Ana Rosa Quintana (Madrid, 1959) ha perdido ya la cuenta del día en que regresó a las mañanas de Telecinco. Fue el 3 de febrero. Lo hizo de blanco, por aquello de la fe.
Porque Ana Rosa, firme creyente (en Dios, en el Atlético de Madrid, que para eso es del distrito madrileño de Usera), recurre al blanco cada vez que inicia temporada. O mitad de temporada, pues la señora Quintana llevaba año y medio tardeando en Telecinco.
Con ella volvió El programa de Ana Rosa por una vigésima temporada y, todo sea escrito, la audiencia de las mañanas de Telecinco subió; no para tirar cohetes, pero puede presumir de ser a veces, a diario, el espacio de Telecinco más visto de la cadena en cuanto a cuota de pantalla: 15,2% de share registró este viernes 4 de abril, o sea, 356.000 espectadores.
Los compañeros de Vertele lo explican a las mil maravillas: un punto y medio más de share en dicha franja de emisión desde el 3 de febrero de 2025.
Lejos está El programa de Ana Rosa del 17% de cuota de pantalla que mantuvo durante el curso 2022-23, el mismo durante el que su titular regresó tras un año de baja por enfermedad (cáncer de mama).
Quién le iba a decir a Ana Rosa, recibida en plató por un emocionadísimo Paolo Vasile con lágrimas en los ojos, que una jubilación (la de Vasile), una cancelación (la de Sálvame) y una resurrección (la de Pedro Sánchez) iban a trastocar su largo y cómodo reinado desde 2005. "Espejito, espejito..."
Puede que su público objetivo sea la España que madruga. Con tanto cambio de programación en tan poco tiempo, Ana Rosa ha logrado reducir su duración en pantalla (de 09.00 a 12.15 horas) y aumentar la cuota. Ganan todos.
El madrugón se lo deja a su ahijada Ana Terradillos en La mirada crítica (08.00). Y el colchón –de audiencia– se lo deja a su ahijado Joaquín Prat en Vamos a ver (12.15 - 15.00). Otro 'chico Ana Rosa', Máximo Huerta, también regresó a sus faldas, pues el corrillo promovido por María Teresa Campos hace treinta años sigue de moda en televisión.
A las doce y cuarto termina Ana Rosa su programa y a las doce y cuarto está hablando por teléfono con El Independiente. En 20 minutos tiene una reunión. Ana Rosa es periodista, presentadora y productora (de Unicorn Content).
Pregunta.- ¿Te pillo fresca o cansada?
Respuesta.- No, no, no. Qué voy a estar cansada a las doce de la mañana. Yo estoy cansada a las doce de la noche. A esta hora al revés. Salgo espídica del plató.
P.- ¿Qué tal el regreso a las mañanas? Llevarás dos meses o más.
R.- No lo sé. Un mes y poco… Yo qué sé: he estado tantos años en la mañana que era como volver a casa, o sea, no lo he notado. Desde el primer momento me he encontrado en mi sitio.
P.- TardeAR empezaba a las cinco de la tarde y El programa de Ana Rosa a las nueve de la mañana.
R.- A las cinco y media de la tarde.
P.- Bueno, condicionaba tu día a día. ¿Has retomado el madrugón o madrugabas igualmente?
R.- Yo no dejé de madrugar porque fueron muchos años levantándome muy pronto. A ver, no me levantaba a las cinco y media de la mañana como ahora, pero a las siete ya estaba en pie. Yo he seguido con mi rutina: los informativos, las tertulias de la radio…
P.- ¿Tomas café para estar así de despierta?
R.- Un par de cafés al día. Uno nada más levantarme porque, si no, parece ser que no se me puede hablar [se ríe] y luego siempre me gusta después de comer. Es una costumbre. Tampoco yo necesito mucho café. Tengo bastante energía.
P.- Me das a entender de que el humor te va mejorando con el paso de las horas.
R.- No, no, no, pero necesito tomarme un café. A ver, yo ceno muy poco siempre. Entonces, yo, por la mañana, me levanto con ganas de tomar un café y comer algo.
P.- ¿Eres más de salado o de dulce por la mañana cuando te levantas?
R.- De salado por la mañana, mediodía y noche. No me ha gustado nunca el dulce.
P.- No sé si eso también define un poco tu personalidad. Eres más salada que azucarada.
R.- Tampoco lo sé. No sé. Aparte, nunca me han llamado mucho la atención ni el dulce, ni los postres ni cocinar dulces. Yo no sé hacer un bollo. No lo sé. Siempre se me baja en el horno. Es una cosa que no se me da bien.
P.- Cada uno que se dedique a lo que mejor se le dé.
R.- Claro. Además, con el tiempo hemos aprendido que el azúcar es veneno.
P.- Te he visto hoy [jueves 3 de abril] presentando con deportivas. ¿Desde cuándo lo haces?
R.- Lo hago todos los días. A mí me encantan los zapatos, con lo que las deportivas son también especiales. Llevo cada día un conjunto. Las tengo rosas, las tengo amarillas, las tengo azules, las tengo verdes, las tengo doradas… Las tengo de todos los colores. Me resultan más cómodas y además son moda.
P.- Te he visto con otro look, con otro pelo, con otro color.
R.- No. No. Al revés. El pelo es el que va saliendo. No te creas que es intencionado el corte de pelo, sino que me está costando mucho recuperar mi pelo. Cuando me lo tuve que afeitar y empezaba a salir, decidí teñirme de rubio platino porque me hacía más gracia. Ha ido recuperando mi color.
P.- Siempre empiezas tus programas con un editorial. Te pido un editorial sobre la cuestión televisiva matinal con Alfonso Arús, Silvia Intxaurrondo, Susanna Griso… Ahí los cuatro mano a mano; después, Ferreras.
R.- Arús es un programa estupendo, pero el contenido es distinto. La competencia es con Intxaurrondo y Susanna. La verdad es que la competencia es muy dura por la mañana en este momento; bueno, a todas horas es dura. La competencia es durísima, pero es verdad que llevamos muy poco tiempo. Yo no sé si llevamos cinco o seis semanas ya. He perdido la perspectiva, pero estamos liderando todos los días.
P.- Siempre se dice lo de "la reina de las mañanas", pero, en realidad, aquí el rey de las mañanas es Arús, el tío.
R.- Sí, pero son programas distintos. ¿Quién gana por la tarde? ¿El culebrón o un magacín? El culebrón, pero no son espacios comparables.
P.- Da la sensación de que, por las mañanas, la gente no quiere tanta seriedad, tanta crispación, tanta política. No te voy a decir que la gente quiera ver vídeos de gatitos, porque sería reducir a Arús a algo que no es, pero me da la sensación de que la gente está un poco harta de tanto contenido político y tanta actualidad.
R.- A ver. A ver. Si sumas las audiencias de los magacines de la mañana, que son precisamente política y actualidad, son la mayoría. Pero es verdad: la audiencia es múltiple. También depende de las edades que ven cada uno de los programas. Cuando se analizan audiencias, hay que analizarlo todo. No puedes decir que a la gente no le interesa la actualidad por la mañana si la mayor parte del público está viendo actualidad y política, tanto en TVE como con Susanna como conmigo.
P.- ¿Hay vasos comunicantes, como antes con Mariló, María Teresa, Susanna…, entre las reinas de la mañana? ¿Esa relación ahora con los compañeros de enfrente no es tan fluida?
R.- Hace ya muchos años que teníamos con Concha García Campo, Susanna y yo fundamentalmente. En esos encuentros no estaba Teresa, y Mariló –creo– vino alguna vez. La que unía todo eso era Concha. Yo sigo teniendo una magnífica relación con Susanna Griso. Con Intxaurrondo trabajamos hace unos años y no tenemos esa relación cotidiana, pero nos respetamos profesionalmente.
P.- Hablemos un poco de la tarde. Hablas de culebrón…
R.- ¿Tú cómo lo llamas?
P.- Serie diaria. Serial.
R.- Series diarias. Las telenovelas. Que las sigue muchísima gente, pero es otro género, distinto. Cuando yo digo culebrón, no es peyorativo. Son series que no tienen nunca final. Puedes estar años.
P.- ¿Te ha dado la sensación de haber estado predicando en el desierto este último año y medio en la tarde?
R.- Pues no. No. Nosotros empezamos en tiempos muy difíciles. Veníamos de que Sálvame llevaba 12 ó 13 años o más –ya no me acuerdo cuántos llevaba–, que tenía su público; es cambiar absolutamente, no solamente el contenido del programa, sino que hay que hacerse y las cosas en televisión, así como caen muy rápido los programas, tardan muchísimo en asentarse, en crear un hábito, una rutina de la gente. Terminamos prácticamente en el 11% [de cuota de pantalla] hasta que nos cambiaron el horario a las seis menos cuarto; para nosotros fue muy malo aquello. Pero ahí, ahí hemos estado compitiendo muy bien. Y ahora sigue Tardear también. En este momento, Tardear, en competencia, está ganando a Sonsoles [Ónega] todos los días.
P.- Venga, que me has sacado a Sonsoles a la palestra. TardeAR tenía que competir con Todo es mentira, Más vale tarde, Y ahora Sonsoles…
R.- A ver, la competencia es muy dura. Todo el mundo lo hace muy bien.
P.- Sí, pero dentro de esa competencia, a veces había situaciones un poco desagradables en las que entrevistabais casi a la vez a la misma persona, se colaba un redactor en la pantalla del otro… ¿Se ha vivido con toda la naturalidad o se lo llevaba uno lo personal?
R.- No, yo no tengo nada personal con nadie [se ríe]. La noticia es una y todo el mundo quiere tener a los protagonistas. Hay veces que se lo lleva uno, hay veces que se lo lleva otro y hay veces que hay choques entre los redactores, que es muy duro estar en la calle.
P.- ¿Has leído la última novela de Sonsoles Ónega, la que ganó el premio Planeta?
R.- No. Pero bueno, no por nada. No. A mí, en el día a día, la verdad es que me da muy poco tiempo para leer. Yo voy acumulando libros que luego me llevo en Semana Santa y verano y me pongo al día. En el día a día, francamente, estoy muy pendiente de la actualidad.
P.- Nadie sabe lo que va a ser ser La familia de la tele, el nuevo programa de las tardes de La 1 con los responsables y colaboradores de Sálvame. Si hace dos años te dicen que esto va a pasar, ¿dices 'Mira, no me vaciles'?
R.- No. No. Siempre pensé que acabarían en La 1. Son grandes productores y tienen muy buenos profesionales y muy buenos colaboradores alrededor. Es normal que estén en una cadena generalista.
P.- La televisión que hacían en Telecinco, en Mediaset España, en Sálvame, no casa con algunas cosas de TVE.
R.- Pues, mira, si no sé yo lo que voy a hacer mañana, como saber que van a hacer mis compañeros. No tengo ni idea. De todas formas, TVE también está cambiando mucho.
P.- ¿En qué sentido está cambiando TVE? ¿Hacia dónde? ¿Cómo?
R.- Lo desconozco. Simplemente te puedo decir que está cambiando. Eso lo ves tú también, ¿no? Hay un nuevo consejo de administración, hay un nuevo presidente [José Pablo López] y cada uno que llega a una cadena pone su impronta y ahora es muy distinta de lo que era hace un año y medio, dos años.
P.- Se acaba de ir David Cantero de Informativos Telecinco. Ribagorda se fue hace unos meses. Piqueras se jubiló. Cada uno con sus motivos. Cada uno ha explicado el porqué. Cuando se van tus compañeros de toda la vida, los más veteranos de Mediaset, de Telecinco, ¿cómo lo vives? ¿Cómo lo sientes? ¿Cómo lo ves?
R.- Con quien más relación he tenido es Pedro Piqueras. Él toma la decisión de marcharse. Lo que pasa es que le veo en todas partes [se ríe] y no para porque es buenísimo. Con David Cantero no he tenido una gran relación en este tiempo. Desconozco cuáles han sido los motivos ni de él ni de la empresa; bastante tengo yo con los míos [minutos después fue publicado el fichaje del director de El programa de Ana Rosa por Mañaneros de La 1 de TVE]. Y con Ribagorda también llevo muchos años de relación, pero él sigue en la cadena.
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