De Putin a Putin. Es el cambio gatopardesco que está en marcha en Rusia. El zar del siglo XXI, Vladimir Putin, que lleva dos décadas en el poder, termina su mandato en 2024. Previsor él, ya está orquestando una peculiar transición hacia esa nueva etapa en la que Putin será de nuevo, probablemente, primer ministro. La Constitución se va a reformar para dar más poder al Parlamento, que será quien designe al jefe del gobierno.
Vladimir Putin, de 67 años, ha anunciado sus planes en el discurso anual ante las dos cámaras de la Asamblea Federal (Parlamento ruso). Inmediatamente después el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, ha anunciado la dimisión del gobierno "para brindar al presidente la oportunidad de tomar todas las decisiones necesarias". Ha aludido al artículo 117 de la Constitución, que establece precisamente que corresponde al presidente aceptar o no la salida de los miembros del Gobierno.
Medvedev asumirá un nuevo puesto como vicepresidente del Consejo de Seguridad del Kremlin, pero seguirá en funciones hasta que se designe un nuevo gabinete. "La transición está en marcha y Medvedev es alguien con quien no se quería seguir contando. Estaba totalmente desprestigiado desde tiempo. Debería haberse ido después de las elecciones de 2018. Ahora han encontrado un puesto para él. Llevarán caminos separados", explica Tatiana Stanoyava, fundadora de la empresa de análisis Politik al Financial Times.
Mishustin, sucesor de Medvedev
A Medvedev le sucederá como primer ministro Mijail Mishustin, de 53 años, que estaba a cargo de la Oficina de Recaudación de Impuestos. Ha trabajado en el Gobierno desde 1998 pero hasta ahora había estado en segunda fila. La candidatura se examinará mañana jueves.
Putin ya fue primer ministro entre 2008 y 2012, después de su primera etapa como presidente. En ese momento no podía aspirar a la reelección y optó por esa vía para mantenerse en el poder. Este mes de enero se han cumplido 20 años desde que en un golpe de efecto teatral el debilitado Boris Yeltsin dimitió como presidente de Rusia, convocó elecciones en tres meses, y nombró como presidente interino a un ex coronel del KGB llamado Vladimir Putin.
Había crecido como político en el Ayuntamiento de San Petersburgo. Vivió la caída del Muro de Berlín en Dresde, donde trabajaba para el KGB. Dos décadas después, Putin, que estará al frente del Kremlin hasta 2024, no está dispuesto a jubilarse. El zar está dispuesto a que se celebre un referéndum sobre estos cambios constitucionales.
Ese referéndum podría celebrarse en 2021, coincidiendo con las elecciones legislativas. "Hay un deseo de cambio en la sociedad rusa y las personas están listas para asumir esta responsabilidad", ha señalado Putin. El objetivo es reforzar debilitar el poder del presidente, justo cuando Putin deje de ser presidente. Ganará poder la Cámara Baja que designará al primer ministro y al gabinete y la Alta confirmará a los responsables de los servicios de seguridad y de los jueces.
Entre los cambios que van a introducirse habrá una cláusula dirigida a impedir que poderosos rivales tengan opciones de alcanzar la Presidencia. Será necesario haber residido en Rusia de forma permanente al menos 25 años. Tampoco pueden tener otra nacionalidad ni permiso de residencia en otro país. Habrá un máximo de dos mandatos consecutivos.
Con algunas de estas premisas Putin elimina la posibilidad de que disidentes que están en el exilio tengan opciones políticas en Rusia. La Constitución rusa tendrá prioridad sobre la ley internacional, lo que implica que Moscú podrá eludir el cumplimiento de sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
La principal conclusión del discurso de Putin: qué ilusos fueron aquellos que creían que Putin se iría en 2024", dice el opositor Alexei Navalny
"La principal conclusión del discurso de Putin: qué ilusos fueron aquellos que creían que Putin se iría en 2024", ha dicho Alexei Navalny, la figura más emblemática de la oposición rusa. Putin, que ya lleva dos décadas al frente de Rusia, es el líder que más tiempo ha dirigido el país de los zares desde Stalin.
En su intervención, Putin ha reconocido que los rusos hacen frente a tiempos difíciles, de modo que ha anunciado un gasto extraordinario en bienestar infantil, mejora de los salarios públicos y comedores escolares gratuitos. Anton Siluanov, ministro de Finanzas, ha evaluado los costes de estas mejores sociales entre 6.500 millones y 8.100 millones, es decir, cerca de un 4% del PIB.
En su discurso anual, en diciembre pasado, Putin ya se refirió a los necesarios cambios constitucionales que pretendía poner en marcha. En especial se refirió a impedir a futuros presidentes estar en el poder más de dos mandatos.
En 2024 Putin habrá sido presidente durante cuatro mandatos. De hecho, el presidente que suceda a Putin tendrá mucho menos poder que Putin con lo que se diluya la importancia de quién será su sucesor, fundamentalmente porque solo Putin sucederá a Putin.
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