Las aguas de un pantano parecen seguras y las del río invitan a un baño refrescante, sobre todo ahora que muchos ciudadanos se han quedado sin piscina o sin playa por el coronavirus. Pero son zonas peligrosas y no suelen estar vigiladas, motivo por el que las últimas semanas suman más fallecidos que otros años.
Así lo advierten desde la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, que acaba de publicar los datos sobre ahogamientos del primer semestre del año y advierte de que ir a canales, embalses, ríos, pantanos, cascadas o lagos es "un potencial riesgo para la vida".
Del 1 de enero a 30 de junio se han contabilizado 111 fallecidos por ahogamiento frente a los 138 de 2019, a pesar de los meses de confinamiento, incluida la Semana Santa. Y el 95% de ellos (105) ha ocurrido en lugares sin vigilancia, cuando el año pasado este porcentaje no superaba el 87%.
Se trata de datos del Informe Nacional de Ahogamientos (INA) de la Federación, que subraya que la segunda quincena de junio registró el 70 % de las muertes por ahogamiento de todo ese mes -al entrar en la nueva normalidad- y principalmente en zonas no vigiladas.
En junio se han contabilizado 38 muertes por ahogamiento no intencionado en España, de las que 33 (el 86,84%) se produjeron en espacios sin vigilancia.
Nueve de ellas ocurrieron el último fin de semana, y siete fueron en lugares de baño que no tenían servicio de vigilancia ni socorrismo, en su mayoría en espacios de interior.
Las cifras suponen un cambio en la estadística que desde 2015 elabora la Federación, que reflejaba que las playas españolas eran el espacio en el que más ahogamientos no intencionales se producían: el 73% de los ahogamientos de 2020 se han producido en lugares diferentes a playas o piscinas, cuando el año pasado ese porcentaje no llegaba al 60%.
La comunidad autónoma con más ahogados el pasado semestre es Galicia, con 17 fallecidos (4 de ellos en junio), seguida por Comunidad Valenciana, con 16 (10 en junio); Andalucía, con 14 (4 en junio); Canarias, también con 14 (2 en junio), y Cataluña, con 10 (2 en junio), mientras que Navarra y Madrid no suman ninguna, al igual que Ceuta y Melilla.
Consejos antes de lanzarse al agua
El director de Prevención y Seguridad de la Federación de Socorrismo, Francisco Cano, pide a las autoridades más vigilancia en las zonas naturales, pero sobre todo que todos los ciudadanos sigan "las tres P" de precaución, prevención y prudencia, siempre necesarias pero más cuando vamos a un lugar al que no acudimos habitualmente, no hay socorrista y sobre todo si hay niños o mayores.
"El hecho de algunas personas no vayan a la playa, haya piscinas cerradas y suframos altas temperaturas hace que queramos refrescarnos y acudamos a lugares diferentes", en los que debemos extremar la precaución porque son peligrosos y además no están vigilados, añade en declaraciones a Efe.
Otros riesgos de este verano, apunta Cano, pueden ser las piscinas hinchables que están proliferando en patios o terrazas, en las que también pueden ocurrir accidentes.
La decisión de permitir o no el baño en zonas naturales corresponde a las comunidades autónomas, y por ejemplo la de Madrid ha decidido prohibirlo este año porque según la OMS no está claro que el coronavirus no se transmita en aguas no tratadas.
Además, "resultaría muy complicado garantizar que se cumplen las medidas de higiene y prevención" de la pandemia, según explica a Efe el director de la Agencia de Seguridad y Emergencias regional, Carlos Novillo.
A pesar de esta prohibición, el fin de semana que comenzó la denominada nueva normalidad -el 21 de junio- se registraron aglomeraciones en las cuatro zonas naturales de baño de la región, sobre todo en el Pantano de San Juan, en el que se colapsaron los accesos y se vio a varias personas en el agua, por lo que se determinó limitar la entrada los fines de semana.
Las policías locales, la Guardia Civil y los agentes forestales vigilan las zonas naturales de Madrid, incluso con embarcaciones, para evitar que los ciudadanos se salten las prohibiciones actuales y también, como otros años, para evitar aglomeraciones, incidentes e incendios, para lo que es fundamental respetar los lugares de aparcamiento y dejar los caminos libres.
Aunque los madrileños tienden a llenar casi todos los espacios, este verano las zonas naturales de baño registran "una densidad como no se había visto nunca", asegura Novillo, que advierte del peligro que entraña bañarse en estos lugares, y más si no lo hacemos habitualmente.
"El pantano da sensación de falsa seguridad. Parece una playa al entrar, pero las condiciones cambian de repente y pasas de hacer pie a una profundidad de diez metros, con visibilidad nula... y la orilla contraria puede parecer cercana pero a veces no lo está y pueden fallar las fuerzas", relata.
Con precaución y prudencia podremos pasar a salvo un verano atípico, coinciden los expertos.
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