José Sacristán fue el primer invitado de la semana de El Hormiguero, que albergará también a Carmen Machi el martes, a Florentino Fernández el miércoles y a Miguel López Alegría el jueves. Sacristán acudió para presentar La Colección, la segunda producción de un texto de Juan Mayorga como director y autor desde que se puso al frente de la dirección artística de la Fundación Teatro de La Abadía.

La obra parte de la lectura de una noticia en la que un matrimonio de coleccionistas se preguntaba qué pasaría con su colección cuando ellos ya no estuvieran. El actor y Goya de Honor de 2022 desveló, ante una pregunta de Pablo Motos, por qué había decidido centrarse en el teatro en los últimos tiempos.

"El cine lo ruedas una vez y se queda ahí para siempre, en el teatro tienes que salir tú siempre, no lo entiendo", reflexionó el presentador. Según explicó el invitado, el motivo estaría en el tiempo y también en las formas de producir que trajo consigo la digitalización.

"El cine requiere un tiempo que ya no dispongo. Antes no se podía, pero ahora se hacen infinitas repeticiones. Además, hay que madrugar, se rueda en exteriores...", comenzó. Pero la cosa no quedó ahí. Para Sacristán, otro punto fuerte del teatro era que tenía la posibilidad de la continuidad de la acción, mientras que "en el cine y en la televisión se dan únicamente los tiempos que el medio necesita".

"Me desmayé viendo 'Las mil y una noches'"

El entrevistado habló también sobre su sensibilidad y recordó que se desmayó viendo Las mil y una noches. "Me diagnosticaron labilidad emocional. Ahora hace tiempo que no me pasa, pero antes cualquier alteración del estado emocional me llevaba al desmayo, me pasó lo mismo al ver cómo torturaban a Turhan Bey", apuntó, en alusión al actor de Alí Babá y los cuarenta ladrones.

También contó que dicha dolencia le había hecho padecier "alopecias" o "inflamación de párpados". La entrevista también tuvo su recuerdo al tema del día. Sobre el 20 aniversario del 11 de marzo, Pablo Motos recordó que le pilló trabajando en La Ser y que la Gran Vía nunca estuvo tan silenciosa como el día siguiente al de los atentados. "Nos mataron a todos. Hubo más de 2.000 heridos, no los olvidamos", aseveró.

Pasando a la actualidad, Sacristán dijo que procuraba ser un hombre de su tiempo y marcó distancias con los alarmistas. "Ya Don Quijote ponía quejas en su tiempo. No me gusta el optimismo melancólico, no caigamos en el catastrofismo. No son peores estos tiempo que otros. Si se piensa eso es por miedo, y el miedo se cura leyendo", concluyó.