Hay un hombre en España que lo hace todo. Casi todo. Josep Cister Rubio es creador, guionista y productor ejecutivo de La Promesa, el serial de época a cargo de Bambú Producciones para TVE. La 1 ha emitido 543 capítulos de lunes a viernes, a primera hora de la tarde, desde hace dos años y dos meses; una emisión diaria casi sin interrupción. El máximo tiempo posible que La Promesa estuvo fuera de antena fueron dos semanas hace un verano por las Olimpiadas. Entremedias, La Promesa ganó el Emmy internacional en la categoría de mejor telenovela. Competía con La Moderna (España), Rigo (Colombia) y Safir (Turquía).
Además de La Promesa, Josep Cister creó Valle Salvaje, el último serial de época en arribar a la programación vespertina de la televisión pública. Antes, creó y produjo Dos vidas, Acacias 38, y La otra mirada; todas, series de época. Todas, marca España en Italia (Mediaset) y más allá (América). También supervisó El secreto de Puente Viejo como director de Ficción de Boomerang TV (La Moderna), productora de aquel serial de época que emitió Antena 3 durante casi una década.
Josep Cister Rubio sabe lo que hace. Sabe lo que escribe. Sabe de lo que habla. Es también creador de La favorita 1922 (Telecinco).
Pregunta.- ¿Cómo se gestiona la candidatura al Emmy?
Respuesta.- Bueno, ¿sabes lo que pasa? Nosotros veníamos de haber estado nominados ya con Dos vidas al Emmy Internacional. Entonces, de repente, yo creo que esta segunda nominación con La Promesa era un poco confirmación de que alguna manera estábamos haciendo bien el trabajo. Fuimos con toda la ilusión del mundo a Nueva York a ver qué pasaba y de repente ocurrió. Esta profesión tiene una cosa muy curiosa: en mi caso, trabajas en lo que te gusta, a fin de mes te pagan por trabajar en lo que te gusta y además de vez en cuando te dan premios. Es algo que me parece muy loco. Debería haber muchos más premios para maestros, médicos, enfermeras… que realmente modifican nuestras vidas de verdad y a lo mejor algunos menos para nosotros. Pero nos ha tocado en esto y estamos felices y contentos. No trabajamos para ganar un Emmy. Trabajamos para hacer nuestro trabajo siempre lo mejor posible y lo mejor que sepamos hacer para la audiencia. Hubo suerte y nos trajimos el Emmy para España.

P.- ¿Ha supuesto ahora el tener un Emmy en la estantería?
R.- No. Todos los días te tienes que levantar y tienes que trabajar igual. Yo les decía siempre a los chicos cuando llegamos el primer día: "Chicos, ojalá el Emmy fuera con 15 millones a repartir y estaríamos todos en Cancún debajo de una hamaca tomando mojito", pero la realidad es que mañana hay que emitir un nuevo capítulo de La Promesa y por tanto hay que seguir haciendo secuencias de la serie. O sea, que no.
P.- Ese Emmy, esa estatuilla, es un reconocimiento.
R.- Ese Emmy viene con una estatuilla con mucha felicidad sobre todo para el equipo, es un reconocimiento internacional al trabajo bien hecho. Con Dos vidas ganamos la Rosa de Oro, no la latina, y con La Promesa también hemos conseguido el Emmy. Son los dos premios más importantes de la televisión. Más contentos es imposible que estemos.

P.- La Promesa continúa emitiéndose en Canale 5, en Italia, y en Latinoamérica a través de Max, las tres primeras temporadas.
R.- Además está en el top diez mundial desde su estreno de las series más vistas en Max hasta este momento. No ha bajado.
P.- El serial de época español también cala en Latinoamérica.
R.- Claro. Pasa una cosa. Ya ha pasado con La Promesa aquí en España. Yo ya no trabajo nunca pensando si lo que hacemos es una serie diaria o una serie de prime time. Acabo de hacer La Favorita [para Telecinco] y esta serie y para mí no hay diferencia entre una cosa y otra. Las hago las dos con la misma pasión, la misma intensidad y las mismas ganas. Y creo que así también lo está recibiendo el público: la gente, ahora, llega a su casa a las diez de la noche y a lo mejor no se pone un capítulo de una serie de prime time, se pone un capítulo de La Promesa. Somos nosotros quienes ponemos el adjetivo "diario" o "telenovela" a la serie. Y obviamente es lo que está pasando en Max, en el mundo, porque la gente de repente está viéndola a la hora que quiere cuando quiere y de la manera que quiere.
P.- En el caso de La Promesa, ha superado los 500 episodios. ¿Tenéis ya pensado llegar a los 1000 episodios?
R.- Buah, la verdad, os lo prometo. Mucha gente me pregunta esto y yo os puedo decir que no me lo planteo. Día a día, poco a poco, y ver cómo va yendo, que sigamos enganchando a los espectadores, que guste a todo el mundo y ese es el objetivo.
P.- ¿Se avecina un revulsivo brutal en La Promesa?
R.- En las dos series, La Promesa y Valle Salvaje. Lo que viene ahora, el espectador no se lo espera.
P.- ¿Eras consciente o sabías que con el casamiento de Jana y Manuel iba a recuperar público que a lo mejor, quizás, se había desenganchado?
R.- No. No lo esperábamos. Simplemente yo voy siguiendo la historia y vamos viendo cómo pasa. Los espectadores son, con el mundo, quienes deciden qué quieren hacer.
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