"Victoria, victoria". Los seguidores socialistas se han sentido triunfadores desde el cierre de los colegios electorales. Antonio Costa esta vez sí ha ganado con un 36,6% de los votos (106 escaños de los 230 de la Asamblea de la República). Las elecciones en Portugal se han planteado como un plebiscito sobre la gestión del líder socialista al frente del gobierno desde 2015, cuando dio un golpe de timón al lograr el apoyo del Bloque de Esquerda y la coalición de Partido Comunista y Verdes para derrotar en moción de censura al conservador Pedro Passos Coelho.
Pasada la medianoche en Portugal, una hora más en España, ha salido a disfrutar con los suyos del triunfo. Ha confiado que en próximas convocatorias la abstención sea cada vez menor. "Asumimos el encargo de los portugueses con determinación y alegría", ha señalado António Costa.
"El PS aumentó y ganó en votos. Aumentó y ganó en mandatos. Tiene diputados en todos los distritos electorales. Somos un gran partido nacional", ha añadido Costa, quien ha destacado cómo los portugueses han votado por la continuidad, es decir, por cuatro años más de geringonça (apaño o chapuza, en portugués). Es decir, va a trabajar por conseguir el apoyo externo del Bloque y comunistas y verdes como en la legislatura que acaba de concluir.
Los socialistas liderados por António Costa, nacido en Lisboa en 1961, han logrado el 36,6% de los votos, con el 98,8% escrutado. Serán al menos 106 diputados de los 230 de la Asamblea de la República. Sus apoyos en estos cuatro años, el Bloque (Podemos a la portuguesa) tiene un 9,6% (19 escaños). Su otro respaldo, comunistas y verdes (PCP-PVP) obtiene el 6,3% (12 diputados). El número mágico de la mayoría es 116. Los socialistas suman mayoría con una de las dos fuerzas.
A los portugueses les ha gustado la 'geringonça' y quieren que se mantenga con un Partido Socialista más fuerte", dice Costa
Costa ha calificado de "una gran derrota histórica" los resultados de la derecha, Partido Socialdemócrata y democristianos del CDS. A su vez, ha señalado que "los partidos que apoyaron al PS han consolidado sus logros y el PAN ha obtenido más apoyos". En resumen, Costa ha destacado que "a los portugueses les ha gustado la geringonça y quieren que se mantenga, con un Partido Socialista más fuerte".
Ha insistido en la necesidad de la estabilidad para afrontar una situación internacional difícil. A su vez ha prometido luchar contra la desigualdad, la corrupción, contra el cambio climático y la violencia de género. También ha evocado la necesidad de una Europa fuerte.
Van a exigir el Bloque y los comunistas y verdes a los socialistas condiciones como la subida del salario mínimo y contrataciones en sanidad, por ejemplo. Pero especialmente los comunistas han perdido apoyos, de modo que tampoco cuentan con gran fuerza para exigir a los socialistas.
Costa puede negociar con los dos de nuevo, o con uno de ellos solamente. O también podría contar con los animalistas del PAN, que han multiplicado por cuatro sus votos de 2015. Ha superado el 3% de los votos. De un solo diputado pasará a contar con cuatro diputados.
El conservador Rui Rio evita la hecatombe
Segundos han quedado los conservadores (Partido Socialdemócrata) liderados por Rui Rio tendría entre un 27,8% (75 diputados). En 2015 fue la fuerza más votada con un 37,8% de los votos, pero su líder Pedro Passos Coelho finalmente no pudo gobernar debido a que el frente de izquierdas contaba con más apoyos y le derrotó por medio de una moción de censura.
Rui Rio, que lidera a los conservadores del PSD desde hace año y medio, quien fuera alcalde de Oporto entre 2002 y 2013, ha felicitado al Partido Socialista por "la victoria alcanzada en estas elecciones". Ha atribuido los méritos de los socialistas a una coyuntura internacional favorable.
Al mismo tiempo ha señalado que la aparición de nuevos partidos a la derecha del PSD ha perjudicado a los conservadores tradicionales. "No nos hemos hundido", ha señalado Rio, quien ha destacado cómo la mayoría de los sondeos se han equivocado. "No hubo hecatombe".
Los democristianos del CDS-PP, el partido más a la derecha en la Asamblea hasta ahora, obtienen un 4,2%, con cinco escaños, su peor resultado desde 1991. La líder del CS, Assunçao Cristas, ha anunciado su retirada.
Estas elecciones suponen una derrota histórica de la derecha", señala Catarina Martins, líder del Bloque, tercera fuerza política
La líder del Bloque, Catarina Martins, ha declarado que su formación está dispuesta a negociar con Costa, a quien ha felicitado por su victoria. A su vez, ha subrayado: "Estas elecciones suponen una derrota histórica de la derecha".
La gran revelación ha sido el Partido Personas Animales y Naturaleza, encabezado por el diputado André Silva, que ha desplegado una actividad frenética en el Parlamento en este mandato. El PAN tendrá cuatro diputados. Entra por primera vez en la Asamblea Parlamentaria la Iniciativa Liberal, creada hace apenas dos años y liderada por Carlos Guimaraes Pinto.
La sorpresa ha sido que la ultraderechista Chega! (Basta), liderada por André Ventura, ha conseguido un diputado por primera vez en la historia de la democracia portuguesa. Hasta ahora Portugal era la excepción europea, sin ultraderechistas en su Legislativo. La campaña de Chega se ha basado en la lucha contra la corrupción. También entra en la Asamblea otro grupo, los ecosocialistas de Livre (en portugués) cuyo portavoz es Rui Tavares.
Elevada abstención
A pesar de los dramáticos llamamientos al voto, como el que ha realizado el presidente, el carismático Marcelo Rebelo de Sousa, la abstención ha sido notable. No ha llegado al récord de las europeas, cuando rozó el 70%, pero ha sido decepcionante.
"No votar es perder la posibilidad de quejarse o contestar", ha dicho Rebelo de Sousa en su alocución. En 2015 la abstención fue de un 44%. Este domingo ha llegado al 45,5%.
"Les pido algo muy sencillo: por convicción, por confianza, por rechazo, por realismo, sea cual sea el motivo de su voto, no dejen de votar. Son cuatro años de vuestra vida, de nuestra vida. Son cuatro años decisivos en la vida de Portugal", ha declarado el presidente.
Es cierto que con la crisis económica en ciernes, a punto de ejecutarse el Brexit y con Trump al acecho esgrimiendo la guerra comercial contra toda potencia rival la voz de los ciudadanos se hace más necesaria que nunca. En Portugal y en España.
Hace cuatro años los socialistas quedaron segundos con un 32% de los votos y 86 diputados, 30 menos de la mayoría absoluta. Fue entonces cuando se fraguó una alianza llamada geringonça (apaño, en traducción libre). Los dos frentes de izquierda, Bloque (parecido a Unidas Podemos) y comunistas con verdes, decidieron apostar por dar luz verde al socialista António Costa.
Contra pronóstico, la geringonça se ha traducido en estabilidad. En la campaña electoral, Costa ha esgrimido el miedo a un escenario a la española para animar a que los ciudadanos portugueses le dieran su voto. Estabilidad portuguesa frente a bloqueo político español.
Felicitación de Pedro Sánchez
La estrecha relación de António Costa y Pedro Sánchez no le ha impedido aludir a cómo los vecinos españoles van camino de votar cuatro veces en cuatro años. Sánchez y Costa llevan caminos paralelos. Fueron elegidos en 2014 al frente de sus partidos, de los pocos socialdemócratas en Europa que encabezan los resultados en las urnas.
Sánchez ha felicitado con un tuit a los socialistas portugueses y a su líder, António Costa. "La sociedad portuguesa vuelve a elegir estabilidad, igualdad y justicia social... Sigamos trabajando por una Europa más justa. Parabéns".
Sin embargo, Costa, de quien elogian su talante negociador, ha logrado que los partidos situados a la izquierda del Partido Socialista portugués le dieran su respaldo, sin sentarse en el Gobierno. Ya le habría gustado a Sánchez semejante regalo para evitar la vuelta a las urnas el 10-N.
El gobierno de Costa ha conseguido en estos cuatro años lo que muchos han calificado de "milagro portugués". Ha elevado la renta disponible de las familias en unos 4.000 euros.
Ha reducido el desempleo a la mitad, del 12 % al 6,3 % . Ha subido el salario mínimo de 500 a 600 euros. Ha rebajado el déficit y la deuda. El crecimiento en 2018 fue superior a la media europea, con un 2,4 % . Ha aplicado la llamada austeridad de izquierdas con cierto éxito.
En comparación con España, hay que tener en cuenta que Portugal cuenta con una población de 10,8 millones de habitantes, casi cinco veces menos que España. La emigración funciona como válvula de escape en momentos de crisis.
Ayuda mucho a su estabilidad que no están representados en el Parlamento partidos nacionalistas ni independentistas. Las formaciones nacionalistas están prohibidas en la Constitución.
Aunque nos parezca un milagro, en Portugal la alianza de la izquierda ha superado estos cuatro años sin luchas fratricidas.
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