la profesión médica', cuyos resultados dio a conocer el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos el pasado 22 de junio, la carga laboral/asistencial (65,2 %) es el principal motivo de insatisfacción entre los profesionales. Dicho sondeo también puso de manifiesto que la temporalidad en el sistema sanitario público español afecta a más del 36 % de los facultativos.
"El profesional busca estabilidad laboral para planificar su vida profesional. Este factor influye notablemente a la hora de tomar la decisión de salir a trabajar a otros países de la UE", añade Ricardo Angora. A la excelente formación y al prestigio de que gozan los médicos españoles se unen las necesidades de profesionales médicos existentes en el continente: unos 230.000 en 2020, recuerda este médico.
"En los últimos años se ha venido registrando un cierto equilibrio en España entre la oferta y la demanda. Pero la epidemia la ha roto, sobre todo en aquellas especialidades que están en la primera línea en la respuesta a la pandemia como atención primaria, pediatría, medicina interna, medicina intensiva o neumología", agrega.
Profesión "sacrificada"
En opinión de Ignacio Guerrero, muchos jóvenes que han terminado su formación especializada en España no se plantearían ejercer en el extranjero si se recompensara a una de las profesiones "más sacrificadas y abnegadas" mientras se "hace millonario a cualquiera deportista que ni siquiera es de élite, a cantantes o a gente que sale en televisión".
"No podemos retener el talento de jóvenes médicos, magníficamente formados. La sanidad privada tampoco les resulta atractiva cuando se paga diez euros por paciente en consulta de rendimiento neto o entre 150 y 200 euros por una intervención quirúrgica de tres horas. La única opción es quedarse para hacer turnos en la pública y complementarlo trabajando cuatro o cinco tardes en la privada. Te vas a cualquier país de Europa y lo ganas con un contrato de tres días", asegura Guerrero, al frente de una organización que defiende los intereses de los médicos de ejercicio libre en el sector privado.
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