Aunque en términos relativos el último balance del Ministerio de Sanidad demuestra que se ha ralentizado ligeramente el ritmo de contagios y de personas fallecidas, España carga a día de hoy con 7.340 fallecidos y más de 85.000 contagiados por coronavirus. Y Madrid sigue siendo la comunidad más castigada, con casi 3.400 muertes. Y la situación sigue siendo "crítica" en hospitales y residencias madrileñas que no cuentan ni con la capacidad logística ni con el personal suficiente para abastecer la demanda de atención sanitaria.
Así lo denuncia el presidente del Colegio de Médicos de Madrid, Miguel Ángel Sánchez Chillón (Madrid, 1958), una institución que representa a 46.000 médicos, con 40.000 de ellos batallando ahora contra la crisis del Covid-19 y de los que unos 2.000 se han ofrecido voluntarios. En conversación con El Independiente, el doctor da cuenta de la "situación límite" que están viviendo los profesionales sanitarios en Madrid, y censura que el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, dijera este lunes que su institución "pone palos a las ruedas" en la gestión del coronavirus, tras criticar Chillón el detrimento de la Atención Primaria por el traslado de profesionales de Ifema. El experto descarta "entrar en polémicas políticas" con el dirigente del PP, aunque apunta que, como representantes de la profesión médica, "podemos y debemos opinar sobre cómo debemos gestionar esto, sin entrar en las críticas".
P.- En líneas generales, ¿cómo valora la gestión de la crisis del Ministerio de Sanidad en general y de la Comunidad de Madrid en particular?
R.- No es buena, porque las administraciones han pecado de inexperiencia, improvisación y de falta de planificación. Es una crisis que probablemente nadie hubiese esperado, y lo entendemos. Pero una vez estamos dentro, se debe ir corrigiendo el rumbo, aunque para eso debemos ser capaces de admitir que, a veces, el rumbo está equivocado. Y en la crisis no está habiendo un mando único rector, que dé unas órdenes claras para que podamos remar en una única dirección. Y con muchas directrices, llegamos a actuar de forma casi anárquica.
Hace falta que el mando único fluya en la crisis y dé instrucciones uniformes. Y no fluye por falta de experiencia"
P.- ¿Se debe achacar por tanto el desbordamiento sanitario en Madrid a la descoordinación entre administraciones?
R.- Hay descoordinación, pero más que eso hablaría de que no hay un mando que fluya y haga llegar las instrucciones de forma inmediata, clara y uniforme a toda la red asistencial. Y no fluye por falta de experiencia.
P.- ¿Qué opina de que un cargo de Ayuso acuse al Colegio de Médicos de Madrid de poner "palos en las ruedas" en la gestión de la crisis?
R.- Ahora es el momento de trabajar y de apoyar. Es en lo que estamos. El Colegio no va a entrar en polémicas ni en enfrentamientos de tipo político, pero tenemos la función de potenciar la profesión médica. Nos estamos dejando la piel, y si vemos que la administración actúa de una forma errónea, y hablo en nombre de la inmensa mayoría de los profesionales en Madrid, debemos opinar para que la situación se intente reconducir. Eso no es una crítica. Somos los que estamos en la trinchera, los que viven y ven cada día cómo colapsan hospitales y centros de salud.
Estamos al 150% de la capacidad de las UCIs en Madrid. Algunos centros, incluso por encima del 200%"
P.- Precisamente, ¿cuál es la situación actual en las UCIs madrileñas?
R.- Estamos al 150% de la capacidad de las UCIs que tenía Madrid, y algunos centros están a más del 200%. Se están habilitando camas en bibliotecas, en quirófanos que no se utilizaban... en cualquier espacio.
P.- ¿A qué realidades se está enfrentando el personal sanitario?
R.- Están tomando decisiones impensables en una cultura como la nuestra desde el punto de vista ético. Tanto en hospitales como en Atención Primaria. A un enfermo de 80 años ya no se le ingresa, aunque sepamos que es susceptible de ello, aunque sepamos que tiene muchas posibilidades de fallecer. Porque el diagnóstico de la enfermedad es ya tan malo que en los hospitales no se pueden arriesgar a quitarle una cama de UCI a otra persona que tiene más posibilidades de salvarse. Vivir eso es muy duro.
P.- Hay 13.000 sanitarios infectados por coronavirus en España. ¿Qué estamos haciendo mal?
R.- Hay protocolos de actuación con el personal infectado, pero de nuevo no fluye el mando único y no existe una única hoja de ruta para todos. ¿Por qué enferman? Básico, no hay suficientes test ni medidas de protección para evitarlo. En pleno siglo XXI, con sistemas altamente tecnificados y sabiendo perfectamente cuál es el nivel de transmisión del virus, no somos capaces de evitar el contagio de sanitarios. Nos preparamos bien para una guerra, pero no somos capaces de hacerlo para un virus. Hay además otro plus: el hecho de que el personal trabaje de forma intensiva, demasiadas horas, con poco descanso y con tensión añadida hace que se generen errores humanos, que infla el índice de contagios.
Si no logramos aplanar la curva, la situación en los hospitales de Madrid será parecida a la del medievo
P.- ¿Con qué previsiones cuenta el Colegio para los próximos días? ¿Cuál sería el peor escenario?
R.- Aún dando por hecho una disminución en el número de casos nuevos en los próximos días y, por tanto, de casos complicados, la UCI sigue teniendo un límite y eso vuelve a plantear un dilema ético: el paciente ingresado en cuidados intensivos suele ser de larga duración, lo que atasca el resto del sistema. Si no logramos aplanar la curva y teniendo en cuenta la situación actual, en los hospitales podríamos llegar a una situación casi del medievo. La solución podría pasar en ese caso por plantear los traslados de pacientes madrileños a otras comunidades, porque Madrid está al límite.
P.- ¿Qué consecuencias personales tendrá esta situación para los profesionales?
R.- El tiempo lo dirá. Pero están sufriendo mucho. En general, no creo que seamos ni la misma sociedad ni las mismas personas que cuando comenzó la crisis. Esto es un trauma colectivo, una catástrofe continuada en el tiempo.
Cuando todo pase, no seremos ni la misma sociedad ni las mismas personas
P.- Tras esta experiencia, ¿estaría España preparada para una segunda ola de Covid-19 en un futuro?
R.- Espero que aprendamos. Algunos países tienen capacidad para distribuir armas por todo el planeta, y sin embargo recortamos en algo que no podemos evitar: enfermar. ¿Que el virus va a perdurar? Seguro. El futuro de la humanidad va a estar condicionada por los microorganismos y por nuestra capacidad de combatirlos. Y lo peor de esta crisis no ha sido la infecciosidad ni la mortalidad, sino la brusquedad de su llegada. Puedes dar de comer a 50 personas en un año, pero no puedes invitar a 50 a tu casa en un día. Esto es lo mismo.
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