Varios medios de comunicación se han hecho eco en las últimas horas del polémico tuit de Juan Carlos Rivero hacia una antigua colaboradora de Estudio Estadio. Ella, Nerea Zusberro, había escrito el siguiente mensaje en Twitter: “No habrá más ‘lunes disfrutones’. Estudio Estadio, que ha sido ‘hogar’ durante las dos últimas temporadas, toma un rumbo del que ni me siento ni seré parte”. Lejos de dejarlo pasar, el popular narrador de partidos de fútbol y nuevo presentador del programa, respondió: “No formarás parte, no tengas la menor duda”.

La boutade puede parecer anecdótica, pero ilustra sobre la tensión que se ha vivido en el Área de Deportes de Radiotelevisión Española durante los últimos tiempos, según explican las fuentes de este departamento consultadas por este periódico. El ambiente debería haber sido diferente durante este verano, dado que el Gobierno había puesto sobre la mesa más de 100 millones de euros para que la corporación emitiera la Eurocopa de fútbol y los Juegos Olímpicos de París, en lo que suponía el regreso de los acontecimientos deportivos de primer nivel a La 1 tras una década y media de crisis. Sin embargo, el ambiente interno no ha sido precisamente de celebración. "Es un tema espinoso y habrá mucha tela que cortar ahí", se resignan las fuentes internas consultadas por este periódico.

Hay un hecho que indignó a más de uno dentro de RTVE y que se produjo hace unos meses, cuando la directora de Deportes, Rosana Romero, y su equipo preparaban la cobertura de la cita olímpica. Durante un tiempo, se barajó que las retransmisiones estuvieran acompañadas por un magacín diario que se podría haber realizado en Prado del Rey, con el que se pretendía dotar de cierto valor añadido a la cobertura y acompañar la emisión de competiciones deportivas con contenidos de entretenimiento, debates, reportajes e incluso actuaciones musicales.

El programa no se hizo. Algún directivo alegó que había falta de medios en verano, cuando, entre otros, los técnicos se toman vacaciones. Eso obligó a planificar una cobertura mucho más modesta y funcionarial, dentro de una corporación que gasta casi 500 millones de euros anuales en sueldos y emplea a aproximadamente 7.000 personas.

Dentro del departamento, hubo quien no entendió esa decisión, al igual que otras sobre la cobertura de este acontecimiento, cuyos derechos audiovisuales cuestan 60 millones de euros, pero en el que RTVE no realiza una cobertura moderna ni ambiciosa.

Tampoco es capaz de retener la audiencia que gana durante estas grandes citas deportivas. Los datos lo demuestran. El día en que terminaron los Juegos Olímpicos -el domingo 11 de agosto-, La 1 acumulaba una cuota de pantalla mensual de 15,6 puntos. Nueve días después, el dato había caído hasta los 12,4. Algún directivo de la corporación se pregunta: "¿De veras vale la pena gastar tantos millones en coberturas que generan resultados positivos que son flor de un día?" Incide en que hay carencias en la parrilla de programación que no se solucionan con la emisión de deportes, pero apunta a que la 'desidia' de RTVE a la hora de programar estos acontecimientos no ayuda a retener audiencia.

Los propios trabajadores de la corporación siempre llaman a tener cautela a la hora de escuchar las voces críticas internas, dado que los enfrentamientos políticos y profesionales enturbian el ambiente y alejan los testimonio de la objetividad. Pero es cierto que una parte de ellos ha sido muy crítica con el protagonismo que actualmente tiene Juan Carlos Rivero.

Esto no estaba inicialmente en el guion. Antes de que Rosana Romero llegara a la dirección de Deportes, la idea era potenciar la figura de David Figueroa como narrador de los partidos de la selección española de fútbol. Esa decisión cambió. Después del cese de Arsenio Cañadas como jefe del Área, Romero se apoyó en algunos pesos pesados de la redacción madrileña y eso benefició a Rivero, quien suele ser objeto de críticas internas y externas.

Como demuestra el tuit anteriormente citado, este periodista no suele ser impasible ante las críticas. De hecho, antes de la Eurocopa de Alemania concedió algunas entrevistas en las que dejó frases como la siguiente: “Todos los que estamos ahí tenemos asumido que a los de la tele pública se nos exige mucho más y se nos consiente bastante menos que a los compañeros de los medios privados”.

En esos días, se confundió al narrar un gol en el partido que enfrentó a España contra Albania. Se lo atribuyó a Jesús Navas, cuando el autor fue Ferrán Torres, al que se refirió -tras rectificar- como Ferrán Martínez, un exjugador de baloncesto que se retiró hace 22 años.

Frente a las críticas que reciben sus retransmisiones, ha emergido con fuerza la figura de Francisco Caro, quien también ha participado en los Juegos Olímpicos. Pese a todo, no se prevé que Rivero deje la selección española. De hecho, Rosana Romero ha decidido volver a situarle al frente de Estudio Estadio, después de que Cañada y su equipo lo retiraran de esa tarea por sus bajos resultados y por el cariz de sus debates, similares a los de El Chiringuito de Josep Pererol en ocasiones, según criticaban periodistas de la casa. A partir de ahora, este programa se emitirá el fin de semana.

'Panenkitas' vs tertulianos

La marcha de Caro, hombre muy querido por gran parte de los trabajadores de RTVE, ha vuelto a abrir un cisma en el área de información de Deportes. Las fuentes internas consultadas explican que "es inadmisible" que un hombre de la "valía" del periodista citado anteriormente vuelva a las "catacumbas de RTVE".

La vuelta de Juan Carlos Rivero al frente del mítico programa ha vuelto, por tanto, a levantar ampollas dentro de la redacción y de los invitados que llegan hasta los estudios para comentar la actualidad deportiva. Y es que, en el Área de Deportes del ente público hay una clara división entre los que prefieren un programa con análisis más sosegado y centrado en lo deportivo mientras que otros apelan a las emociones y a los comentarios más sentimentales.

Uno de los tertulianos más críticos con la opción del análisis y debates técnicos y tácticos fue Roberto Gómez que llegó a ponerles el sobrenombre de 'panenkitas'. "Ahora ha sido Nerea la que ha criticado la deriva de Estudio Estadio. Hace dos años fue Roberto", recalcan fuentes internas.

Esto, según los informantes ha derivado en una realidad que denominan como "Frente intelectual contra el Frente Popular. Los dos Estudio Estadio", se resignan las voces consultadas.

Posibles cambios

Hay voces dentro del Comité de Dirección de RTVE que estiman que en las próximas semanas se producirán cambios importantes en el Área de Deportes que podrían incluso afectar a su directora. Algunos periodistas -ante su descontento- han pedido incluso un cambio de puesto e incluso de departamento.

En cualquier caso, se espera que estos movimientos generen menos polvareda que la investigación interna que se realizó hace dos años, en la que afloraron testimonios que denunciaban el malestar de algunos de sus profesionales -de esto fueron informados los consejeros, según recuerdan dos de ellos-. Todo ello, mientras se iniciaba una auditoría en la que se trataba de determinar si los antiguos responsables de los deportes -con Cañada a la cabeza- habían dado el visto bueno a algún contrato con la marca El Ganso. Porque los periodistas de RTVE lucieron sus prendas en el Mundial de Catar de fútbol, pero durante muchos meses nadie fue capaz de explicar si hubo un acuerdo con la corporación o si fue un particular quien autorizó ese patrocinio.

Aquellos meses de tensión y acusaciones explican, en parte, la situación que se vive en este departamento y el porqué se han producido algunos episodios desagradables -algún comentarista incluso se quejó del papel que se le había asignado, en conversaciones en las que elevó el tono- durante un verano en el que la televisión pública debería haber celebrado los buenos resultados conseguidos con dos acontecimientos deportivos de primer nivel internacional. Lo que se hace bien se suele destacar (con justicia), pero estas distorsiones no suelen ser públicas y tan sólo afloran cuando alguien, como en este caso Rivero, expone alguna opinión en público y eso genera reacciones encontradas.