CaixaProinfancia lleva quince años promoviendo el desarrollo social y educativo de los niños y jóvenes en riesgo de exclusión. Trabajando en red con las administraciones y más de 700 entidades sociales de toda España, el programa de Fundación “la Caixa” actúa en el contexto familiar, escolar y comunitario de los menores con el objetivo de romper el círculo de la pobreza hereditaria, favoreciendo su bienestar personal y material y garantizando su acceso a una educación de calidad en igualdad de condiciones.
La última publicación impulsada desde el programa se ha realizado conjuntamente entre la Universidad Ramon Llull y la Universidad de Deusto, por un equipo liderado por Jordi Longás, Jordi Riera, Rosa Santibáñez y Josu Solabarrieta. El informe desarrolla un estudio exhaustivo sobre La infancia en situación de pobreza ante la pandemia COVID-19. Casi 6.000 niños, jóvenes y padres y más de 2.500 profesionales de las entidades que trabajan con CaixaProinfancia han participado en el estudio.
Más vulnerables en pandemia
Sus conclusiones confirman que la pandemia ha supuesto un agravamiento de las condiciones de vida de los hogares en situación de pobreza relativa. También ponen en evidencia una serie de brechas que pueden incrementar la vulnerabilidad y frenar el progreso educativo de niños y jóvenes.
La mitad de las familias participantes en el programa CaixaProinfancia han tenido apuros para disponer de productos para la prevención, como mascarillas o desinfectantes, durante la crisis sanitaria. Además, una de cada tres tiene o ha tenido dificultades en la alimentación y ha percibido un deterioro en el bienestar emocional de sus miembros. Vinculado a la precariedad económica, un 30% de familias muestra angustia o desesperación ante la situación y el futuro, y un porcentaje similar registra situaciones de violencia intrafamiliar.
El acceso a las herramientas necesarias para una educación de calidad también se ha deteriorado. El 30% de las familias encuestadas no dispone de ningún ordenador o tablet que permita a los hijos hacer las tareas escolares, algo más del 15% de los menores tiene problemas de conexión frecuentes o habituales, y más del 33% de los hogares no cuenta con un lugar adecuado donde poder hacerlo en condiciones que favorezcan la concentración.
Respaldo humano y educativo
Con frecuencia, en los hogares en riesgo de exclusión, los padres no son capaces de ayudar a sus hijos en el desarrollo de las tareas escolares, debido fundamentalmente a su bajo nivel de formación. Una carencia que afecta a la mitad de las familias encuestadas y que resulta especialmente negativa cuando los alumnos alcanzan la educación secundaria. Es ahí cuando el papel de los educadores que trabajan en las entidades colaboradoras de CaixaProinfancia se revela fundamental.
A ellos, según el informe, acuden mayoritaria y preferentemente –más del 50%– los menores en busca de ayuda, por delante de sus padres u otros familiares. Además, el 97,2% de los alumnos valoran positivamente el trabajo de acompañamiento de estos profesionales. Este dato corrobora la eficacia del trabajo que realizan las entidades y el valor que niños y jóvenes dan al vínculo que establecen con ellos.
Un vínculo que durante la pandemia fue más importante que nunca. Lo explica Mayte Celeiro, educadora social de referencia de CaixaProinfancia en Vigo y coordinadora para Galicia, Asturias y Cantabria. «Siempre digo que las familias del programa han sido unas privilegiadas, porque todos los días, por teléfono o videollamada, o a domicilio cuando ha sido necesario, en situaciones de violencia intrafamiliar o violencia de género, han tenido a un profesional de referencia a su disposición, además de ayudas extraordinarias en aspectos como la alimentación. El apoyo de Fundación “la Caixa” fue muy importante y lo sigue siendo».
La importancia de los referentes
Mayte es una de las voces que participan en Oportunidades, episodio del podcast Voces del progreso de Fundación “la Caixa”. En él conversa con Laia Cortés, asesora pedagógica y coordinadora del programa Tienes Talento, una innovadora iniciativa educativa para identificar el talento en niños entre seis y doce años; y Ángel Quesada, estudiante de Comunicación y beneficiario de CaixaProinfancia.
Aunque CaixaProinfancia lleva solo seis años implantado en Galicia, «ya se observa el impacto», subraya Celeiro. «Chicos y chicas a los que acompañamos desde pequeños, que tenían conflictos y dificultades de integración en el barrio, el entorno o el aula, están en bachillerato y van a acceder al ciclo superior gracias a tener unos referentes y una interacción diaria con el programa. Esto genera un vínculo, un modelaje y un aprendizaje social muy importantes».
Y los números lo avalan: tres cuartas partes de los participantes en CaixaProinfancia mejora su rendimiento escolar y un 85% se gradúa al acabar la ESO, una tasa muy parecida a la media nacional. Además, menos de un 1% de los estudiantes de bachillerato que han recibido apoyo escolar abandonan los estudios. Y el 78 por ciento de las familias aumenta su implicación y participación en la vida escolar y académica. «Somos importantes también para las familias», señala Mayte. «Siempre que sea posible, los primeros referentes deben ser los padres» y familiares. «Ellos mismos se dan cuenta», confirma Laia Cortés. «Nos dicen: 'ayúdame a ayudar a mi hijo'. Involucrar a las familias es vital».
Acompañamiento y confianza
«A todos nos condiciona dónde hemos nacido, el barrio, el entorno, las amistades, la familia», prosigue Cortés, «pero la educación tiene un papel muy importante, y ahí está el reto de los educadores y las personas que acompañamos a los jóvenes: en ser capaces de darles otra mirada más allá de lo que han conocido, de ofrecerles la oportunidad de ver las cosas de manera diferente. Es un cambio de mentalidad que no es fácil; pero cuando a un niño le muestras que hay otras opciones, se consigue ese clic que les permite salir del círculo» de la pobreza heredada.
Fue el caso de Ángel Quesada. Este joven procedente de una familia desestructurada logró sobreponerse a la muerte de su hermana y de su madre a base de voluntad y esfuerzo personales, y gracias al trabajo realizado en la Ludoteca Margarida Bedós de Sabadell. Este centro pionero en Cataluña lleva más de 40 años ayudando a niños y jóvenes a desarrollar valores y habilidades a través del juego. Para Quesada fue fundamental tener el referente de los educadores del centro, establecer un vínculo con ellos y recibir su apoyo y acompañamiento. «Son clave para el desarrollo personal», asegura.
Desde 2007, más de 330.000 niños y 191.000 familias –cerca de la mitad monoparentales– se han beneficiado de los servicios y prestaciones de CaixaProinfancia, a través de las líneas ProEducación y ProSalud. En estos años, Fundación “la Caixa” ha destinado más de 624 millones de euros al programa, lo que supone una aportación media por niño de 1.800 euros. «Invertir en la infancia debería ser una prioridad», defiende Ángel, «porque la infancia determina lo que vas a ser en el futuro».
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