Hay bromas pesadas y otras inexplicables. La ocurrida esta semana en la localidad guipuzcoana de Hondarribia podría incluirse en las dos categorías. Su historia comenzó el miércoles en la comisaría de la policía municipal. Dos mujeres acudieron denunciando que la víspera descubrieron una serpiente mientras paseaban por la marisma de Amute, entre el mar y un río. En su denuncia ante los agentes narraron que asustadas sacaron una fotografía al reptil y que posteriormente, tras comparar su aspecto con otras imágenes en la Red descubrieron que se trataba de uno de los ejemplares más mortíferos, la ‘bitis gabónica’ o víbora de Gabón. Una especia caracterizada por su longitud, sus largos colmillos y sobre todo, por su veneno mortal.
Fue entonces cuando se activó el operativo que empleó a agentes policiales, servicios forestales de la diputación y a expertos en la materia, como los herpetólogos de la sociedad de Ciencias Aranzadi. Se instalaron trampas de calor para capturarla y se batió la zona. En todo el área donde las dos jóvenes habían denunciado haber visto la víbora se instalaron vallas para acordonarla con carteles de grandes dimensiones con el lema ‘Atención, serpiente peligrosa’.
Los rastreos se llevaron a cabo con minuciosidad desde el mismo miércoles y el jueves. Cada palmo. Los expertos incluso confiaron más en las condiciones climáticas adversas para la pervivencia de esta víbora entre las víboras, animal tropical, como última esperanza al no localizarla pese a los intentos.
Jamás la hubieran encontrado, simplemente no estaba, nunca existió. Las dudas sobre cómo una serpiente como esa, propia de climas africanos, pudiera haber llegado hasta la humedad de Hondarribia se confirmaron esta mañana. La Ertzaintza anunció que todo se había tratado de una broma pesada y que la fotografía en la que se había basado la denuncia en realidad jamás se hizo en el lugar. En un primer momento se analizó la procedencia de la misma y se concluyó que podía ser real, que no parecía descargada de Internet, extremo que ahora se ha comprobado erróneo.
Un análisis más detallado de la imagen que las denunciantes emplearon para corroborar la aparición de la serpiente permitió descubrir que el entorno de la misma no se correspondía con el lugar donde dijeron haberla visto. Para entonces, la imagen de la víbora de Gabón y los comentarios sobre sus peligrosidad, su longitud –hasta dos metros- y sus largos colmillos –hasta cinco centímetros- ya se habían difundido profusamente por las redes sociales y sembrado cierto temor en el entorno de Hondarribia.
Ahora la Ertzaintza imputará a una de las mujeres -la que habría iniciado el bulo- y que denunció su falsa aparición en la marisma, por un delito contra el orden público y que podría estar penado con entre tres meses y un años de prisión. La falsa denuncia supuso la movilización de abundantes recursos públicos de los servicios de emergencia, la unidad forestal y profesionales de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
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