Tal y como se había anunciado, Ana Obregón fue la protagonista de la primera entrega de la segunda temporada de Joaquín, el novato. Su participación en el programa fue el colofón de una semana en la que se la pudo ver también en Lazos de sangre y en El musical de tu vida.
Además de repasar sus experiencias en Estados Unidos como actriz y su mediática relación con Alessandro Lequio entre muchos temas; la mayor parte de la entrevista estuvo protagonizada por la pérdida de su hijo, Aless; y por Ana Sandra, la niña que llegó mediante gestación subrogada.
Sobre la madre de Ana Sandra, comentó que no llegó a conocerla, pero que se sentía "agradecida" tras un largo proceso en el que hubo dos intentos fallidos de traer a la niña al mundo. Según relató Ana Obregón, quien se siente "como madre y abuela" a la vez, pues la niña está registrada como su hija pero es hija biológica de Aless Lequio y de su madre biológica; se pasa las horas abrazando a la pequeña, a la que percibe como "un trocito de su hijo en la tierra", pues "huele como él".
Y no es lo único que comparte con Aless, pues asegura que es "una glotona" como lo era él desde que nació, que sus pies son iguales y que es increíblemente alegre desde que se despierta por las mañanas junto a ella en la que era la habitación de Aless y que no ha alterado desde su muerte.
Fue justo dos semanas antes de la tragedia, como ya había contado en el libro El chico de las musarañas (Harper Collins), cuando el joven escribió en un papel como testamento olográfico que ser padre era su última voluntad, algo que quería que sus padres ejecutaran tras su muerte.
El ímpetu no era nuevo: Ana recordó que el empresario había sido siempre "muy niñero" y que quería "unos cinco hijos", como la familia de la propia Ana. Fue precisamente por eso que decidió iniciar el proceso de congelación de esperma al inicio de su enfermedad, cuando se enteró de que los tratamientos podrían afectar a su fertilidad y a la calidad de sus espermatozoides.
"Me critican por machismo"
Para Ana, cumplir esa última voluntad, que se sumaba a la de publicar el libro y crear una fundación para recaudar fondos para la investigación oncológica; era la única alternativa que tenía a "quitarse la vida", algo que estuvo muy cerca de hacer en cuanto se murió su hijo, desde su hotel en Barcelona.
Precisamente porque su uso de la gestación subrogada perseguía satisfacer los deseos de su hijo, la actriz defendió que las críticas a sus decisiones no eran aceptables, aunque entendía que hubiese quien no apoyase esa manera de adquirir un bebé.
"La gestación subrogada se hace desde la libertad de cualquier mujer y desde el amor. Nadie me va a quitar el derecho de Anita a vivir, tenía mucho amor para darle a mi hijo y ahora va a recibirlo ella. Cuando has perdido un hijo, las críticas te hacen cosquillas. Además, me critican por machismo: estoy en edad de ser abuela", aseveró, con seguridad.
Una de las críticas más repetitivas a las decisiones de Ana Obregón apuntaban a lo joven que Ana Sandra podría perder a su madre, algo que esta ya tenía en mente. "Si me pasa algo, una de mis hermanas será su tutora. Y si le pasa a mi hermana, será mi sobrina quien se encargue de la niña", expuso.
Y, respecto a si tenía previsto la manera en la que le contaría a la niña sus orígenes, relató que esperaba hacerlo de la manera más natural posible, "igual que le explicaría por qué tiene dos papás" o que, en su momento, se divorció.
Además, dijo que tenía previsto llevarla al cementerio a visitar a su padre en cuanto cumpliera los tres años. "Espero que lo vaya entendiendo poco a poco. Y, a mí, podrá llamarme como quiera. La primera palabra que le enseñaré será 'papá', seguida de 'abuela' y, después, 'abuelo', dijo, con una sonrisa.
"Es normal ser abuela a mi edad"
Sobre Alessandro Lequio, abuelo de la niña, confesó que le provocaba tristeza que aún no conociese a la niña, que en el momento de la grabación del programa con Joaquín tenía tres meses. "Cada uno tiene sus procesos y hay que respetarlos", añadió.
Eso sí, dijo que ella le mandaba fotos de la pequeña y le mantenía al día sobre su estado y crecimiento. El día a día de Ana Obregón dista mucho de su rutina cuando Aless era un bebé. De hecho, dijo que estaba aprovechando para, a diferencia de como ocurrió con su hijo, pasar todo el tiempo posible con la niña en lugar de dedicarse a trabajar, algo que lamentaba mucho haber hecho en el pasado, perdiéndose algunos de los momentos más importantes de su hijo.
"Ser madre es lo único que verdaderamente ha significado algo en mi vida", dijo, con tristeza. Además, confesó que había pasado el duelo "sin anestesia" ni ayuda profesional y dedicándose a estudiar el proceso de gestación subrogada, que se convirtió en lo único que le hacía continuar su día a día... hasta que nació Ana Sandra.
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