Él es uno de los candidatos a la presidencia del Gobierno y según las últimas encuestas, no precisamente el que parte con más opciones. Pero a pesar de ello, ha tenido la habilidad de colocarse en una posición central; cuando todas las miradas parecería que debieran mirar en mayor medida a otros que hipotéticamente parten mejor colocados, el papel de Albert Rivera como líder del partido que aspira a ser el eje de la centralidad y a tener la llave de todas las futura combinaciones de gobierno es nuclear.
Gran competidor y deportista de elite, su libro favorito es el factor humano de John Carlin. Desde cuando entró en política ha hecho de ambición, valentía e inteligencia emocional sus puntos fuerte. Como gran esponja ha interpretado su vida como un largo viaje de aprendizaje y experiencia. Tiene como frase de cabecera una de Victor Hugo: “No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo”. Sus personajes históricos favoritos son Abraham Lincoln, Martin Luther King y John F. Kennedy. Unos héroes de la democracia en el espejo de los cuales ha forjado su pasión por la política.
En esta charla, comparte sus impresiones de urgencia con quien firma esta entrevista y con los lectores de El Independiente. Habla, sin pelos en la lengua, de la crisis en Cataluña, de cómo prevé darle la vuelta a los sondeos, de su voluntad de formar un gobierno que desbloquee la parálisis que sufre España o de hacerlo lealmente desde la oposición, si así le toca... Pero sobre todo habla de sus sueños, de sus ilusiones, que no son otras que conseguir recuperar la convivencia en Cataluña y que España afronte por fin las reformas que pongan en marcha a este gran país. Hoy tengo el gusto de tomar mi café con Albert Rivera.
Pregunta.- Señor Rivera, últimamente, uno de los paseos más bonitos por Madrid es hacerlo al lado de la sede de Ciudadanos. En una de sus fachadas hemos visto reflejada la victoria de España contra Malta, aquel memorable 12-1; hemos visto también foto de su performance con Lucas, una de las más comentadas de toda la campaña; y otra que a mí me ha gustado especialmente: su foto de niño con la camiseta Citizen, de ciudadano. ¿Se sentía ya ciudadano desde que era niño?
Respuesta.- Sí, fue un poco premonitoria, aunque la realidad es algo más prosaica. La verdad es que mis padres eran comerciantes y tenían tiendas; vendían relojes, electrodomésticos... y Citizen en aquella época era una marca muy conocida. Esa camiseta que no era más que una marca cuando yo tenía cuatro o cinco añitos, hoy se ha convertido en una premonición: liderar un partido que entonces no existía y que se llama Ciudadanos. La realidad es que, a la gente, y así me lo han comentado muchos en los últimos días, nuestra campaña sea en positivo y busque lo mejor de cada uno de nosotros, nuestra infancia, nuestras aficiones. Hoy se veía a alguien en una moto o el otro día algunas de las mejores cosas que han pasado en España, como remontadas deportivas. A esta campaña y a este país le hacen falta en estos momentos orgullo y sentido de Estado, pero también sentido del humor.
P.- Orgullo y sentido del humor como el que ha demostrado usted en el reciente debate, en el que se le ha percibido como uno de los pocos a los que les gusta debatir, porque entre el adoquín y el rollo de papel desgranando las cesiones a los independentistas por parte del PP o del PSOE, creo que usted se lo ha pasado muy bien en ese debate.
R.- Yo vengo de ahí. Quedé campeón universitario de España, pero aparte de eso creo que debatir es sano para la democracia. A mí me hubiera gustado incluso que hubiera habido un segundo, como la otra vez, pero Pedro Sánchez y Pablo Casado no quisieron... se ha visto que al bipartidismo y en especial a Sánchez no les gusta mucho debatir. Yo lo que eché en falta el otro día es tener un presidente de Gobierno en funciones que sí que quiera debatir. Había momentos, muchos, que no se sabía si estaba resolviendo un crucigrama o haciendo otra cosa porque no respondía a las preguntas. Es verdad que eso lo dificultó un poco, pero en todo caso yo debatí con Casado, debatí con Sánchez, debatí con Abascal, debatí con Iglesias... creo honestamente que sí intenté contraponer y proponer en consonancia con lo que es un debate que no es una sucesión de monólogos sino un contraste entre candidatos que es lo que traté de hacer.
P.- Usted sabe que yo soy un apasionado de los debates americanos y como se puede figurar el del día 4 no me gustó absolutamente nada porque estamos tan lejos de un formato de los que te permiten expresarte con réplicas, con preguntas, o incluso cara a cara. Creo que aún estamos muy lejos en este país de ver debates realmente de altura y que permitan a los ciudadanos hacerse una idea clara del nivel de los políticos que tienen en frente. En cualquier caso, ¿Usted cree que se ha dejado algo no dicho en ese debate? Me refiero a algo que considere fundamental para esa remontada que quieren llevar a cabo el próximo domingo, 10 de noviembre.
R.- Yo sí que lo dije, aunque no sé si quedó suficientemente claro en los medios al día siguiente. Hay que ser útiles a España en la oposición o en el Gobierno y fui el único que mantuvo y sigue manteniendo que a mí, me encantaría cambiar al gobierno de España, como ya gobernamos en Madrid, en Andalucía, en Castilla y León o en Murcia, en estas coaliciones de gobierno entre Ciudadanos y el Partido Popular, pero si no somos capaces porque los españoles no nos dan mayoría, en la oposición la pregunta clave es, ¿qué va a hacer usted? El otro día Casado nos dijo que iba a bloquear, que iba a ser bloqueador como Sánchez si no era él el presidente. Abascal dijo lo propio y Sánchez dijo lo mismo. Por tanto, si estamos en esta situación, si repetimos elecciones, la pregunta clave es, ¿qué vamos a hacer para sacar este país adelante? Yo propongo gobernar en coalición si sumamos, pero si no sumamos, plantear una serie de reformas a cambio de un Pacto de Estado para desbloquear España.
Yo propongo gobernar en coalición si sumamos, pero si no sumamos, plantear una serie de reformas a cambio de un Pacto de Estado para desbloquear España
P.- Sus mensajes de los últimos días se resumen en 'Si, se puede' y en la idea de que es posible la remontada. Remontada desde unas encuestas que, las más tremendas, les dan entre 17 y 18 escaños. Pero también hablan ustedes de ese par de puntos más de porcentaje que pueden llevar a doblar esa cifra de escaños. ¿Consideran que es posible?
R.- Sí, porque ya lo hemos hecho. No es un deseo, es una realidad que se materializó en las andaluzas, y fue porque Ciudadanos creció dos puntos en la última semana de campaña. Pasamos de un 15 o 16 por ciento de intención de voto a un 18. Ello nos permitió sumar y conformar una alternativa. Lo mismo ocurrió en las últimas elecciones generales en las que, aunque parece que se olvida muy pronto, Ciudadanos estaba dos o tres puntos por debajo del resultado final que fue prácticamente de un 16 por ciento y conseguimos remontar, crecer y prácticamente superar al PP, también en la última semana. Si pudimos en la última semana en Andalucía y si pudimos el 28 de abril, ahora también se puede. A todos los moderados, liberales, centristas, gente valiente y sensata que duda entre quedarse en casa o votar a Ciudadanos, yo les pido que lo vuelvan a hacer. Que los moderados tenemos que movernos igual o más que los extremistas. Los del centro debemos movernos más que los rojos o los azules. Los que queremos lo mejor para España tenemos que desbloquear porque si no, este país está condenado al bloqueo y al fracaso.
P.- Usted ha hablado de la necesidad de la aplicación de un 155 fuerte en Cataluña para que se pueda sacar de la presidencia de la Generalitat a Torra que está gobernando solo para los separatistas. ¿Esta firmeza les dará réditos electorales?
R.- Yo lo hago en primera persona, como barcelonés, como catalán y como español. Todo el mundo sabe que la unidad de España, la igualdad y la hermandad entre los españoles no la defiendo a nivel electoral, sino que lo hago como una creencia. Me metí en política justamente por eso. Creo en una España unida, en una España moderna y en una España fuerte. Torra es hoy una amenaza para la convivencia en Cataluña. No lo digo yo; las investigaciones judiciales del caso Judas que vamos conociendo apuntan directamente a Torra como el instigador de los violentos, y que incluso pudiera haber ordenado la toma del parlament en una hipotética independencia. Cuando tienes un presidente autonómico que en vez de proteger a las familias y a los ciudadanos protege y apoya a los violentos hay un problema muy grave. Propongo que lo más moderado que se puede hacer hoy es aplicar la Constitución y defender a los siete millones de personas y a todas las familias que viven en Cataluña, y de paso a toda España. Los españoles están muy cansados de Torra. Cuando le quitemos y tengamos un presidente que respete las leyes y la convivencia, creo que podremos recuperar esa convivencia en Cataluña. Pongo un ejemplo fundamental: la convivencia es un intangible; no se contabiliza en números ni tiene dinero detrás, pero es lo más importante en una sociedad. Cuando se pierde es como cuando se va la luz, solo queda la oscuridad. Hay que recuperar la luz en Cataluña y en toda España y ello implica coraje y valentía en las decisiones... y además, hacerlo unidos, como le pido a Pedro Sánchez. En definitiva, si podemos gobernar a partir del 11 de noviembre, me comprometo a recuperar la convivencia en Cataluña aplicando la Constitución y remar juntos de una vez en la misma dirección.
Los españoles están muy cansados de Torra. Cuando le quitemos y tengamos un presidente que respete las leyes, creo que podremos recuperar esa convivencia en Cataluña
P.- ¿Ilegalizar los partidos independentistas es una solución o un paso hacia la solución, vista la declaración aprobada el jueves por la Asamblea de Madrid?
R.- La propuesta es muy clara. Ya sean entidades civiles, partidos políticos o cualquier ente jurídico que justifique o no condene la violencia o incluso incite a ella contra otros partidos o contra otras ideologías por pensar distinto, no pueden recibir dinero público o incluso pueden estar incumpliendo la Ley de Partidos. La Ley de Partidos que ya se aplicó en el País Vasco establece que estos tienen que condenar la violencia y no pueden instigarla ni recurrir a ella. Me parece el ABC de la democracia. Un partido no puede gestionar a la vez democracia y violencia. Le pongo un ejemplo que he sufrido en mis carnes: la CUP, que es un partido que recibe dinero público en Cataluña, montó un acto el otro día en 'Nou Barris' coincidiendo con una visita mía en el que acabaron tirando piedras y botellas a la furgoneta en la que íbamos y tuvimos que salir escoltados por la policía. Hubo dos detenidos. Propongo por tanto que los violentos no reciban dinero público y que no puedan hacer política si no respetan la convivencia.
P.- En las últimas semanas, o mejor dicho, desde siempre hemos visto declaraciones por parte de dirigentes de Vox algo desafortunadas por no decir inaceptables para la mayoría. Ciudadanos siempre ha sido muy progresista en cuestiones sociales y yo le pregunto, puesto que ustedes se apoyan en Vox en algunas comunidades, cómo pueden aceptarlas y convivir con ellos.
R.- Así es. Un partido liberal y uno conservador podemos compartir una misma concepción sobre la unidad de España, pero tenemos políticas de familia y políticas sociales muy distintas, antagónicas prácticamente. Gobernamos en Andalucía y en Madrid donde se hacen políticas en favor de la igualdad entre hombres y mujeres o del colectivo LGTBi y lo hacemos contra la voluntad de Vox que por eso está fuera de esos gobiernos. Por eso creemos que es más lógico un gobierno entre Ciudadanos y el PP que uno tripartito. Creo que esas políticas tienen que dar pasos adelante y no hacia atrás. Le pondré el mismo ejemplo que puse el otro día en El Hormiguero: El señor Abascal dijo que las parejas homosexuales no debían adoptar hijos y yo en eso discrepo profundamente; yo quiero ser presidente de todas las familias. El otro día estuve en Valencia con una pareja de homosexuales que habían tenido un hijo por gestación subrogada, con otra monoparental, con otra numerosa... a mí me da igual cómo se llame cada familia o el adjetivo que tenga. Para mí una familia es un hogar con mucho amor, todas deben tener el mismo trajo: un trato justo y un trato digno. Quiero ser el presidente que consolide el derecho a tener una familia de todos los colectivos, más allá de sus opciones sexuales o sus circunstancias, da igual que sean madres solteras, o pertenezcan al colectivo LGTBi o lo que sean. En España existe el derecho a trabajar, el derecho a formarse, el derecho a la educación, pero no existe el derecho a formar una familia. Yo quiero ser el presidente que consolide el derecho a formar una familia para todos los colectivos.
P.- Hemos visto en Barcelona, durante los recientes disturbios, ataques a periodistas que ejercían su derecho a informar. También hemos visto estos días a Vox poner en sus listas negras y vetar a periodistas y a algunos medios. ¿Estamos asistiendo a una regresión en cuanto a la libertad de expresión y de información?
R.- No hay democracia sin periodismo. Una de las primeras libertades a reivindicar en el mundo es la libertad de prensa y de información. Señalar como hacen los comandos independentistas a periodistas, sobre todo catalanes, que no son separatistas, como hacen siempre con los catalanes que queremos ser españoles, como hacen con mi propia madre o a jueces, a fiscales, a funcionarios, a Guardias Civiles, a Mossos, demuestra que el separatismo es incompatible con la democracia. Respecto a Vox, serán ellos los que tengan que dar explicaciones de por qué temen que un periodista pueda entrar en un acto y cuente lo que ve. Nosotros ofrecemos señal de nuestros actos, pero también permitimos que la dé cualquier periodista. Mientras respeten la ley y la democracia es suficiente. La democracia necesita un periodismo fuerte.
Propongo por tanto que los violentos no reciban dinero público y que no puedan hacer política si no respetan la convivencia
P.- Ha sido muy criticada la declaración del presidente en funciones dando a entender la dependencia de la Fiscalía del Gobierno de España. Ustedes, como no puede ser de otra manera, no se muerden la lengua en la crítica.
R.- La prueba de la irresponsabilidad que cometió Sánchez el miércoles es que la defensa de Puigdemont ya ha señalado que usará estas palabras del señor Sánchez para defenderse de la Euroorden y no tener que dar explicaciones ante la justicia española. Cuando quien ha intentado romper España, ha declarado la independencia, el que ha provocado un problema de Estado y ha cometido delitos de la magnitud de los que estamos hablando utiliza las declaraciones de un presidente para defenderse convierte a este, en vez de una solución, en parte del problema. Sánchez, al final, puede estar echando por tierra el trabajo de dos años de fiscales, de abogados del Estado, de jueces y de muchos funcionarios que se han dejado la piel y han arriesgado su vida, con amenazas de muerte, por defender la democracia y la justicia. Son declaraciones muy desafortunadas y suponen una irresponsabilidad. Nadie puede confundir ni a su partido ni a él mismo con el Estado. El Estado somos todos, el Estado es España y es que el que defienden los ciudadanos y los funcionarios que creen en el Estado de Derecho. Él ha demostrado que cree que el Estado es solo él.
P.- ¿Si en las pasadas elecciones el candidato del PSOE hubiera sido una persona diferente a Sánchez ustedes, Ciudadanos, ¿podrían haber gobernado con el PSOE?
R.- Es una especulación y mirar al pasado, pero le digo una cosa: los pactos de Sánchez con los separatistas, el trato sectario de Sánchez a los votantes de Ciudadanos y, por qué no decirlo, a los del PP, su política de que España 'es una nación de naciones', su política de privilegios y agravios, o las de subidas de impuestos, representan un paso atrás y un giro con respecto al PSOE que habíamos conocido durante décadas. Es verdad que Ciudadanos mantiene algunos acuerdos con los socialistas en algunos ayuntamientos o en alguna comunidad, pero Sánchez fue quien dejó claro que con Rivera no y que su socio preferente eran los nacionalistas vascos y catalanes y los separatistas, además de Podemos. El mismo se ha autodescartado y nos ha puesto ese 'cordón' a Ciudadanos y al PP. Pero el 10-N le pueden dar una lección a Sánchez y decirle: 'Así no. No se pueden repetir elecciones cada vez que quieras y no nos hemos equivocado al votar. Con lo que hay, te tienes que poner de acuerdo y dialogar con la oposición'. Si soy presidente del Gobierno, si lo quieren los españoles, me comprometo a llama ar a los principales partidos de la oposición, a los constitucionalistas, o bien para formar gobierno con el PP o para llegar a acuerdos de Estado si el PSOE pasa a la oposición. Uno demuestra que tipo de persona y de político es, no solo cuando tiene mayoría sino cuando tiene que llegar a acuerdos con los que piensan distinto.
P.- Le pido ahora algo de autocrítica. ¿Se arrepiente de alguna de sus decisiones de estos últimos meses?
R.- Seguramente porque me equivoco muchas veces a diario, como ser humano que soy. Pero tengo claro que todos tenemos que pensar qué podemos hacer distinto a partir del 11 de noviembre. Lo importante no es lo que pase el 10, sino a partir del día 11. Si soy presidente me comprometo a formar gobierno en un mes si podemos formar un gobierno de coalición y si no me dan la confianza los españoles, desde la oposición también me comprometo a remar por España y a mantener diálogo y una mesa de negociación sobre las reformas necesarias con quien salga elegido. Este es el momento de mirar hacia el futuro y lo mejor que podemos hacer es desbloquear España. Los españoles no se merecen esto. Los españoles se levantan cada día para crear empresas, para trabajar, para llevar a sus hijos al colegio y para llegar a final de mes o administrar su pensión. Ellos sí que han cumplido y ahora nos toca a nosotros. Yo, como candidato, sí que tomo nota de todo eso y me comprometo a poner España en marcha, desde el gobierno o desde la oposición.
Si los moderados no acudimos a las urnas, nos quedaremos sin tener esa llave para el futuro de España, nos quedaremos sin ser decisivos
P.- Pues a propósito de sueños, permítame para terminar que le pregunte por su vida personal. ¿Cómo se lleva ser pareja de una persona más famosa o no sé si más exitosa que usted, en este caso en el mundo de la música y el arte?
R.- En este caso, soy yo el afortunado de estar con una gran mujer y profesional como ella.
P.- Para terminar del todo; dígame algo que quiera remarcar a los españoles y aún no haya dicho suficientemente…
R.- Quiero dirigirme a todos los españoles, pero sobre todo a todos los que están indecisos, a los que votaron a Ciudadanos y ahora dudan entre si ir a votar o no, que es importante que los moderados se movilicen. Hemos visto a los extremistas, a los que gritan e insultan… esos quieren que los moderados no vayamos a votar para ganar más protagonismo en la vida española. Si los moderados no acudimos a las urnas, nos quedaremos sin tener esa llave para el futuro de España, nos quedaremos sin ser decisivos. España necesita grandes dosis de sentido común, de respeto, de mirar al futuro más que al pasado… por eso pido a todos los que confiaron en Ciudadanos el pasado 28 de abril que vuelvan a hacerlo para que los moderados sean, nunca mejor dicho, los que moderen la política española.
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