El comunicador más célebre de Badalona cambió los platós de Fuencarral por la cafetería de Torrespaña este miércoles, pues fue entrevistado por Carlos del Amor en La matemática del Espejo, de La 2. En la conversación, el presentador insignia de Mediaset habló de su futuro en el grupo, pero también mostró su parte más vulnerable —y también la menos conocida— al hablar de la pérdida de su padre, de cómo todo pierde brillo con el paso de los años o de su "adicción al trabajo".
Al inicio de la entrevista, Del Amor comentó que a la audiencia habitual del formato podría sorprenderle contar con un invitado como Jorge Javier Vázquez, algo que este descartó con su humor habitual. "Eso no pasará, porque los espectadores de La 2 son inteligentes, al igual que los de mis programas. Las personas poco inteligentes no están capacitadas para ver Sálvame, se ponen de los nervios", aseveró.
El formato cumplió la semana pasada 14 años marcados por dar varios de los momentos más icónicos de la televisión y por marcar la agenda de la prensa rosa, pero también por constantes rumores sobre su posible cancelación, algo que se ha multiplicado de la mano de su bajada de audiencias durante los últimos años; así como por el cambio de línea editorial que atraviesa Mediaset.
En la misma línea han proliferado las informaciones sobre la permanencia del presentador en Telecinco. "Yo tengo contrato y me quedan dos años, hasta 2025. Si quieren contar conmigo, perfecto. Y si creen que no caso con esta época, también. La televisión no es mía, es un negocio de otras personas que deciden contar conmigo, aunque también podría pasar puede ser que yo me levante y me pregunte si tengo que continuar, si este es mi sitio", reflexionó.
Sin embargo, hace unos años esa posibilidad parecía muy poco probable en su imaginario. De hecho, cuando estaba en la cresta de la ola se convirtió en adicto al trabajo, algo sobre lo que también habló en La matemática. Según dijo, para él fue una liberación que una psicóloga le diagnosticase esa adicción, pues supuso un punto de partida para aprender a vivir de otra manera, con herramientas y no como si estuviese en una jungla.
"Se habla de la adicción a sustancias como la droga o el alcohol, pero yo fui adicto al trabajo, que es algo muy bien visto socialmente por la productividad, pero también es un problema", argumentó. El paso del tiempo que le ha hecho aprender cuestiones como esta también se ha cobrado otras cosas, como el "brillo" de la vida o el afán por vivir aventuras.
"Sin Mila Ximénez, la vida es menos divertida"
Ahora, en un contexto en el que son imprescindibles la compañía de su madre, de su burro Fortunato que da nombre a su pódcast, su madre y de sus perros; Jorge Javier reconoció que una de las cosas más tristes que le han pasado es darse cuenta de que no tiene con quién compartir algunos episodios tras la muerte de su compañera de Sálvame — y de viajes y de confidencias—, Mila Ximénez.
Precisamente su hermano, Manolo Ximénez, intervino en el formato para agradecerle sus continuos homenajes a la comunicadora, así como que haya respetado siempre la privacidad de su familia. "Si se te muere alguien a los 30 tienes tiempo para encontrar de nuevo a otra persona, pero ya es muy difícil. Sin Mila me falta algo, la vida es menos divertida. Tengo que recuperar ese algo por ella, se lo debo. Si yo me hubiera ido, no me gustaría que Mila tuviera ese deje de tristeza, sino que luchara", dijo Jorge Javier Vázquez, entre lágrimas.
El también filólogo recordó su infancia y cómo haber crecido en una familia humilde del barrio de San Roque, con una alta tasa de inmigración, le había ayudado a mantener el contacto con la realidad y su identidad pese a la ensoñación de los focos. De su éxito posterior, una vez que llegó a Madrid, bromeó sobre cómo llegó a aburrirse de rozar los 40% de audiencias (algo impensable en el mercado actual, determinado por la entrada de las plataformas).
"El sistema está hecho de manera que, cuanto mejor te va, más te beneficias de él"
Ese éxito se tradujo en dinero y en una economía más que boyante en un contexto en el que presume de no haberse corrompido por el poder por sus orígenes humildes, la rectitud de su progenitor y su aprendizaje gracias a las redes vecinales en las que creció.
Afeó también las críticas a un sistema fiscal que beneficia a quienes más ganan y defendió que el dinero solo es útil cuando consigue mejoras en el bienestar de la ciudadanía y defendió los impuestos. "No entiendo la gente que teniendo mucho dinero no sabe poner el tope, aunque es complicada la relación con el dinero, saber que tienes bastante... llega un momento en el que no sabes cuánto dinero tienes ni para qué lo quieres", declaró.
Sobre su padre, dijo también que enfermó cuando él tenía tan solo 27 años de un cáncer cerebral que le quitaría la vida poco más de año y medio después, así como que le extrañaba más en la actualidad que antes. "No quería que nada interrumpiera mi vida y me costaba mucho ver su decadencia al visitarle en Badalona", comentó, afectado.
De él aprendió a no "esperar para vivir", sino a tomar la vida por los cuernos en el presente. En ese presente está también el teatro, del que dijo que "no hay mejor lugar para estar". "Es un mundo todavía más ideal que el de los platós de televisión, sabes lo que va a pasar, tienes a la audiencia delante y sabes cómo lo está recibiendo. En dos horas solo hay felicidad y el aplauso final. Después, volver al día a día es difícil de congeniar", añadió.
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