Eran otros tiempos, con una menor oferta de entretenimiento audiovisual y con un sector futbolístico en el que los periodistas podían acercarse más a menudo a los jugadores. Ahí se inició una competencia entre José María García y José Ramón de la Morena que terminó en una batalla. Primero, por la audiencia y, posteriormente, en lo personal. Movistar Plus estrenó hace un tiempo una miniserie que ilustra sobre esta rivalidad, en la que se observa cómo estos dos locutores disponían de redacciones periodísticas que convirtieron en sus particulares ejércitos. Quien era soldado de uno no podía ser amigo de nadie de la tropa de enfrente.

Todo ese ambiente despertó el interés en los oyentes. Tal es así que al comparar la audiencia que conseguían sus programas con la que acumulan los actuales se puede apreciar una pérdida de seguidores del 35%, según ha comprobado este periódico a partir de los datos del análisis del Estudio General de Medios.

La última oleada de esta encuesta otorgaba a los tres principales programas de la radio nocturna una audiencia total de 1.799.000 fieles. Juanma Castaño (El Partidazo de COPE) lidera la franja, con 893.000, después de sumar 219.000 en un año.

Le sigue un Manu Carreño (El Larguero) en sus horas más bajas, con 660.000 (-59.000), mientras que en tercera posición están Edu Pidal y Rocío Martínez (Radioestadio Noche, Onda Cero), con 246.000 (+78.000).

Descenso nocturno

No suelen analizarse las audiencias radiofónicas con una mayor perspectiva que la cuatrimestral, dado que es la periodicidad con la que se publica el EGM. Sin embargo, si se echa la vista atrás se puede apreciar la decadencia de este formato deportivo, dado que actualmente interesa a una mucho menor audiencia que en sus años dorados.

Sin ir más lejos, en 1997, cuando José Ramón de la Morena observaba la constante pérdida de fuerza de García, el primero cerró la temporada con 1.613.000 seguidores, frente a los 1.281.000 del segundo.

El sorpasso de la SER a la COPE se produjo dos años antes, en la primera ola del EGM de 1995. Entre los dos programas sumaban ahí 2.590.000 fieles diarios.

Su éxito era tal que esa franja constituía un segundo prime time radiofónico y la exclusiva o entrevista principal de cada día marcaba la agenda del día siguiente.

La retirada de José María García -con un número de seguidores menguante ya entonces- dejó a De la Morena como líder indiscutible de esa franja, aunque su audiencia también se resintió. De hecho, los medios de comunicación reflejaron en 2010 el mínimo histórico de su programa, que en la tercera ola el EGM de ese año apenas si superó la barrera del millón de oyentes.

De El Larguero a El Transistor

De la Morena voló en 2016 a Onda Cero y allí estrenó El Transistor. Onda Cero lo fichó para intentar atenuar el golpe que recibió tras la marcha de Carlos Herrera a la Cadena COPE, pero su empeño no tuvo éxito. El afamado locutor se estrenó con 372.000 oyentes, a un mundo de distancia de Manu Carreño en la SER (1.020.000).

Quien fuera el líder de la radio nocturna durante muchos años no enganchó a la audiencia en su nueva casa. Es más, en su momento más bajo rebasó por poco el listón de los 200.000 oyentes diarios.

En años sucesivos se libró una batalla entre Juanma Castaño y Manu Carreño por la primera plaza en esa franja. Finalmente, ha sido el locutor de COPE quien se ha impuesto en esta guerra. Cada vez con más claridad además.

Es cierto que estos programas se ofrecen actualmente en otros formatos, como el podcast, pero también que el medidor de audiencia oficial les otorga mucha menos audiencia que tiempo atrás.