Alejandro Sanz acudía hoy a La Revuelta, tras anunciarlo el pasado jueves en El Hormiguero. Lo que nadie sabía era que después de que fuese la primera persona en desvelar el invitado al programa de RTVE sería también el mediador entre Pablo Motos y David Broncano, quien ha terminado enviándole un audio de WhatsApp al valenciano.

"Nunca anunciamos invitados, pero hoy hemos tenido que cortar la calle porque se te calentó la boquita", bromeaba Broncano al recibir a Alejandro Sanz. El cantante trajo consigo una carta escrita por Motos, que Broncano leyó incluso nervioso: "Querido David, pelillos a la mar. Te deseo lo mejor, espero que nos veamos pronto. Te quiero, tu Pablo. Y a Ricardo y a Grison también". La misiva desató risas y aplausos en el teatro.

El cantante, además de la carta, también le regaló a Broncano unas hormigas personalizadas como Trancas y Barrancas, pero con las iniciales de Motos y Broncano, así como unos guantes de boxeo para simbolizar la posibilidad de resolver sus diferencias en el ring. "No tienes nada que hacer; Pablo es muy bueno boxeando", comentaba, totalmente mimetizado con el humor que corresponde al programa.

Acto seguido Alejandro Sanz intentaba contactar sin éxito con Motos, al que finalmente decidió enviarle un audio. Antes de hacerlo, Sanz ayudó a Broncano a esbozar el esquema de lo que quería decirle a su rival. Una vez escrito, el cantante arrancó el audio explicándole que estaba en La Revuelta y que David quería decirle algo:

"Pablo, mira, estoy aquí en La Revuelta con David. Le he dado tu nota, unas hormigas personalizadas y unos guantes de boxeo. Ahora te queda a ti decir unas palabras", comenzó Alejandro Sanz. A lo que Broncano añadió: "Pablo, ¿qué pasa, máquina, tiburón? Gracias por la carta. Me gustaría que nos viésemos porque esto se está llevando a extremos innecesarios. Puedes venir aquí al programa, o voy yo al tuyo. Pero escúchame, también me gustaría que nos cedieses a Petancas una semana, porque es mi hormiga favorita. Y ya que estamos, dame el teléfono de Revilla para invitarle un día". Alejandro concluyó el mensaje con un tono de broma: "Bueno, pues nada, hasta aquí mi intervención".