La información siempre ha sido un bien intangible fundamental, pero su importancia ha crecido para las televisiones desde que aparecieron en el mercado las multinacionales que ofrecen contenidos de ficción en streaming, como Netflix, Amazon Prime Video o HBO. Principalmente, porque estas empresas no se dedican a contar noticias y analizar la actualidad, al contrario que los principales grupos audiovisuales españoles, como son Atresmedia, Mediaset y Radiotelevisión Española.
Se aproximan unas nuevas elecciones generales y estas tres compañías -las dos privadas y la pública- no parten en las mismas condiciones. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), los canales de Atresmedia son los preferidos por el 40% de la población para informarse de este tipo de acontecimientos. Antena 3 lo es para el 21%, mientras que La Sexta, para el 19%. Por su parte, el grupo RTVE lo es para el 24,7% y La 1 es la preferida por el 22,7%.
Este último dato no se refleja en términos de audiencia, dado que la televisión pública hace un buen tiempo que no encabeza la lista de informativos más vistos ni triunfa en las grandes citas.
El efecto Ferreras
En la última noche electoral, celebrada el 26 de mayo, el ganador fue el programa especial presentado por Antonio García Ferreras, que logró un 14,3% de cuota de pantalla y 2.573.000 espectadores. Ese día, La 1 consiguió un 7.4% de cuota y 1.015.000 seguidores.
Unas semanas antes, la distancia fue todavía mayor, pues Objetivo Moncloa, de La Sexta, logró el mejor dato de los últimos años, al registrar una media de 4.044.000 espectadores, y 20,7% de la cuota de pantalla. El especial de RTVE cosechó resultados más positivos que en ocasiones precedentes, pero quedó lejos del líder, con 2.120.000 televidentes y el 11,5% de share, según los datos de Kantar Media.
El programa diario de Antonio García Ferreras, Al rojo vivo, se estrenó pocos meses después del 15-M, en 2011, para competir con Mediaset en una franja en la que se emitía Las mañanas de Cuatro, presentado, entonces, por Marta Fernández y, posteriormente, por Jesús Cintora -con buenos resultados- y por Javier Ruiz.
En el crecimiento de este espacio jugó un papel importante la cada vez mayor agitación política, que se plasmó en el fin del bipartidismo, en el incremento de la tensión en Cataluña y en diferentes convocatorias electorales, entre otros episodios.
Hace algo más de un año, se quedó sin su competidor directo en la franja matinal después de que Mediaset decidiera retirar de la parrilla Las mañanas de Cuatro. Desde entonces, sus resultados han mejorado. En lo que va de mes, su audiencia media es del 14,6%.
Durante las noches electorales, su evolución también es positiva. El primer especial de Al rojo vivo que se emitió con motivo de unos comicios fue el 20 de noviembre de 2011, cuando Mariano Rajoy ganó las elecciones. Entonces, su audiencia fue del 2,7%, frente al 15,7% de RTVE.
Las cosas cambiaron significativamente desde entonces. En la siguiente gran cita electoral, el 20 de diciembre de 2015, el programa de García Ferreras logró el 17,6% de cuota de pantalla, frente al 9,8% de La 1. En junio de 2016, cosechó el 14,9% por el 10,3% de la televisión pública.
Alineación a la izquierda
La línea editorial de izquierda que tiene esta cadena de televisión le ha valido varias críticas por parte de la derecha. Mariano Rajoy, de hecho, llegó a lamentar en un acto de partido el “martilleo” que las televisiones privadas hacían sobre los casos de corrupción que afectaban al Partido Popular. En aquella época, la relación de Atresmedia y Mediaset con el Ejecutivo era tan tirante que Moncloa retiró a los portavoces populares de las tertulias políticas.
Más recientemente, el dirigente de Vox, Víctor González, afirmó en un acto de campaña que cerraría La Sexta si su partido llegaba a gobernar, al considerar que algunos de sus contenidos atentaban contra los intereses de España. Posteriormente, Santiago Abascal desmintió ese supuesto, pero bien es cierto que este canal ha estado siempre en la lista de medios incómodos para el partido.
El pasado agosto, su cuota media de pantalla fue del 6%, frente al 12,7% de Telecinco, el 11,2% de Antena 3, el 8,7% de La 1 y el 5,2% de Cuatro. Sus informativos lograron una media del 9,5% y de 782.000 espectadores, frente al 14,6% de Telecinco y de Antena 3; y el 11,5% de La 1.
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