Gema Rodríguez Neira (Ferrol, 42) nació el 24 de diciembre de 1982. Tras su firma, Gema R. Neira, están incontables series de televisión como Gran Hotel, Velvet, Las chicas del cable y, por último pero no menos importante, Manual para señoritas. La guionista, tan gallega como la productora y el productor para quien trabaja, Bambú (La Promesa) y Ramón Campos, atiende por teléfono a El Independiente en pleno rodaje de un proyecto aún por descifrar.
Muestra Gema R. Neira cautela por el éxito mundial en Netflix de Manual para señoritas, creación de servidora y María José Rustarazo. Los datos de audiencia son los que son, o sea, los difundidos a su antojo por Netflix. En su segunda semana de emisión, la serie española de época sobre un grupo de carabinas acumuló 27,6 millones de horas vistas y 4,9 millones de visualizaciones.
Tales cifras auparon a Manual para señoritas como la segunda serie de habla no inglesa de Netflix más vista a nivel mundial entre el lunes 31 de marzo y el domingo 6 de abril. Por delante está la miniserie coreana Si la vida te da mandarinas…, drama romántico de 16 episodios que lleva acumuladas durante cinco semanas 89,7 millones de horas vistas y 5,4 millones de visualizaciones.
Los doramas, o k-dramas, tienen su público. Si la vida te da mandarinas… supera las 16 horas y media de duración en total. Más mérito si cabe el de Manual para señoritas, cuya primera temporada de 8 episodios dura 5 horas y media. Pero dejémonos de cifras y centrémonos en la letra.
Con Manual para señoritas, juntóse el hambre con las ganas de comer. Netflix y Bambú Producciones querían recuperar el espíritu de Las chicas del cable (2017-2020), primera serie española de la plataforma. Pero no iban a hacer un remix de aquella. Había que buscar, primero, qué historia de época contar y, después, cómo. Tenían más clara la forma que el fondo. Y, por el camino, se cruzó la figura de la carabina, o sea, mujer de edad que acompañaba a ciertas señoritas, especialmente cuando eran cortejadas. ¡Eureka! ¿Por qué no colocar en el centro de la historia de amor a un personaje secundario e involuntariamente voyeur? ¿Por qué no hacer que la carabina se enamore del pretendiente de su señorita?
La cocreadora de Manual para señoritas niega cualquier parecido con Los Bridgerton: "Son dos series de época sobre el amor con una perspectiva más moderna, pero en la narrativa no tenemos nada que ver. Los Bridgerton es una serie más clásica porque sus historias románticas son más clásicas, incluso en la forma; tiene una narradora [inicialmente Julie Andrews], pero no hay ningún juego visual".
Manual para señoritas también tiene un narrador (el mítico actor de doblaje José Posada) y su protagonista, Elena Bianda (Nadia de Santiago), habla con él y con el público. A veces de muy malas formas. La señorita Bianda, que no vianda, rompe la cuarta pared, como la titular de Fleabag, serie británica que fascina a Gema R. Neira.
Pero las novedades de Manual para señoritas son otras, según su cocreadora: las gráficas, las rupturas de tono mediante música actual…La intención del equipo de guionistas (Salvador S. Molina, Sara Alquézar, Paula Fernández, Ricardo Jornet, Curro Serrano) era diferenciar cada uno de los ocho episodios de la primera temporada. Sorprender. Jugar. Parodiar el género a la vez que perpetuarlo. El segundo episodio, por ejemplo, recurre al lenguaje de los abanicos. En el último, a la carabina protagonista se le presentan el ángel y el demonio, personificados en sus dos mejores amigas.
En Bambú Producciones han contado tantas épocas desde el melodrama que, por el bien de sus guionistas y sus potenciales espectadores, urgía un nuevo punto de vista. Mantienen en Manual para señoritas el preciosismo, el romanticismo y la diversión de otros títulos como Tiempos de guerra (2017) y Un asunto privado (2022).
Todo arrancó con Gran Hotel (2011-2013), para Antena 3, comparada inevitablemente en su momento con la serie británica Downton Abbey. Gran Hotel era una serie clásica, con aires a Agatha Christie, y bonita de ver, por su vestuario, su estética. Era el reverso masculino de La Promesa (2023-2025). "Es una serie que ha envejecido bien", admite Gema R. Neira.
Después fueron infieles a la época y se pusieron juguetones con Velvet (2013-2016): ¿Franco quién? En Las chicas del cable (2017-2020) sí abordaron la Guerra Civil. "Es una serie que partió de intentar hablar de lo que estaba ocurriendo en España en ese momento; un movimiento de lucha por la igualdad de las mujeres", recuerda Gema R. Neira. El viaje de aquellas chicas del cable, unas telefonistas en el Madrid de los años veinte y treinta, fue también una observación del lento avance y rápido retroceso político, de la lucha por el voto femenino. "A veces, con esa distancia, es mucho más fácil hablar de cosas de manera menos agresiva y reflexionar desde la diversión", explica la guionista.
Pregunta.- ¿Cuál es el diálogo entre Manual para señoritas, ambientada a finales del siglo XIX, y nuestro presente?
Respuesta.- Estamos cuestionando mucho el amor romántico, pero lo seguimos disfrutando un montón. La idea de la serie es poner eso sobre la mesa: nos encantan las historias románticas, pero cuestionamos que el romanticismo sea lo que pensábamos antes. Hay unos roles determinados que no nos gustan.
Poner sobre la mesa esa contradicción y la importancia que tiene el amor romántico en nuestras vidas y la importancia que tiene todo lo demás. Porque en esta historia hay una cosa importantísima: la sororidad entre las mujeres. Parece que Angustias [Gracia Olayo] va a estar en contra de las chicas y, cuando hay un problema real, todas las mujeres se protegen, se ayudan, y se olvidan de las convenciones sociales.
Habla también de la importancia de los hermanos. Por muy diferentes que sean, por muchas discusiones que tengan, siempre estarán los unos para los otros. Habla de muchos tipos de amor, como el del padre. Es muy bonito el viaje del personaje de Tristán [Ulloa] con sus hijas. Es un padre que no sabe ser padre porque nunca ha tenido que serlo, porque en esa época no tenían que serlo y a veces ahora tampoco. Hay una distancia emocional entre padres e hijos.
Él aprende durante la temporada cómo ser un padre para sus hijas; no el padre que se supone, poniendo normas. No le queda otro remedio que apoyar a su hija que quiere estudiar porque la adora, aunque suponga un problema social. Es también un viaje de amor absoluto hacia sus hijas.
P.- También es importante la relación entre la carabina y, sobre todo, la hermana mediana; la amistad que se construye entre ellas. Pero hay un triángulo amoroso con el personaje de Álvaro Mel, un galán diferente.
R.- Los estereotipos no sólo afectan a los personajes femeninos, sino también a los masculinos. Santiago [Álvaro Mel] es un tipo muy sensible, pasa de las convenciones sociales y se parece más a los chicos de 20 años de hoy y a las cuestiones que ellos mismos se hacen. Camilo es también un personaje que rompe moldes, con una mentalidad más abierta y muy actual. Nos parecía interesante conectar con que ahora, las relaciones a veces también son abiertas y no pasa nada.
La anacronía de Manual para señoritas va más allá de la banda sonora. Puede que los patrones de los vestidos sí sean de época, más o menos, pero el color es "absolutamente actual". Lo mismo sucede con los edificios modernistas, adelantados ligeramente a la época en que transcurre la acción. Ni siquiera ponen nombre a la ciudad, un híbrido entre Madrid, Barcelona y Aranjuez, donde viven los personajes, aislados en una burbuja romántica. Poco les importaba el contexto político.
Uno de los retos de los guionistas fue, precisamente, su protagonista, una carabina que prefiere pedir perdón a pedir permiso. "Estamos en un momento en que hay que reivindicar que los personajes femeninos pueden tener las mismas caras que los masculinos. Puede ser maravillosa, divertida y graciosa, pero mentirosa. Esas cosas que nos han parecido encantadoras en los galanes desde los años 40. Estamos en 2025. Ningún personaje es limpio; son complejos, con cosas negativas y positivas, como todos los seres humanos", explica.
Para Gema R. Neira era importante mostrar la diversidad del presente, aunque Manual para señoritas transcurra en 1880. Con la historia de amor entre una señorita y su carabina, no pusieron los guionistas grandes impedimentos. No son cuestionadas, una vez descubiertas, por sus más allegados. Ahí –defiende Neira– radica la novedad de una trama muy vista en la ficción española de época. Es, además, la carabina, quien más reticencias tiene. Hasta que se deja llevar. No lo ve la guionista como una casilla que rellenar, sino hacer justicia: "No tiene sentido volver a las series donde todo el mundo es heterosexual".
No sólo hay mujeres lesbianas en Manual para señoritas; también un hombre negro, universitario y procedente de Guinea Ecuatorial. En este caso, se basaron en un personaje real del siglo XVI, un hijo ilegítimo de un noble, y le hicieron viajar en el tiempo, a las puertas del siglo XX, para una historia de amistad, de amor, entre el susodicho y la mayor de las tres hermanas protagonistas. Su aislamiento en la facultad de Medicina, ya sea por su raza o su género, les une.
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hace 3 minutos
Intenté ver el primer episodio pero me pareció un horror. No se sabe qué demonios quiere relatar y resulta pretencioso y anacrónico, como gente en un baile de disfraces ayer mismo.
hace 4 horas
Mucho bombo, pero no la voy a ver.