La virulencia de las imágenes de los altercados grabadas durante la pasada semana en el marco de las manifestaciones contra las restricciones de movilidad aplicadas por el Gobierno central y los Ejecutivos autonómicos sobrecogieron a la ciudadanía. Saqueos, lanzamientos de bengalas, quemas de contenedores y agentes heridos fueron la tónica de unos acontecimientos que han avergonzado a la mayoría de vecinos de Sevilla, Burgos, Logroño, Barcelona, Madrid, Bilbao y otras localidades españolas en las que también se han producido incidentes violentos.
Pero lo que más ha llamado la atención ha sido la edad de los participantes. En el caso de la capital riojana, donde un grupo de personas destrozó y desvalijó una conocida tienda del centro de la ciudad, fueron detenidos ocho individuos, todos ellos de nacionalidad española, vecinos de Logroño y con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años, tal y como informó el domingo la delegada del Gobierno en La Rioja, María Marrodán. Cinco de ellos ingresaron este martes en prisión y el resto pasarán a disposición del Juzgado de Instrucción número 1, donde se seguirán investigando los hechos.
A pesar de que la manifestación no fue comunicada y que, por lo tanto, "no estaba autorizada", sí se encontraba en el punto de mira de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que conocieron la convocatoria gracias a mensajes compartidos en las redes sociales. Esta movilización vino precedida por las concentraciones de los días anteriores de los hosteleros riojanos, en las que éstos reclamaban la reapertura de los bares y restaurantes, que llevan cerrados desde el viernes 30 de octubre. Los jóvenes que cargaron contra una tienda de ropa actuaron aprovechando la celebración de la protesta del sábado, pero la mandataria socialista descartó, por el momento, que los detenidos estuviesen vinculados con alguna ideología extremista.
Fuentes del Ministerio del Interior han indicado a El Independiente que, "con los elementos que tenemos hoy, y a expensas de que las pesquisas que se puedan llevar a cabo den sus frutos, no parece que haya una concentración a nivel nacional o una organización predeterminada global", tanto en la concentración de la capital riojana como en las que se han dado en el resto del territorio nacional. No obstante, ha circulado a través de las redes sociales una captura de un tuit compartido por Pablo Lucini, responsable nacional de las Juventudes del partido de extrema derecha Democracia Nacional (DN), en el que alentaba a acudir a concentraciones en Barcelona, Valencia, Logroño y Zaragoza. La formación política, que se declara abiertamente "negacionista", rechazó el pasado domingo a través de su canal de Telegram que DN ni sus Juventudes tuviesen "nada que ver en los destrozos ni [en la] organización de [las] convocatorias".
A la vista de los daños producidos en el comercio de ropa, ninguna formación quiso dar un paso adelante para reivindicar la convocatoria de las concentraciones en Logroño. Todo lo contrario. De hecho, Vox La Rioja, que compartió una serie de tuits con imágenes y vídeos de los altercados previos al asalto a la tienda acompañados de las consignas "Logroño ante las imposiciones de Sánchez y de Concha Andreu -presidenta de la región-" y "España en conflicto por un Gobierno criminal", borró esos mensajes de sus redes sociales, para poco después publicar ese mismo contenido encabezado por las palabras: "¡Que quede claro! ¡Condenamos todo tipo de violencia! Manifestaciones pacíficas, sí. Caos, NO".
Por su parte, Barcelona fue el viernes y el sábado el escenario de dos manifestaciones con motivaciones diferentes. En el caso de la primera, comenzó siendo una concentración organizada por "sectores afectados por la crisis, que no eran violentos en absoluto", según declaran para El Independiente fuentes de los Mossos. "A partir de ahí, empezaron a agregarse" grupos "violentos de todos los perfiles: ultraderecha, entre ellos, viejos conocidos de la policía y gente violenta, como los Boixos Nois y grupos que tienen la violencia como sistema; a su vez, había también anarquistas, negacionistas… lo mejor de cada casa", indican.
Estos grupos "se desmarcan del origen de la concentración inicial y la gente va a reventar simplemente por el hecho de destruir, como otras veces ha pasado en Barcelona", afirman estas mismas fuentes. En la concentración del viernes hubo 15 detenidos y 30 heridos, de los cuales 23 eran policías: 20 mossos y tres guardias urbanos. "El primer día fue fuerte, porque no íbamos preparados para lo que nos encontramos. Era una concentración relativamente previsible, con gente normal, y sólo se convocó a orden público al grupo que estaba de turno de tarde", por lo que "no hubo refuerzos, no hubo una previsión ni un operativo complejo para prevenir disturbios. Se encontraron con la sorpresa. Por eso fue todo tan mal y por eso hubo los heridos y los destrozos que hubo", entre ellos, saqueos en dos tiendas.
"El segundo día, mucha menor intensidad; nada que ver". La protesta la convocaron grupos relacionados con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en contra de un desalojo de la Casa Buenos Aires, uno de los símbolos okupas de la ciudad. "Sólo hubo un detenido y causaron daños a una instalación del Ayuntamiento. Esto viene siendo lo normal", informan las fuentes policiales. A lo largo de esa jornada, "había cinco convocatorias muy distintas entre ellas y se hizo un operativo que quedó grande para lo que fue", expresan.
Los grupos radicales de todo signo acuden como moscas a la miel a esta serie de actos vandálicos. Tras los altercados del domingo en la zona centro de Málaga, han sido detenidos dos supuestos miembros de un grupo de extrema izquierda. Además, en el barrio obrero de Gamonal, en Burgos, los indicios apuntan a que los manifestantes pertenecían a grupos ultras de izquierda, aunque todavía no ha habido una confirmación oficial. Dos de las 400 personas que asistieron a la concentración han sido detenidas, una de ellas menor.
En Madrid, la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional terminó con los disturbios causados por varios grupos de jóvenes en media hora y la noche del sábado terminó con 33 detenciones, dos de ellas a menores de edad y 14 con antecedentes policiales, y el Samur-Protección Civil realizó 12 atenciones sanitarias, tres de ellas a agentes. Según declararon fuentes oficiales a Europa Press, el origen de estos altercados se le atribuye a un grupúsculo de ideología neonazi.
También en País Vasco se produjeron enfrentamientos en los que la Ertzaintza detuvo e investigó a 15 personas e identificó a otras 35 por desórdenes públicos desde el jueves 29 de octubre en Bilbao, donde se dieron los primeros altercados, hasta las del sábado 31 de octubre en el municipio guipuzcoano de Mondragón, en Vitoria y, de nuevo, en Bilbao. Las autoridades supieron de las convocatorias de estas concentraciones -no comunicadas de forma oficial- "a través de las redes sociales". La Ertzaintza afirma en una nota de prensa que se trataba de "concentraciones negacionistas" a las que asistieron "en su mayoría por personas jóvenes contraria a las nuevas medidas sanitarias para luchar contra la pandemia de la Covid-19".
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