Puede que recuerden a Isabel Serrano (Madrid, 1968) por Médico de familia. O por Brigada central (1989), del prolífico Pedro Masó, como aquella policía principiante en un mundo de hombres a la que no temblaba el pulso si tenía que dar un bofetón a un compañero (por allí pululaba también otro novato: Jose Coronado). O por Acusados, aquel remedo de Damages con Blanca Portillo y Coronado, donde también interpretó a una policía (judicial, en aquel caso).

Pero si hay un género aquí y allá en el que Isabel Serrano se curtió es la telenovela, la serie diaria, el serial, llámenlo como quieran: Pasión de vivir, Al salir de clase, Géminis, venganza de amor, Amar en tiempos revueltos... Alguna no cuajó, como C.L.A. No somos ángeles (2007), aquel intento de Antena 3 por hacer una ficción diaria sobre un centro médico. Por otras pasó de puntillas como 4 estrellas (La 1), Servir y proteger (La 1) y Mía es la venganza (Telecinco), todas ellas contemporáneas. Con La Promesa, Isabel Serrano vuelve a viajar en el tiempo, esta vez a 1916; década en la que probablemente naciera otro personaje suyo de época, Adelina, la bailarina de la sexta temporada de Amar en tiempos revueltos (2010-2011).

Pregunta.- Isabel, ¿cómo se fragua tu incorporación a La Promesa?

Respuesta.- Con mucho amor. He de decir que incorporarme a La Promesa fue como subirse a un avión en marcha, pero tuve el apoyo de todos mis compañeros, tanto del equipo de dirección, arropada por Josep [Cister] muchísimo, como por todos mis compañeros del equipo artístico, Eva [Martín], Manuel [Regueiro], Xavi [Lock]…, todo el equipo técnico. Fue una entrada muy, muy suave, muy fácil en realidad, muy arriesgada y muy fácil. Y, además, cuando nos dieron el Emmy, yo todavía no estaba saliendo en emisión; no podía desvelar nada, no podía aparecer en ninguna foto, pero yo estaba allí y dije, "Ay, Dios, ahora sí que sí, encima un Emmy, más responsabilidad, ahora sí que tengo que estar a la altura". O sea, fue muy, muy emocionante.

P.- ¿Qué es lo que más te atrajo de Leocadia? Imagino que Josep Cister te avanzaría un poco a qué se atenía dicho personaje, cuáles eran sus crueles intenciones. 

R.- Lo que no cuenta es lo que más me gusta; una mujer que es capaz de callar tanto dolor, teniendo las intenciones tan claras, sin que le tiemble la mano. Una entereza. Eso demuestra un viaje en el tiempo y en el espacio tan, tan intenso, que dije, "Guau, aquí me lo voy a pasar muy bien."

P.- Me da la sensación de que es un personaje que llega para quedarse bastante tiempo.

R.- ¡Ojalá! Amén [se ríe] No lo sé…

P.- Tienes muchas escenas con Eva Martín, Cruz en La Promesa. Hay una escena con Jana, a la que interpreta Ana Garcés, en la que hay cierta ambigüedad en torno a los sentimientos de Leocadia hacia Cruz. Dice que la ama y la odia. No sé hasta qué punto la ama. 

R.- Leocadia realmente no sabe muy bien qué es el amor. No sabe vivir el amor. No ha sido entrenada para eso. Ha sido entrenada para sobrevivir. Caiga quien caiga. Y en eso es muy buena. Hay una fascinación, una admiración, que posiblemente Leocadia lo identifica como amor. Hay una entrega, eso es cierto, y había un enamoramiento de amigas, que es muy fácil que se confunda con amor. Yo creo que Leocadia está hablando más bien de un pasado que de un presente porque en este presente ella tiene muy claro lo que va a hacer. Mucho de amor no hay. Yo también tuve mis dudas con esa escena y también hice mis preguntas. Creo que van más por ahí los tiros.

P.- Hemos conocido a Ángela, una de los hijos de Leocadia, interpretada por Marta Costa. ¿Conoceremos a más miembros de la familia de Leocadia?

R.- No sé nada. Me encantaría saberlo yo también. "¿Dónde están mis hijos?" Cuando me pregunta mi hija "¿Y los hermanos qué tal?" y yo "Bien, donde tienen que estar". Ojalá.

P.- Isabel, ¿es tu primera serie diaria?

R.- ¡No! Esta es la séptima o la sexta. He hecho telenovelas en Puerto Rico. Hace muchos años. Pasión de vivir fue en Puerto Rico. Géminis, venganza de amor fue en TVE. Al salir de clase era diaria.

P.- ¿Qué tal el ritmo de una serie diaria? El madrugón, el estudiar los fines de semana, por la noche...

R.- Mira, todo depende de cómo optimices tu tiempo. ¿Que es un ritmo trepidante? Sí, pero es que, antes de entrar en La Promesa, estaba en otra serie de prime time y también el ritmo era una cosa imposible. Yo creo que las diarias… No digo que tengas que estudiar muchísimo y el ritmo sea muy rápido, pero están mitificadas y no es así. Si tú te distribuyes en tiempo y el estudio, no tiene por qué colapsar tu vida y luego los madrugones no me importan. Es que me gusta mi trabajo.

P.- Has estado rodando una serie para Atresmedia [La encrucijada], que está basada en una novela turca. Hay cierta disputa entre la telenovela turca y la telenovela española, pero el serial español tiene muy buena fama, no solo en nuestro país, sino fuera. 

R.- Para muestra con un botón basta: Nos han dado un Emmy y esto es una serie diaria. Te menciono otra: Amar en tiempos revueltos. Yo he estado ocho años viviendo en Los Ángeles y no te imaginas la buena fama que tiene el equipo técnico español, sin mencionar a actores, que tenemos a [Javier] Bardem, a [Antonio] Banderas, a Penélope [Cruz], que están ganando Oscars y haciendo carrera, y un montón de actores más haciendo poesía española por el mundo. Los que tendríamos que creérnoslo somos nosotros mismos, los buenos que somos.

P.- La Promesa tiene mucho éxito tanto en Italia como en Latinoamérica. 

R.- Por todo el mundo.

P.- ¿Te han llegado mensajes en italiano?

R.- Sí, he leído alguna cosa en italiano. No me meto mucho en redes, la verdad. No me gusta mucho y tampoco le dedico mucho tiempo. Algo he leído en italiano, pero no era realmente consciente de la difusión internacional que la serie tiene. No sé si lo quiero saber para no asustarme [se ríe].