Responsables del área de vídeo del Grupo Prisa mantuvieron hace unos días una reunión con sus trabajadores para abordar distintos temas, ante el inicio del nuevo curso. Entre los asuntos que se abordaron se encontraba el relativo al lanzamiento de un canal de TDT de ámbito nacional. Durante la charla, reconocieron que existen dudas en la cúpula de la compañía acerca del proyecto, dado que una parte de sus efectivos considera que podría generar ‘un agujero negro de pérdidas’.

Personas presentes en la conversación han explicado a El Independiente que dentro del departamento de vídeo de Prisa Media se sabe desde hace unos meses de la existencia de este proyecto -que se nutriría de algunos contenidos informativos que ya se realizan en el grupo- y que sus principales defensores son el actual jefe de este departamento, Fran Llorente, y el consejero editorial y empresario, José Miguel Contreras.

Contreras fue el fundador de LACOproductora, es decir, de la empresa audiovisual que adquirió Prisa en marzo de 2022, la cual ha producido para varias de las plataformas de contenido bajo demanda que operan en España; y ha realizado proyectos para Radiotelevisión Española -de donde procede Fran Llorente- como Las cosas claras, Días de tele o El condensador de fluzo.

Este periódico avanzó hace unos meses la intención de estos Llorente y de Contreras de impulsar un proyecto para devolver a Prisa a la TDT, más de una década después de su salida, cuando vendió la mayoría accionarial de Cuatro a Mediaset.

Con o sin licencia de TDT

Mientras este proyecto se cuece dentro del grupo, el Ministerio de Transformación Digital, encabezado desde hace unos días por Óscar López tras la marcha de José Luis Escrivá al Banco de España, prepara una actualización del Plan Técnico Nacional de TDT que liberará un espacio en el espectro radioeléctrico. Las empresas del sector dan por supuesto que esta reforma culminará con la creación de una nueva licencia de televisión, en la que Prisa podría estar interesada.

El problema es que en el área de toma de decisiones del grupo existen dudas sobre la rentabilidad de este proyecto televisivo. No tanto porque los contenidos que se emitan sean costosos, sino por los elevados costes fijos que obliga a asumir la creación de una televisión, tanto en lo que respecta a la difusión de la señal como en las cuestiones técnicas.

Un ejemplo de canal generalista ‘modesto’ es el de Trece, es decir, el proyecto en la TDT de la Conferencia Episcopal, que emite desde 2016 con licencia en propiedad. Según publicó este periódico el pasado verano, esta televisión ha generado a los Obispos pérdidas de 110 millones de euros desde su fundación.

Santander, pesimista

Los analistas de Santander también se han pronunciado sobre el proyecto audiovisual de Prisa. En un informe publicado el pasado 21 de mayo, el banco consideró inviable que la propietaria de El País y la Cadena SER lance una cadena de este tipo a tenor de su realidad económica.

Santander considera que sólo existen dos modelos viables, en caso de que Prisa siga adelante con el proyecto. El primero sería el de lanzar un canal generalista que aspire al 5 o al 6% de la cuota de pantalla, "con una mayoría de contenidos propios producidos y diversificados que incluyen noticias, entretenimiento, formatos en directo".

El problema es que esa iniciativa -calcula el banco- obligaría a invertir entre 100 y 150 millones de euros anuales; y requeriría de al menos 2 ó 3 años para alcanzar el punto de equilibrio en sus cuentas.

La otra opción con la que contaría Prisa sería la de crear un "canal de nicho" que se nutriera del "contenido barato de terceros" o del "contenido ya existente (por ejemplo, contenido de noticias)". En ese caso, la inversión anual, sólo en costes fijos, rondaría los 7-8 millones de euros, con una audiencia objetivo de entre el 1 y el 2% del share.

Dudas internas

La decisión final sobre este asunto la tendrá el Consejo de Administración de Prisa -en caso de que este asunto llegue a prosperar-, pero su presidente, Joseph Oughourlian, ha expresado a los responsables del canal sus dudas con respecto al proyecto, según han detallado fuentes del grupo.

También conocen esta cuestión los trabajadores del área de vídeo de Prisa, a quienes se ha transmitido que esta idea está en el horizonte, pero que cuya aprobación dependerá de factores que escapan al ámbito de decisión de los responsables de esta sección.

Conviene recordar en este aspecto, que Prisa creó un comité interno que se reúnen periódicamente con la intención de aportar nuevas ideas a la compañía. Este organismo, sin capacidad ejecutiva, está compuesto por unos 50 empleados de las diferentes áreas del conglomerado. El objetivo que tiene este grupo de profesionales de Prisa expertos en diversas áreas es poner en marcha la hoja de ruta diseñada antes de que finalice el ejercicio.

El grupo de profesionales, como narran fuentes internas, fue el que llevó la idea hasta varios directivos para poder ejecutarse, una idea que gustó dentro de los que abogan por tener un canal televisivo, para reforzar la marca de Prisa y, de paso, obtener mayores ingresos a través de la publicidad. No obstante, desde el conglomerado no se tiene ninguna intención de competir con los grandes cadenas.

De hecho, las dudas entre las altas esferas ha enfriado la opción y todo está por resolver.