La noche de este lunes tuvo lugar en Madrid la gala de entrega del Premio Cerecedo de Periodismo. Un galardón instituido hace 40 años por la Asociación de Periodistas Europeos en recuerdo del periodista Francisco Cuco Cerecedo, fallecido de un aneurisma en 1977 cuando cubría para el periódico Diario 16 un viaje de Felipe González a Colombia. En esta XL edición, el premio ha recaído en el periodista radiofónico Carlos Alsina. Fue Felipe VI, acompañado de la reina Letizia, el encargado de entregar el galardón al director de Más de uno, el programa que conduce cada mañana en Onda Cero, durante una cena celebrada en Hotel Palace de la capital.

De Alsina, el Rey destacó su "distancia crítica" y su firme "propósito de otorgar al oyente una visión lo más amplia posible que le permita formarse su propia opinión" y su capacidad como entrevistador. "Resulta determinante la manera de afrontar una entrevista que plantea Alsina y que sitúa a la audiencia en el centro, dejando en un segundo plano el protagonismo de quien pregunta y la voluntad del preguntado", describió el monarca.

En palabras de Felipe VI, Alsina muestra un compromiso con "la búsqueda de la verdad sin dejarse vencer por la complacencia hacia sus interlocutores, ni por el temor a incomodarles, unido a un análisis riguroso de la información desde diferentes perspectivas". Una actitud que sintoniza con la trayectoria del Cerecedo, que lleva cuatro décadas premiando a profesionales que "informan a la sociedad sin supeditarse a presiones e intereses" y "prestigian una profesión imprescindible en el cuidado y salvaguarda de libertades que, como sabemos, no se consiguen de una vez para siempre".

"El cortejo no es de periodistas"

En un discurso no exento de humor, Carlos Alsina comenzó recordando el día que conduciendo una unidad móvil quedó empotrado en el cortejo fúnebre de Lola Flores, ante el reproche de un guardia municipal. Algo que le previno para siempre de la tentación del grupie o de la adulación al poderoso. "Cada vez que hoy tengo un ministro, o aspirante, sentado en mi estudio y me asalta la tentación de bailarle el agua suena aquel guardia en mi cabeza: ‘El cortejo no es de periodistas, Alsina’. Y no bailo", aseguró.

El locutor insistió en la necesidad de resistir esa tentación que ofrece la proximidad del poder cuando citó una humorada célebre de Cerecedo, quien dejó dicho que la gran aportación del periodismo española a la cultura universal fue el "género reclinatorio" –"el del elogio a la autoridad competente. E incompetente también, no discriminamos"–. La fiscalización del poder y un "radical apego a la verdad" son para Alsina las exigencias inexcusables del oficio que, citando de nuevo a Cerecedo, debe ser "libre, honrado y crítico". "La verdad frente a la manipulación. La verdad frente a la distorsión. La verdad frente a los pretendidos cambios de opinión. Nos mueve el valor que concedemos a la palabra dada, a la coherencia y a la memoria", añadió.

‘No estamos en guerra, presidente, estamos trabajando’

El director de Más de uno se mojó y no eludió referirse, aunque indirectamente, a la situación política actual del país. "Lamento defraudar a quienes piensan que todo es elástico. Mantener la palabra dada no lo es; la coherencia no lo es; el compromiso no lo es. La mentira sobre nuestra historia reciente –muy reciente– seguirá siendo mentira aunque la haya abrazado quien dice velar por nuestra memoria histórica y democrática. La mentira sigue siendo mentira aunque la haga pasar por verdad quien sabe que es mentira. Palabra, coherencia, memoria, compromiso. Ésa es nuestra Tierra Firme", dijo, jugando con el título del inminente nuevo libro del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

"Copio a Martin Baron esto que le respondió a Donald Trump cuando el entonces presidente acusó al Washington Post de combatirle insanamente: ‘No estamos en guerra, presidente. Estamos trabajando’", remató el periodista.

Los reyes con Alsina y el jurado del Premio Cerecedo de Periodismo antes de la foto de familia. | Juanjo Martín / EFE

"Pilar esencial" de la democracia

De vuelta al discurso del rey, Felipe VI señaló la irrupción de la Inteligencia Artificial como el principal reto al que se enfrenta al periodismo de hoy. "Su aparición no solo afecta al trabajo individual del periodista, sino que también puede alterar los sistemas de producción, distribución y consumo de noticias, proporcionando tantas oportunidades como riesgos dependiendo de su utilización", ha constatado. El monarca abogó por una "búsqueda de un bien común" haciendo compatibles "los beneficios de una correcta utilización de los medios que facilita la IA" con "el control de la labor insustituible del periodista". Nuevas herramientas que “pueden mejorar una profesión indispensable en el devenir de las democracias", pero manteniendo “los principios y valores que rigen el periodismo y que pasan por la independencia, el rigor y la búsqueda desinteresada de la verdad".

Como en anteriores ocasiones, Felipe VI aprovechó para insistir en la importancia de un periodismo libre, "pilar esencial de nuestras democracias", para garantizar las libertades y los derechos de los ciudadanos. "Corresponde a los periodistas y a los medios de comunicación la asunción de un compromiso esencial con los principios constitucionales que reconocen, garantizan y aseguran" dichos derechos y libertades.