Intransigente, fanático, tozudo, sectario, inflexible. Donald Trump no ha cruzado ni el ecuador de su mandato cuando su gestión rezuma, sobre todo, populismo y radicalidad. Cualquiera que se permite el lujo de llevarle la contraria inexorablemente se torna en protagonista de su rabia y, por ende, de sus tuits incendiarios. Desde que Trump conmocionara a medio mundo y a gran parte de EE.UU al derrotar a Hilary Clinton, concretamente desde su llegada a la Casa Blanca el pasado 20 de enero del 2017, el presidente norteamericano decidió eludir la primera enmienda de la Constitución del país, aquella que consagra la libertad de expresión. Donald Trump no ha dejado de descalificar a todos los medios que se han mostrado críticos con su Gobierno.
Las cosas han llegado tan lejos que los medios de comunicación le ha declarado la guerra al presidente. En una iniciativa inédita, más 300 diarios se ha unido para gritar basta ya y publicar editoriales simultáneos. Esta idea ha sido liderada por el Boston Globe y ya la han secundado más de 300 medios en EE.UU, desde periódicos locales hasta rotativos tan prestigiosos como The Washington Post o The New York Times.
Las cosas han llegado tan lejos que los medios de comunicación le ha declarado la guerra al presidente
El impulsor de la protesta ha sido, nada más y nada menos, el periódico que en 2002 desveló uno de los mayores escándalos de pederastia de religiosos católicos en EEUU, el medio que tuvo que contra viento y marea superó todo tipo de presiones hasta llegar a la verdad. El equipo que en su día se alzó con un premio Pulitzer gracias a esta historia que terminó convertida en película. Spotlight ganó el Oscar a la Mejor Película y al Mejor Guion Original de 2016.
“Proponemos publicar un editorial el 16 de agosto sobre los peligros de los ataques de la Administración a la prensa y pedir a otros medios que se comprometan a publicar sus propios editoriales en la misma fecha". El Boston Globe convocó el pasado 10 de agosto a todos los periódicos del país a se comprometieran a publicar editoriales este jueves, se trataba de responder a los insultos de Trump, ya que el presidente en sus mítines arremete continuamente contra la prensa bautizando a los medios que no comulgan con sus ideas como enemigos del pueblo. Los periodistas que siguen sus mítines ya no aguantan sus insultos y sus gritos. Marjorie Pritchard, subdirectora responsable de los editoriales en el Boston Globe espera que la reacción de los medios “haga entender que atacar la Primera Enmienda es inaceptable”.
El enemigo del pueblo
Esta insólita decisión surgió una semana después de que el presidente repitiera por enésima vez la idea de que la prensa es "enemigo del pueblo estadounidense. "Los medios de comunicación falsos odian que diga que son los enemigos del pueblo sólo porque saben que es verdad", escribió en su cuenta de Twitter.
The Fake News hates me saying that they are the Enemy of the People only because they know it’s TRUE. I am providing a great service by explaining this to the American People. They purposely cause great division & distrust. They can also cause War! They are very dangerous & sick!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 5, 2018
Trump no se corta en su batalla personal contra los medios de comunicación y acusa, una y otra vez a cadenas de televisión como CNN y NBC de citar "fuentes anónimas que no existen para elaborar sus noticias y que inventan historias para desacreditar su trabajo en el Despacho Oval”.
“The media are good news fire extinguishers!” @greggutfeld @TheFive
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 3, 2018
Su gabinete ha llegado a impedir el acceso a la Casa Blanca a Kaitlan Collins, redactora de la CNN, porque consideraba que el pasado mes de julio en la rueda de prensa tras la visita del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se había atrevido a hacer “preguntas inapropiadas”. Esto en el país del Watergate, en el país cuya primera enmienda de la Constitución, que fue firmada el 15 de diciembre de 1791, "prohíbe la creación de cualquier ley con respecto al establecimiento oficial de una religión, o que impida la práctica libre de la misma, o que reduzca la libertad de expresión, o que vulnere la libertad de prensa, o que interfiera con el derecho de reunión pacífica o que prohíba el solicitar una compensación por agravios gubernamentales".
La iniciativa del Boston Globe comenzó a tener repercusión un día antes de lo esperado. Este miércoles han aparecido los primeros editoriales online de una iniciativa que cuenta hasta con una etiqueta para las redes #EnemyOfNone (enemigos de nadie).
Insistir en que las noticias que no te gustan son noticias falsas es peligroso para la vitalidad de la democracia"
Para empezar, el gran pope de la información, The New York Times, ha defendido en su editorial que “insistir en que las noticias que no te gustan son noticias falsas es peligroso para la vitalidad de la democracia. Y llamar a los periodistas enemigos del pueblo es peligroso, sin más”. Desde el principio, el diario neoyorquino fue uno de los más críticos con el Gobierno de Trump. No ha dejado pasar una a la administración republicana, incluso ha lanzado varias campañas de publicidad en defensa de la libertad de expresión y por la lucha de la verdad. El pasado mes de febrero, durante uno de los intermedios de la ceremonia de entrega de los Oscar, el rotativo lanzó una campaña contra "la verdad de algunas de las políticas de Trump como reforzar las fronteras o prohibir la entrada a inmigrantes musulmanes".
La verdad es difícil… difícil de encontrar… difícil de saber… y más importante ahora que nunca, destacaba el eslogan del primer anuncio lanzado por The New York Times en siete años. Un espacio por el que pagó más de dos millones de dólares en horario de máxima audiencia. Actualmente el rotativo mantiene una ardua batalla en la búsqueda de suscriptores a los que invita con frases como La verdad te necesita o Las historias avanzan muy rápido, no te quedes atrás.
Diarios de diferentes tendencias han apoyado la iniciativa. Por ejemplo, el Dallas Morning News, medio conservador de Texas, ha escrito: “Si el presidente ve información errónea, tiene el derecho y el deber de denunciarlo y mostrar los datos. No vamos a fingir que todas las historias que han aparecido en todos los medios que cubren al presidente han sido impecables. Pero tampoco vamos a fingir que no está en juego aquí una cuestión más amplia, que afecta a la libertad de la prensa de cuestionar las cosas y que afecta a los verdaderos fundamentos de nuestra República”.
Organizaciones internacionales
Estos ataques del presidente hacia la prensa no han pasado desapercibidos en las organizaciones internacionales como la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que han alertado del peligro que suponen criticas como esas.
"Estos ataques son contrarios a las obligaciones del país de respetar la libertad de prensa y el derecho internacional de derechos humanos", señalan en un comunicado conjunto ambas organizaciones. Los expertos destacan su preocupación a que los periodistas "puedan sufrir actos de violencia por los comentarios negativos que reciben por parte de Trump”.
Por su parte, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al Hussein, aseguró este fin de semana que las agresiones verbales del presidente "se están acercando mucho a la incitación a la violencia".
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