El proyecto de televisión de Prisa ha cobrado forma durante las últimas semanas, un viejo anhelo de algunos de los altos directivos de la compañía. Según ha podido saber El Independiente, representantes del grupo de medios de comunicación han mantenido encuentros recientemente con algunos empresarios del sector para explorar la compra o el alquiler de una licencia para llevar este nuevo canal a la TDT nacional.
A la cabeza de las negociaciones se ha situado José Miguel Contreras, quien ejerce de consejero editorial de Prisa Media y quien ha tanteado el mercado en busca de propietarios de 'permisos de emisión' que estén dispuestos a transferir la titularidad.
Fuentes del mercado han explicado que, tradicionalmente, el precio de estas operaciones se ha fijado en el equivalente a 5 años del alquiler, que actualmente puede oscilar entre 1 millón y 2,5 millones de euros.
Estas licencias eran de alto valor hasta hace dos décadas, pero los cambios tecnológicos, los del mercado publicitario y los relacionados con los hábitos de consumo de los ciudadanos han devaluado su valor.
Para completar esta operación, haría falta el visto bueno de Moncloa, quien debe autorizar a Prisa como nuevo licenciatario y conceder luz verde a su proyecto audiovisual.
No se espera en el mercado que la compañía presidida por Joseph Oughourlian tenga problemas en este sentido, dada la cercanía ideológica con Moncloa, como por la vocación de crear un nuevo canal con una línea marcadamente progresista, tal y como los promotores de esta idea han transmitido en el palacio presidencial.
Este periódico se ha puesto en contacto con el grupo propietario de cabeceras como El País, Cadena Ser o Cinco Días y han declinado hacer algún tipo de comentario al respecto de esta operación.
Contreras y Fran Llorente
La inversión en el canal no ha sido aprobado por el Consejo de Administración de la compañía, pero tanto Contreras como el responsable de Prisa Media, Fran Llorente, han mantenido contactos y realizado varias gestiones para intentar que salga adelante.
No todos los directivos de Prisa están de acuerdo con financiar este proyecto. De hecho, esta opción genera algunas dudas internas. Entre otras cosas, por los elevados costes fijos que obliga a asumir el lanzamiento de un canal de televisión, tanto en lo relacionado con el transporte de la señal -hasta 5 millones de euros al año- como en la confección de una parrilla de programación competitiva.
La TDT está dominada por dos grandes operadores privados -Atresmedia y Mediaset- que destinan cientos de millones de euros en la parrilla publicitaria. Entre ambos acaparan el 85% de invierten los anunciantes en el sector, que en 2023 fue de 1.694 millones de euros.
Sin embargo, una buena parte del dinero de los medios tradicionales ha emigrado durante los últimos años a Google, a las redes sociales y a las plataformas audiovisuales.
Inversión publicitaria
Durante el primer trimestre del año, la publicidad en buscadores aglutinó el 24,3% de la cuota de mercado -i2p, Arcemedia-, frente al 18,7% de las redes y el 0,9% de los influencers. Es cierto que la inversión en televisión mejoró el 7,9%, pero también lo es que la inmensa mayoría de esos fondos terminan en los dos grupos que más invierten en el sector.
El único canal generalista que no puede alcanzar ese volumen es Trece, que pertenece a COPE (Ábside Media) y que ha acumulado un déficit desde su lanzamiento de alrededor de 100 millones de euros. Su audiencia el pasado abril fue del 1,7%.
La Conferencia Episcopal emitió su cadena con una licencia alquilada a Unidad Editorial hasta 2016, después de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy convocara un concurso de adjudicación de permisos de emisión en el que obtuvo uno 'en propiedad'.
Dentro de ese proceso, resultaron ganadores -con un canal por cabeza- Atresmedia, Mediaset, Radio Blanca, Secuoya y Real Madrid.
Vocento y Prisa no fueron agraciadas dentro de ese procedimiento, pero ahora la compañía presidida por Oughourlian intenta cumplir con ese objetivo de vuelta a la TDT, 13 años después de vender Cuatro a Gestevisión Telecinco con una abultada deuda.
Para que este proyecto salga adelante, Contreras y compañía deberán consumar la adquisición o el alquiler de una licencia de emisión, obtener el plácet de Moncloa y, sobre todo, vencer las resistencias internas que han encontrado en Prisa.
Coqueteos con el sector audiovisual
Conviene recordar que la idea de retomar la idea de que Prisa tenga un canal de televisión no es nuevo. De hecho, cuando el grupo adquirió la productora de Contreras, se especuló con que la compañía no tardaría en dar un nuevo salto a la pequeña pantalla.
Lacoproductora pertenece a Prisa desde finales de 2022 y la editora de El País y desde entonces la compañía no ha parado de crecer en el negocio audiovisual.
"En el terreno de la producción potenciará la colaboración con otras compañías de producción y operadores de distribución para la creación de productos originales que tengan como base los contenidos que generan los diferentes medios del grupo, para su distribución en distintas plataformas", explicó la empresa tras adquirir el negocio.
Prisa ha ido dando pasos para ir preparando el terreno y hacer pruebas y ensayos en el sector audiovisual. El canal de El País, que emite solo a través de sus redes sociales vía Internet, alcanzó un acuerdo con Rakuten para que pueda visionarse a través de dicha plataforma.
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