Llegar a Villar del Saz de Navalón, 24 kilómetros al noroeste de Cuenca, a finales de julio, es escuchar el permanente sonido de las cigarras, la banda sonora del verano, salvo el fin de semana pasado cuando por sorpresa de los 14 habitantes de la pedanía conquense tuvo lugar una macro fiesta clandestina hecha por amantes de la música techno. Una rave que llevaba por nombre el de Kamikase 3.0.
Durante las primeras horas del miércoles 18 de julio la llegada de los primeros vehículos encendieron las alarmas de los habitantes de Villar del Saz de Navalón, que rápidamente empezaron a especular de qué se trataba: “En un primer momento pensamos que eran okupas” y tuvimos “miedo”, asegura Marisa, una autónoma de 50 años y sobrina del alcalde de la pedanía, Raimundo Villalba. "Esa noche cerré las puertas y ventanas para dormir, pero no logré conciliar el sueño", relata.
El jueves, con la llegada de más y más caravanas, trailers y furgonetas llenas de personas de diferentes países con toda la intendencia de iluminación, sonido, escenario, carpas, abastecimiento de alimentación, etc., el alcalde y agricultor octogenario, Raimundo Villalba, alertó del acontecimiento mediante una llamada al alcalde del municipio de Fuentenava de Jábaga, José Luis Chamón, que estaba de vacaciones en Valencia y tuvo que regresar para afrontar la situación. Éste dio aviso a la Subdelegación de Gobierno de Cuenca, que a su vez informó a las autoridades competentes, Guardia Civil, Seprona e Infocam.
Uno de los mayores temores era el riesgo de incendio; sin embargo, “no hubo que lamentar ningún incidente, ni por este motivo, ni por ningún otro”, da cuenta de ello Chamón, quien afirma que “en la ubicación del terreno donde se puso el escenario los vientos dominantes casi nunca suelen ir hacia el pueblo porque hay un pequeño vallejo con dos montes de naturaleza frondosa que de alguna forma hizo que esos decibelios tan fuertes de los equipos de sonido no alteraran la noche de Villar del Saz de Navalón”.
Si bien el comportamiento de los foráneos asistentes a la rave fue un auténtico “ejemplo de civismo”, en todo momento “hemos estado directa o indirectamente coordinados”, de alguna forma “vigilando desde la lejanía”, asegura el alcalde del municipio, quien reconoce haber disfrutado de la fiesta el sábado (día en el que se alcanzó el pico más alto en número de asistentes, entre 3.000 y 4.000, calcula) “cuando el termómetro apretaba” y la noche del domingo acompañado de su esposa y "Raimundo", quien salió de la cama para vivir el ambiente del ya denominado "evento del siglo" a dos pasos de su domicilio. Había un gran despliegue de dispositivos de seguridad como extintores, carteles luminosos con indicaciones y patrullas de la Guardia Civil y medioambiental. Además de los propios mensajes de los fiesteros que apelaban al cuidado del entorno: "Please, no paint. Danger fire risk".
El Independiente pudo estar con algunos de los empadronados en la pedanía, en su totalidad jubilados y agricultores, que recordaban con gran entusiasmo el fin de semana festivo que les regalaron los miles (1.500, según sus cálculos) de foráneos, en su mayoría belgas y franceses, que durante cinco días les sacaron de la monotonía. "Había muchísimos perros", cuenta Basi, como prefiere que le llamemos. Marisa describe que "usaban una paellera para tirar las colillas" y que "tenían bolsas de la basura en cada esquina".
Mariano, el encargado del bar, "hizo el agosto" el fin de semana y cuenta Aurea que iban a buscar sobre todo “comida, hielo y tabaco”. "Pusieron una especie de control recaudatorio a la entrada del aparcamiento para quien quisiera voluntariamente dejar alguna moneda". A los habitantes del pueblo les invitaban a disfrutar de la música y bebida gratis, incluso les dijeron que si en algún momento les molestaba el volumen de la música que no dudaran en decírselo. De hecho, en uno de los carteles que colgaban de las estructuras del escenario se leía: "Nos han cedido este espacio para la fiesta, esperamos poder volver y eso también depende de ti. Mantén limpio el entorno, vigila, ya que hay riesgo de incendio. No graffiti hoy. Respeta y respira".
También entramos a El Pilón, un bar de Jábaga, el núcleo central del municipio a 19 km de Villar del Saz de Navalón, donde nos atendió, llamémosle, Paco (ya que no quiso que apareciera su nombre en este artículo), y un par de vecinos que a esa hora tomaban una cerveza en la barra. El dueño del bar, un hombre grande y risueño, nos contó que no se pudo resistir a la tentación de la rave de la pedanía vecina: "Vendían los vasos plásticos con el propósito de que cada uno tuviera el suyo y lo reutilizara las veces que quisiera". Y "tenían un gran generador de cuatro luces". No es la primera vez que asiste a una fiesta de este tipo, dice que años atrás ha estado en alguna rave de Benicàssim.
Andrea, hija de Marisa que estudia en Cuenca y va a casa de su madre a veranear, cuenta -a la par que enseña vídeos y fotos- que "lo tenían muy bien montado. Hicieron un elefante enorme de papel". "Aquello parecía la Torre de Babel", agregaba otro vecino que bailó al ritmo del "pum, pum, pum". Una fiesta en la que Paquito, el chocolatero no se echó de menos.
Fernando, también sobrino de Raimundo, habló con una de las "chiquillas" de la fiesta quien le decía: “Nuestro grupo es muy sensato. Tiene como principios el respeto y la libertad” y se autodenominan como “anarquistas”, a lo que Fernando añade: "Si éstos son anarquistas, ojalá todos lo fueran". Lo cierto es que en las instrucciones que los organizadores de la rave dieron a los asistentes se leía en español y en inglés el siguiente texto:
"En la jungla no hay leyes, existe el sentido común y el apoyo mutuo entre los seres que habitan en ella. No podemos permanecer neutrales, la llamada de la selva es inminente. En la jungla tampoco hay camión de la basura, por eso, es crucial que cada uno se llebe (sic) sus residuos y colabore a mantenerla en su estado natural. Vamos a hacer el animal juntos! Nos vemos en la pista!! Cuidado, alto riesgo de incendio. Cuida de ti, de los que te rodean, de la fiesta y del espacio".
Una de las asistentes a la rave y de las últimas en irse del lugar, es polaca y nos cuenta: "Lo hemos pasado muy bien, España tiene un clima perfecto". Tenían un horno para hacer pizzas y una máquina de helados, nos enseña su compañero que hizo unos waffles de los que Amparo, también residente, pudo comer y dar cuenta de "lo buenos que estaban". Les transmitimos las buenas vibraciones y agradecimiento de los lugareños por el admirable comportamiento que habían tenido, a lo que uno de los jóvenes con acento francés contestó: "¡Qué menos! ¿No? ¡Como tiene que ser!". "Como no tengas un amigo o conocido que te invite de boca a una de ellas es muy difícil darte cuenta", de manera que son eventos tan masivos como irónicamente exclusivos.
Chamón: "El cumplimiento de la ley es lo primero"
Quisimos saber si querían que un evento como éste se repitiera en futuras ocasiones y nos encontramos por un lado con la respuesta del alcalde, José Luis Chamón: “Tal y como se ha desarrollado esta actividad, al ser indiscutiblemente clandestina e ilegal, yo tengo que defender el cumplimiento de la ley. Si ésta no se cumple, yo tengo que decir que no por las circunstancias, condiciones y consecuencias que puede conllevar después. Si se fomenta esto y no hay medidas de seguridad, de organización, evacuación, sanitarias, medioambientales, etc. no se puede hacer”, recuerda quien no en vano fue durante doce años concejal de Festejos del Ayuntamiento de Cuenca. Y por otro lado la respuesta, casi al unísono, de los lugareños: "¡Que vuelvan! Villar del Saz de Navalón les deja sus puertas abiertas". Otro, se vino arriba y lanzó una idea al aire: "La próxima, una rave para jubilados". El comportamiento, excepcional, el cariño… en definitiva, “ha habido un feeling entre unos y otros”, concluye Chamón.
En cuanto a la finca en la que se llevó a cabo la macrofiesta (ocuparon dos terrenos, uno como aparcamiento y, al otro lado de la carretera, el escenario), dice el alcalde municipal que "justamente hacía veinte días atrás hablábamos en el ayuntamiento sobre los pastos del término y sobre esta nave en concreto. Y cuando crees estar tranquilo viene de buenas a primeras alguien y hace lo que para nosotros ha sido imposible de conseguir”. En relación al titular, “no sabemos quién es el dueño de la nave y los terrenos, no se ha dirigido al ayuntamiento y desconocemos si es el que ha adquirido la finca recientemente o si es que la ha alquilado para este caso concreto”. Una nave que años atrás fue una fábrica de harina, según nos cuentan algunos residentes, que cayó en quiebra y que “hace aproximadamente siete años que no pasta el ganado ovino por el término”, aseguran.
Además, el alcalde municipal subraya un hecho que tiene lugar en estos municipios: "Los ayuntamientos pequeños son más cercanos al ciudadano y se tiene por costumbre que esto de la ley como que no va pa ellos". Es decir, quien piensa que "yo hago en mi finca urbana o rústica lo que quiero porque es mía" se equivoca. Recuerda que el procedimiento es dirigirse a la administración que tiene las competencias municipales para saber si lo que se pide se adecua o no a la norma; de no ser así, la responsabilidad recae sobre quien lo permite, "porque si no pides el permiso correspondiente, el responsable es quien lo hace, bajo su total responsabilidad". Por tanto, tal y como se ha organizado, preparado, realizado y desarrollado, él en su posición de alcalde se opone: "El cumplimiento de la ley es lo primero".
Limpieza, respeto y mucho feeling
El miércoles 25 de julio, justo una semana después de que empezaran a llegar los visitantes, quedaban alrededor de diez caravanas con los más rezagados que no tenían ninguna prisa para marcharse. Estaban recogiendo con calma las últimas carpas y colchonetas mientras otros comían de la propia olla una sopa aparentemente casera. Bajo los 34º que marcaba el termómetro sólo pensaban en encontrar un río o similar donde poderse refrescar.
Esa misma mañana José Luis Chamón pasó por las inmediaciones de la pedanía a comprobar cuál era el estado del terreno después de la macrofiesta. "Hoy ha quedado todo perfectamente limpio", nos dijo. "El día de ayer, martes, por la tarde llamé a la Mancomunidad de Basuras para que recogieran lo que efectivamente ellos han dejado en bolsas de basura".
Otros lugares de España también fueron escenario de raves y hoy son festivales consolidados que llevan años y años celebrándose como es el caso de Viñatek, que se celebra en paralelo con el festival de Viña Rock en Villarobledo (Albacete). Las tierras manchegas son, pues, un referente nacional en el itinerario ravero.
Las tres fechas importantes del año para los de Villar del Saz de Navalón son: la fiesta grande (aunque después de Kamikaze ya no será la más grande) en honor a su patrón, San Sebastián, el 20 de enero que reúne a un centenar de personas entre locales y familiares; la Asunción de la Virgen María el 15 agosto y la de Santa Teresa de Jesús el 15 de octubre. Y siempre a disposición estará su chocolate: los bombones de La Abadía de Jábaga.
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