Cuentan quienes estos días han coincidido con Joseph Oughourlian que está furioso, pero cargado de determinación. Después de varios meses de dimes, diretes y maniobras a su alrededor, ha tomado impulso y ha pasado al ataque. En menos de una semana, ha frenado el proyecto de televisión que se cocinaba en el grupo y ha 'decapitado' a sus impulsores. Carlos Núñez y José Miguel Contreras ya no están en el grupo, mientras arrinconaba a otro de los grandes interesados en que saliera adelante, Andrés Varela Entrecanales, cuya presencia en el Consejo de Administración ha quedado comprometida.

Del empresario francés se han compuesto decenas de rimas y leyendas desde que aterrizó en España. Es cierto que su figura está rodeada de cierto halo misterioso y que su apuesta por Prisa fue tan arriesgada que no pareció casual. Pero, más allá de los comentarios, Oughourlian es un inversor cuyo gran objetivo es ganar dinero. No es un lobo de Wall Street al uso. Medios como Le Monde elaboraron completos perfiles sobre su vida y subrayaron su gusto por la ópera. Le gusta desde niño, cuando vivía en casa de sus padres.

Su progenitor era neuropsiquiatra, nacido en Líbano y de padre armenio. Ella, una enfermera inglesa. Oughourlian tiene cierta vocación humanista y gusto por la política y las apariciones públicas, pero su objetivo es siempre la rentabilidad de su fondo, Amber Capital, fundado tras bregarse en los mercados financieros londinenses y neoyorquinos. No es una entidad gigante ni grande, pero en España amasa cierto poder.

Oughourlian, pie en pared

Su negativa a cumplir con los deseos de José Miguel Contreras y compañía le ha enfrentado al Gobierno. En tiempos en los que Moncloa ha ganado influencia sobre el Ibex-35 a golpe de talonario y de cierta bravura cuestionable -basta ver su papel con la OPA del BBVA o en la salida de Telefónica de Álvarez Pallete-, Oughourlian ha puesto pie en pared y se ha negado a invertir ni un euro en un canal de TDT. No sólo eso, sino que ha anunciado una purga que amenaza a todos aquellos que defendieron el proyecto o que toleraron las acciones invasivas de sus impulsores. Estos días, en las conversaciones que ha mantenido con miembros de Prisa, ha repetido la misma frase en varias ocasiones. Se resume en este mensaje: “Querían controlar el grupo [en referencia a Contreras y compañía] sin poner ni 1 euro de su bolsillo”.

Lo que ha hecho Oughourlian es, nada más y nada menos, que plantarse frente a los intereses del Ejecutivo. Se ha enfrentado al presidente del Gobierno y ha dificultado el cumplimiento de uno de los grandes objetivos de esta legislatura, como es el de redefinir el panorama mediático español, lo que implica la corrección del 'desequilibrio' que observan desde Moncloa en el sector, donde -piensan- hay más voces de derecha que de izquierda, desde en las mesas de tertulia hasta dentro del panorama empresarial.

Como contó este sábado El Independiente, los impulsores del canal de televisión -al que Oughourlian llama 'Tele-Pedro'- no están dispuestos a abandonar el proyecto y pretenden ponerlo en marcha con un presupuesto anual estimado de 25 millones de euros. Entre sus socios estará el propio Contreras, además de Varela Entrecanales, de Adolfo Utor (Balearia) y Diego Prieto. Según ha podido saber este periódico, han entablado contactos en los últimos días con Secuoya para evaluar la posibilidad de crear algún tipo de asociación que ayude a poner en marcha el canal.

Un Gobierno inversor

El presidente de Prisa está dispuesto a defender sus intereses y su inversión; y eso le ha enfrentado al Gobierno, que es quien repartirá este año 161 millones de euros en publicidad institucional y quien regará a los grandes grupos de medios con 65 millones en fondos europeos, con los que pretende ayudarles a afrontar su proceso de digitalización y adaptación a la era de la inteligencia artificial.

Cualquier represalia que se ejecute desde Moncloa podría hacer sufrir a Prisa... y viceversa, dado que El País y la Cadena SER han sido los dos grandes aliados mediáticos del Gobierno durante los últimos tiempos; y no parece prudente atentar contra los intereses de la radio más escuchada y uno de los periódicos más leídos en internet. Tampoco sería conveniente un giro para Prisa, donde saben que una modificación de la línea editorial podría hacerle perder una parte de los 400.000 suscriptores de El País.

Todo puede pasar. Una fuente cercana a Oughourlian recordaba estos días que este empresario no se arrugó ni siquiera con Juan Luis Cebrián, un especialista en luchar en el barro y en ganar batallas inverosímiles que incluso llegó a inventarse un plan de sucesión -y a prorrogarlo- para evitar su destitución, hace una década. Hubo un día, allá por esos tiempos, en el que el dueño de Amber Capital manifestó su deseo de conocer al exdirector de El País para realizarle una serie de sugerencias sobre la gestión del grupo.

Se vieron en el despacho de Cebrián -convertido casi en sacristía en Gran Vía 32- y el tono de la conversación subió rápidamente. Llegado un punto, el periodista le 'obsequió' a Oughourlian con el primer tomo de sus memorias -y de momento, el único-, como queriendo decir: “no sabe usted con quién está hablando”. Un par de años después, el empresario francés había conseguido la cabeza del consejero delegado y del propio Cebrián. Para el recuerdo quedará el discurso que ofreció en el turno de palabra de una Junta de Accionistas. Duró 11 minutos y dedicó todo tipo de lindezas al ejecutivo.

En los meses posteriores, Cebrián maniobró para que Prisa constituyera una fundación, en la que quería ponerse al frente. Oughourlian se opuso, como estos días lo ha hecho con Contreras y compañía. Eso sí, entonces le otorgó un premio de consolación al solicitante. Fue la presidencia de honor de El País. Un aliado de Contreras, Carlos Núñez -expresidente ejecutivo de Prisa Media-, se la arrebató hace un año, después de que trascendiera que Cebrián iba a colaborar con el digital The Objective.

Guerra sucia

A Contreras le ha enseñado directamente la puerta, al igual que a los directivos de su entorno. Cuentan algunos accionistas que les ha sorprendido la virulencia de esta guerra, que ha incluido descalificaciones, filtraciones afiladas, una visita a París en las que los 'díscolos' llegaron a recordar a Vivendi de la existencia de un contrato de publicidad que mantiene Prisa con su filial, Havas. El colmo llegó cuando intentaron utilizar determinadas cuestiones personales para arrinconar a Oughourlian.

Se sobreentiende cierta elegancia y trato entre caballeros en los Consejos de Administración, pero algunas veces no es así. Pese a todo, y pese haberse situado en la posición contraria a la que le reclamaba Moncloa con el canal de TDT, el dueño de Amber Capital está tranquilo, según transmiten desde su entorno, volcado en la negociación con la que pretende refinanciar los 750 millones de euros de deuda financiera del grupo y en la posterior elaboración de un plan estratégico. Pese al ruido que se ha generado en los últimos días, esto es lo más relevante que afecta al grupo.

El 'bando rebelde' de accionistas no se da por vencido y le ha emplazado a la Junta de Accionistas para terminar de resolver esta batalla. Tienen fe en convencer a la familia Polanco de votar el cese del dueño de Amber, como también a Vivendi. Fuentes del grupo consideran casi imposible esto último. Entre otras cosas, porque Oughourlian fue un gran aliado de Vicent Bolloré cuando tomó el control en Francia del grupo Lagardère. Los favores en el campo de batalla son difíciles de olvidar. Ahí se generan las verdaderas complicidades.

¿Y qué sucederá en la guerra contra el Gobierno? Ésa es otra gran cuestión. Moncloa avaló a Oughourlian cuando maniobró para arrebatar a Santander el control de Prisa. Después, el empresario francés ayudó a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales a tomar el control del Consejo de Administración. Recuerda una fuente del sector mediático estos días que lo de 'quien a hierro mata, a hierro muere' no suele cumplirse en todas las ocasiones, pero que, cuando se ejecuta, suele dejar consecuencias desoladoras. ¿Podrán en Moncloa con Oughourlian? ¿Le presentarán una oferta que no podrá rechazar? He aquí la gran pregunta que se plantea sobre el futuro de Prisa a día de hoy.