La Guardia Civil ha hallado muertos y enterrados a los dos pequeños desaparecidos en Godella (Valencia), una bebé de pocos meses y a su hermano de tres años y medio. Tras horas de interrogatorio, la madre de los menores ha detallado a las autoridades el lugar exacto en el que se encontraban los cadáveres. Posteriormente ha sido detenida, mientras el padre permanece como investigado.
Un amplio dispositivo policial buscaba desde esta mañana en Godella (Valencia) a los niños, desaparecidos en extrañas circunstancias y vistos por última vez el miércoles por la tarde por una amiga de la pareja.
Según la versión del padre, los hechos habrían ocurrido el miércoles por la noche, cuando la madre trató de ahogarlos después de que la pareja tuviese una fuerte discusión. Gabriel y María, ambos de unos 30 años, permanecen bajo la custodia de la Guardia Civil prestando declaración. Las autoridades han desvelado que ambos sufren problemas psiquiátricos.
Antes de encontrarlos, Gabriel había declarado a las autoridades que “están todos muertos” y que su esposa se había sumergido en una piscina para reencarnarse en sus hijos. Mientras tanto, la mujer había hablado de que “para resucitarlos hay que bucear”.
La voz de alarma la dio una vecina que llamó al 112 a las 8:30 horas de esta mañana después de haber visto a un hombre ensangrentado, semidesnudo y armado corriendo detrás de su mujer en Godella (Valencia).
Una patrulla se desplazó a la zona donde vivía la familia, donde encontraron restos de sangre por la piscina de la vivienda. En uno de los muros había una pintada, en la que se podía leer “vais a morir todos”.
Según fuentes policiales, en un principio solo se encontró al padre que, al ser preguntado sobre el paradero de la madre y de los pequeños, se limitó a dar respuestas "incoherentes". Por ello se dio por desaparecida también a la mujer, pero un perro del Servicio Cinológico de la Guardia Civil la encontró sobre las once de la mañana en una zona próxima a la vivienda desnuda y escondida en el interior de un bidón, al parecer para tratar de escapar de su marido, quien reconoció posteriormente que tenía intención de matarla.
Los padres malvivían como okupas en una caseta abandonada del término municipal de Godella, próximo a Roccafort. El hombre trabajaba como cocinero pero fue despedido por el consumo de sustancias estupefacientes, según fuentes de la investigación. Además, servicios sociales había abierto un expediente debido a los problemas mentales de los progenitores y la desatención hacia los menores, que podía conllevar una retirada de la custodia.
En el dispositivo de búsqueda han participado 110 efectivos, con participación de Policía Nacional y Local, Guardia Civil, voluntarios de Protección Civil, y bomberos con perros especializados.
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