Andrés Varela Entrecanales es uno de los empresarios mediáticos más cercanos al Gobierno. Su empresa, The Pool, fue, junto con Secuoya, la encargada de producir la serie Las cuatro estaciones, dedicada a contar el día a día del Palacio de la Moncloa y a ofrecer una perspectiva personalista sobre la presidencia de Pedro Sánchez.

Varela Entrecanales y un grupo de socios (Global Alconaba) compraron en mayo de 2022 el 7% de las acciones de Prisa, que estaban en manos de Telefónica. Invirtieron 34 millones de euros en la operación. Se hicieron con la titularidad de 50,1 millones de acciones a un precio de 0,68 euros. Es decir, con una prima de casi 0,10 euros por cada participación.

Esos títulos tienen actualmente un valor de mercado de alrededor de 17,5 millones de euros, lo que deja claro que la idea de invertir en este grupo de medios de comunicación no ha sido rentable. Al menos, por el momento.

En mitad de una guerra

A esta cantidad se unen las aportaciones que ha realizado Alconaba durante los últimos dos años para financiar las dos operaciones de bonos convertibles en acciones que decidió el Consejo de Administración del grupo en 2023 y 2024. Las cuentas de este primer ejercicio todavía no están disponibles en el Registro Mercantil.

Las del segundo -a las que ha accedido este periódico a través de la plataforma Insight View- muestran que los socios de esta entidad realizaron una ampliación de capital de 1,5 millones de euros para apoyar esta operación financiera en Prisa y no diluirse en el accionariado de la propietaria de El País y la Cadena SER.

Un año después de este hecho, Varela Entrecanales y sus socios -entre los que se encuentran el empresario que produce Grand Prix- se encuentran en una tesitura complicada en Prisa, en mitad de una guerra contra el principal accionista, Amber Capital (29,7%), y amenazados por su máximo representante, Joseph Oughourlian.

Este último promovía el miércoles en el Consejo de Administración una resolución que implicará la reducción de la dimensión de este órgano de 15 a 11 plazas. ¿Esto qué significará? Que Global Alconaba perdería el derecho a reclamar la presencia de un representante, dado que no cuenta con el número necesario de acciones.

Los díscolos

Eso podría dejar a esta empresa sin voz ni voto en el órgano de gobierno de Prisa, con un poder que se reduciría a la Junta de Accionistas. Eso sí, con una asociación extraoficial con Adolfo Utor -dueño de Balearia-, que posee el 5,4% de las participaciones y con Diego Prieto, con el 3,1%, además de con José Miguel Contreras, que posee un pequeño porcentaje del capital.

Todos ellos fueron quienes impulsaron el proyecto de televisión con el que pretendían participar en la licitación que el Gobierno tiene previsto convocar para conceder un nuevo canal de TDT. Lo hicieron en connivencia con el ya expresidente ejecutivo de Prisa Media, Carlos Núñez -que dimitió el miércoles- y con altos cargos del grupo, como el director audiovisual, Fran Llorente.

El problema es que Oughourlian no quería esa cadena y eso generó una guerra en el grupo que se ha saldado con el cese de Núñez y el despido de José Miguel Contreras como consejero asesor de Prisa Media, además de con el rechazo tajante al proyecto, que se sustanció en la reunión del Consejo de Administración del pasado martes.

Justo después de ese encuentro, el presidente de Prisa enviaba un correo electrónico a los trabajadores del grupo en la que incidía en que la entrada en la TDT no tiene sentido dados los objetivos estratégicos que persigue la compañía y la reducción paulatina del mercado de los anunciantes en el sector audiovisual tradicional.

La misiva la remató con la siguiente frase: "Os aseguro que haré todo lo que esté en mi mano para garantizar el futuro de Prisa". La pregunta que se plantea es la relativa al poder de decisión que concederá a partir de ahora a los accionistas críticos, que hicieron inversiones millonarias que ahora tienen dificultades para recuperar, como Global Alconaba.