El presidente de Telefónica, Marc Mutra, y el ministro de Transformación Digital, Óscar López, mantuvieron el pasado 12 de febrero un encuentro, en París, con el consejero delegado de Vivendi, Arnaud de Puyfontaine, en el que el responsable de la multinacional francesa recibió presiones para vender el 12% de las acciones que mantiene en el Grupo Prisa.

El semanario francés Le Point se hace eco este sábado de la citada reunión, en la que presionaro a Vivendi para que aceptara la oferta que iba a recibir por parte del grupo de accionistas afines al Gobierno, conformado por Global Alconaba, Adolfo Utor (Balearia) y Diego Prieto.

Según relató El Independiente hace dos semanas, en el encuentro amenazaron a Vivendi con la ruptura del acuerdo publicitario que mantiene con Telefónica a través de su filial Havas. Sin embargo -según ha podido saber este digital-, Pyufontaine incidió en las consecuencias a las que podrían exponerse en caso de resolver un contrato firmado.

Telefónica, a la cabeza

Lo novedoso de la información de la cabecera francesa es que vincula en esas presiones al propio Murtra, lo que confirmaría la utilización política de la operadora de telecomunicaciones para cumplir con el objetivo de Moncloa de situar a una persona afín a la cabeza de Prisa.

Esto afectaría a los intereses de su principal accionista, Joseph Oughourlian, quien cuenta con el 29,7% del capital tras haber invertido alrededor de 400 millones de euros en la compañía, tanto en la adquisición de paquetes de participaciones como en el apoyo a operaciones de aumento de capital o compra de bonos convertibles en acciones.

Conviene señalar que Telefónica dejó de ser socio significativo de Prisa en 2022, cuando vendió el 7% de sus títulos a Global Alconaba. Posteriormente, se deshizo del resto de su participación, hasta completar el proceso a finales de 2023.

Por tanto, no tiene un interés directo en la editora de El País y la Cadena SER que pueda justificar la participación de sus directivos en una maniobra política en el grupo. Máxime si implicara la ruptura de un acuerdo comercial.

El precedente de Vivendi

No conviene perder de vista que, a finales de 2021, Vivendi pidió permiso al Ejecutivo de Pedro Sánchez para crecer por encima del 10% del capital en Prisa.

Esta empresa española está considerada como de interés estratégico dentro del real decreto de medidas económicas que se aprobó durante el primer estado de alarma, en 2020, con el objetivo de evitar operaciones hostiles de fondos de inversión en las sociedades cotizadas españolas. La norma sigue en vigor.

En aquel entonces, la petición de Vivendi generó suspicacias en Moncloa, dada la ideología del fundador de la multinacional francesa, Vicent Bolloré, a quien se ha asociado con la derecha radical. Por esta razón, el Gobierno demoró la concesión y solicitó múltiple información a la interesada hasta que provocó su desestimiento.

Desde entonces -explican fuentes cercanas a Oughourlian- existe cierta desconfianza entre los gestores de Vivendi -con Puyfontaine a la cabeza- y el Gobierno de Pedro Sánchez. Tal es así que en Amber Capital descartan que cambie de posición en Prisa y ceda a las pretensiones del Ejecutivo.

La reunión a la que hace referencia Le Point confirmaría lo que también publicó este periódico, y es que los 'accionistas rebeldes' de Prisa -con José Miguel Contreras en las operaciones, con un pequeño paquete de participaciones en su poder- están dispuestos a batallar durante los próximos meses para desbancar a Oughourlian antes o durante la Junta de Accionistas.

También ratificaría uno de los temores que tienen en los altos despachos de Prisa estos días, y es que Moncloa está dispuesta a utilizar a Telefónica -con su poder económico- como herramienta a favor de Sánchez y de su programa de Gobierno, que implica la toma del control de Prisa, pero también el castigo a los medios conservadores, que, en algunos casos, cuentan con importantes contratos publicitarios con la operadora.

Telefónica declina hacer comentarios sobre asuntos relacionados con la agenda de su presidente.