¿Es el amor biología, química o psicología? Desde que las cosas no van bien en la sociedad, junto con todos los cambios que ha acrecentado el Covid-19, el género de las distopías es más que recurrente. Basado en el libro homónimo de John Mars, nos adentra en un futuro no muy lejano. Tras una serie de investigaciones, podremos encontrar, gracias a una simple prueba de ADN, a nuestra pareja ideal, a nuestro match perfecto, ese para el que estamos diseñados genéticamente.
A través de ocho capítulos de estreno el próximo 12 de marzo, esta producción británica de Netflix nos sumerge en un Londres menos distópico del que se plantea con la trama. La persona de la que estamos genéticamente predispuestos a enamorarnos perdidamente se podrá encontrar en un futuro no muy lejano. Por muy buena que sea nuestra relación de pareja, ¿Quién puede decir sin faltar a la verdad que no ha pensado si hay alguien mejor en alguna parte? ¿Y si una muestra de pelo es todo lo que necesitas para encontrar a esa persona? La idea es simple, pero sus consecuencias son explosivas. Nunca más volveremos a ver el amor y las relaciones de la misma manera.
Un crimen al descubierto
Rebecca (Hannah Ware) es una ambiciosa e impulsiva CEO, fundadora de MatchDNI, la empresa encargada de emparejar a las personas con sus almas gemelas a escala mundial. "Siempre pensé que habría alguien perfecto para mí, nos merecemos nuestro propio cuento de hadas", afirma Rebecca en un discurso. Al mismo estilo con el que se anuncia el nuevo de iPhone, con el eslogan de "Quién es él o ella", la cabeza de la firma lo ejemplifica relatando a la audiencia el divorcio de sus "infelices padres" cuando ella era pequeña.
En una sociedad metida de lleno en las relaciones líquidas, la hipersexualización y la actitud infantil hacia el compromiso esta serie marca un antes y un después en las distopías. Según se plantea, con MatchDNI el resto de aplicaciones de ligar quedarían obsoletas. Además, ¿No es tentador tener al alcance de un simple pago tu media naranja? Tras meses investigando con James (Dimitri Leonidas) y Ben (Amir-El Masry) la genética de las hormigas, descubren un patrón que las hace emparejar.
Al margen de este hallazgo revolucionario, todo arranca con la aparición del cadáver de Ben en el río Támesis meses después de su muerte. Más allá del crimen, desde el primero momento queda claro que Rebecca oculta algo. Para ello cuenta también con la coartada de Ben, quién tras participar activamente en la fundación de MatchDNI decide mantenerse al margen y alejarse todo lo posible de lo que haya podido suceder con el suicidio de su amigo. Asimismo, parece ser que Rebecca no se convierte en un monstruo narcisista de la noche a la mañana.
Un monstruo no nace, se hace
El hilo narrativo de la serie está lleno de flashbacks. Estas idas y venidas entre el pasado y el futuro son esenciales para entender lo que está pasando en el presente, cuando Rebecca está al mando de MatchDNI y Ben ya ha muerto. Una vez descubrieron los componentes genéticos necesarios para el emparejamiento entre humanos, decidieron ponerlo a prueba. Rebecca viajó a España, en Tenerife se encontraba el match de su vida. Tras irse conociendo y enamorarse, Rebecca opta por volver a Reino Unido dedicar todo su tiempo a este prometedor proyecto.
La empresa del match se catapulta al éxito y el triángulo amoroso entre Ben, Rebecca y James se hace más que evidente. Algo que pondrá entre la espada y la pared a la protagonista antes de que se suceda el aparente crimen. Mientras tanto, Kate (Zoë Tapper), una inspectora de la Policía Metropolitana se muestra bastante escéptica con todo lo que rodea al aparente asesinato de Ben Para ello cuenta con la ayuda de Nick (Gregg Chillin), su compañero de investigación ¿Qué información tenía? ¿Qué pretendía hacer con MatchDNI antes de perder su vida?
A esto se le suma que Kate es usuaria de MatchDNI y la chica de sus sueños se encuentra en Barcelona. Tras acudir a Londres a conocerse, la española resulta fatalmente herida en un accidente de autobús y termina en coma. Al hospital viaja su mujer, a quien ocultaba que utilizaba la innovadora app. Ambas comenzarán una relación de amistad a la espera de que su amada se despierte. A través de trascendentales conversaciones, hundirán al espectador en un debate sobre la concepción de las relaciones.
Bisexualidad, poco tratamiento en ficción
En esta historia también están el matrimonio formado por Mark (Eric Kofi Abrefa) y Hannah (Lois Chimimba), quién pagará a MatchID por saber quién es la pareja ideal de su esposo. Gracias a una muestra de su cabello, y movida por los celos, Hannah se encamina a conocer a Megan (Pallavi Sharda), el match de su marido. Con toda esta trama de historias, The One es una reflexión más que una distopía. El amor, lo queramos o no, es un sentimiento que no se puede controlar por la ciencia.
Corromperse en el ascenso al éxito es el peligro al que muchos de nosotros nos vamos a tener que enfrentar. En último lugar, la representación total de diferentes etnias es más que acertada. La puesta en escena de la bisexualidad, una orientación sexual poco explorada todavía en el mundo de la ficción. Asimismo, la presencia de España en la serie es más que reseñable. Cuenta con actores y actrices instalados en Reino Unido, junto con las partes que se han rodado claramente en nuestro país desde el punto de vista de la producción.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El PSOE y el PP se comprometen a dar luz verde a la "profesión de riesgo" en Policía y Guardia Civil
- 2 Ser empleado de Sabadell y leer noticias de la OPA de BBVA
- 3 “Tenemos deuda con saharauis por mostrar pillaje de Marruecos”
- 4 Quién es quién de la prole Jolie-Pitt y quién cambió su nombre
- 5 Asesinado por unas aceitunas: “Los colonos israelíes han impuesto ley"
- 6 Pedro Sánchez y el desgobierno
- 7 El nuevo jefe de Policía en Madrid recuerda al 'narcopoli' de los 20 millones: "El que la hace la paga"
- 8 El 'chiringuito financiero' de Romillo gastó medio millón de euros en eventos como el del Hipódromo al que fue Alvise
- 9 Marruecos: Mohamed VI reaparece de compras en París