En la jornada política más importante del año -la del pasado domingo-, La 1 obtuvo uno de sus datos de audiencia más bajos de 2024. Terminó el día con el 7,3% de la cuota de pantalla, mientras que su programación especial de la noche electoral lo hizo con un 8,3% en su primer tramo y un 7,4% en el segundo. Fue superada por los espacios políticos de Antena 3 y LaSexta; y por la ganadora de la noche, que fue Telecinco con Supervivientes (15,1%).
La compleja realidad de la televisión pública requiere de soluciones rápidas -explican las fuentes internas consultadas por este periódico-, pero no parece que vayan a llegar con premura. De hecho, algunas se han demorado durante años, como la relativa a la renovación de la norma que fija el servicio público que debe cumplir RTVE, el Mandato Marco, que lleva caducado desde el 31 de diciembre de 2017.
Son varias incertidumbres las que planean actualmente sobre Radiotelevisión Española. No sólo sobre su futuro a largo plazo, sino también sobre el inmediato. Este martes, corría por sus mesas un manifiesto -cuya autoría no se especificaba- que denunciaba la mala situación de RNE. “La radio pública no cuenta con un proyecto (...) ni con la figura de una dirección que defienda su marca y sus posibilidades, tanto en la propia RTVE como en un panorama audiovisual cada vez más competitivo”.
Un rompecabezas político
Esta situación no sólo afecta a la radio pública, sino a toda la corporación. Es sabido que su presidenta, Concepción Cascajosa, se encuentra en una situación de interinidad que terminará el próximo septiembre. Entonces, el Consejo de Administración debería determinar si la renueva en su ‘cargo provisional’ -necesitaría 5 apoyos de entre los 9 miembros- o si elige a un sustituto, que ejercería esta función hasta que el Congreso designara a un presidente por seis años.
Esta última opción no parece cercana, dado que implicaría alcanzar un pacto entre el PSOE y el Partido Popular para que el candidato obtuviera en la Cámara Baja el respaldo de dos terceras partes de los diputados. Los resultados de las elecciones europeas -que reafirman la existencia de bloques enfrentados- y la tensión que mantienen entre ambos partidos no ayudan a disipar la niebla que pende sobre el horizonte de RTVE.
Tampoco clarifica la situación el proceso que se ha abierto en Sumar tras la dimisión de Yolanda Díaz, que podría llegar a alterar los equilibrios en el Consejo de Administración de la corporación, donde hay dos vocales, uno más cercano a esta coalición -José Manuel Martín Medem- y otro a Podemos -Roberto Lakidaín.
Fuentes del alto mando de la corporación tienen constancia de que Moncloa sopesa un plan B en caso de que los populares se nieguen a acordar la renovación del Consejo. Pasaría por 'reformular' la normativa vigente para modificar el requisito de la mayoría cualificada por el de la absoluta para seleccionar a los vocales y al líder de RTVE. Pese a todo, está por ver si el Ejecutivo sería capaz, llegado el caso, de obtener los apoyos suficientes para aprobar esa ley, ante su debilidad parlamentaria.
Varias vacantes en el alto mando
Sea como sea, en el ámbito interno existen algunos asuntos que están pendientes de resolver sobre los que Cascajosa deberá pronunciarse próximamente. El que quizás es más relevante tiene que ver con el nombramiento del nuevo secretario general corporativo y del director de Contenidos.
Se espera que la presidenta presente su propuesta al Consejo de Administración en su próxima reunión, que está prevista para el 24 de junio. Sin embargo, algunas voces afirman que Cascajosa no tiene claro si impulsar estos nombramientos o si esperar a después de las vacaciones de verano, por si el Congreso hubiera desbloqueado por entonces la renovación del órgano de gobierno de RTVE.
Cabe recordar que la jefatura de Contenidos Generales la ocupaba hasta el pasado abril José Pablo López, quien fue destituido por el Consejo de Administración. Desde entonces, una parte de esas funciones las ha asumido Ana María Bordas y, la otra, el consejero Ramón Colom, quien ha ayudado en algunas gestiones, explican los mismos informantes.
Lo que temen -añaden- es que esta situación de provisionalidad afecte a medio plazo a la audiencia de los canales de RTVE. Para estas próximas semanas, se espera que la Eurocopa de selecciones de fútbol y los Juegos Olímpicos, además de Grand Prix, ayuden a La 1 a recuperar la segunda posición de la lista nacional de canales generalistas e incluso a pugnar por la primera en julio.
Dura vuelta de vacaciones
El problema podría presentarse en septiembre, dado que RTVE no cuenta con grandes novedades para la nueva temporada ni con un excesivo presupuesto, detallan desde su Dirección. Las últimas reuniones del 'Comité de Compras' han sido ‘de muy baja intensidad’ y eso podría provocar una pérdida de competitividad de la parrilla de programación de La 1, con el consiguiente efecto sobre su dato de audiencia.
Un consejero reparaba este martes sobre el dato que obtuvo el programa especial de la noche electoral (7,3%), así como el debate a 9 que se emitió el pasado jueves (595.000 espectadores). En este sentido, incidía en que el dato es muy bajo y que la inestabilidad y la falta de un proyecto firme no ayudarán a que mejore.
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