Catorce años después de iniciar su proyecto televisivo, la Conferencia Episcopal todavía no ha sido capaz de rentabilizarlo. De hecho, Trece (13 TV) ha perdido dinero durante todos los ejercicios dese su fundación, hasta haber acumulado un déficit superior a los 110 millones de euros, según la información que obra en poder del Registro Mercantil.

Las cuentas del último ejercicio completo -2023- reflejan una ligera reducción de los números rojos desde los 3,95 hasta los 3,7 millones de euros. Sin embargo, también disminuyeron los ingresos de esta sociedad el 6,2%, hasta los 12,84 millones de euros.

Todo ello, en un contexto en el que el mercado publicitario televisivo menguó el 2,3%, según datos de la consultora Arcemedia.

Trece depende actualmente -como COPE- de una sociedad matriz, que es Ábside Media S.L., creada hace varios años por los Obispos para agrupar sus activos mediáticos. Este accionista de referencia ha expresado su compromiso de compensar las pérdidas que genere esta televisión durante su actividad. De hecho, en el pasado ya se han realizado diferentes operaciones sobre su capital -ampliaciones y reducciones- para equilibrar su balance, según se desprende en sus informes de cuentas, a los que ha accedido este periódico a través de la plataforma Insight View.

Patrimonio negativo

Según señala su auditor, el pasado 31 de diciembre Trece presentaba un patrimonio neto negativo, de 17,7 millones de euros como consecuencia de las pérdidas acumuladas. En los últimos años, el déficit ha sido menor, pero llegó a superar los 13 millones de euros durante la década pasada, antes de que los gestores de esta televisión aplicaran un programa de ahorro de costes.

La Conferencia Episcopal mantiene el modelo generalista para este canal y, por tanto, compite con los principales canales de la TDT, con presupuestos mucho mayores. La audiencia de Trece, sin embargo, es minoritaria y el pasado julio se situó en el 1,9% de la cuota de pantalla.

En estas condiciones, concitar el interés de los anunciantes es complejo. Máxime dentro de un mercado publicitario en el que cada vez más empresas compiten por acaparar la mayor cantidad posible de inversión. Entre ellas, las grandes multinacionales del sector digital.

Por eso es tan complejo rentabilizar este tipo de proyectos; y de ahí que los Obispos hayan tenido que asumir tantas pérdidas desde que iniciaron este canal, que tiene una misión informativa y de entretenimiento, pero también pastoral.

El Cascabel

En la memoria anual de cuentas, la empresa incide en que más de 10 millones de personas contactaron en algún momento con su programación religiosa en 2023, dentro de un canal que vieron en algún momento 25 millones de españoles, según sus datos. Su programa más visto volvió a ser El Cascabel, comandado por Antonio Jiménez.

Dentro de Trece trabajaban a finales de 2023 un total de 119 personas, frente a las 147 del año anterior. Su gasto en salarios fue de 3,7 millones (4,26 millones), el cual fue menor, por ejemplo, del que asumió en concepto de 'transporte y difusión de la señal', que ascendió a 5,6 millones.

Este coste fijo es actualmente la gran barrera de entrada a la TDT y condiciona generalmente la actividad de las pequeñas empresas.

Conviene recordar que, durante varios años, Trece emitió en una licencia que le alquilaba a Unidad Editorial. La situación cambió en 2016, después de que el Gobierno de Mariano Rajoy le concediera su propio permiso de emisión, dentro de un concurso en el que también se llevaron el gato al agua Atresmedia, Mediaset, Secuoya, Radio Blanca y Real Madrid.