Es una suerte de ‘camada’ nacida de la evolución de la sociedad española y que la pandemia ha disparado. La población de perros como mascotas o animales de compañía no ha dejado de aumentar en los últimos años. Lo ha hecho hasta duplicarse respecto a la existente en 2010. La ‘España perruna’ es hoy mucho más numerosa que la ‘España infantil’. Y la distancia no deja de crecer. El cambio de modelo familiar, el incremento de la soledad y los hogares unipersonales, la caída de la natalidad y el cada vez mayor apego y cercanía hacia los animales han contribuido a ello.

Gráfico informativo sobre el abandono de perros en España.
Gráficos El Independiente

Según el Instituto Nacional de Estadística en España existen 4,5 millones de niños y niñas menores de 10 años. Hace tres lustros esa franja de población era mucho mayor: 5,2 millones. En comparación con el mundo de las mascotas, la evolución ha sido muy diferente. En particular la de los perros, cada vez mucho más presentes en nuestros hogares. En España existen registrados 9,2 millones de perros como animales de compañía, según datos de la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC). Hace quince años apenas alcanzaban los 4,7 millones. En la actualidad uno de cada cuatro hogares cuenta con un perro.

El análisis más detallado permite descubrir que también hay dos realidades que crecen al calor de este fenómeno: el drama del abandono animal que apenas remite y que aún afecta a 170.000 perros al año –según la Fundación Affinity–, y los canes que cada vez más viven ‘a cuerpo de rey’. La industria de la veterinaria, la alimentación y los complementos caninos sigue al alza y ofrece ya un catálogo casi inagotable de servicios y cuidados de alta gama para perros; desde guarderías hasta vuelos en primera clase, hoteles de lujo, peluquerías caninas y todo tipo de productos, complementos y servicios.

Receta contra la soledad

Combatir la soledad es una de las razones más habituales para adquirir o adoptar un perro. En España existen 4,9 millones de hogares unipersonales, según el INE. Tras la pandemia el incremento de adopciones y adquisición de mascotas de compañía se ha disparado. Además de perros, los españoles han comenzado a incorporar otro tipo de mascotas, fundamentalmente gatos y, en menor medida, hurones. En el primer caso, la población de gatos supera ya el millón de felinos, 1,2 millones según datos de REIAC. En tercer lugar, entre las mascotas censadas en España aparecen los hurones: 51.127 en nuestro país. Este censo de mascotas es, en realidad, sólo una estimación, ya que no todos los dueños cumplen con la obligación de registrar a sus animales.

“Antes el animal de compañía se entendía más como una herramienta. El perro vigilaba y el gato cazaba. A día de hoy es alguien más de la familia. Es la evolución de la sociedad que tenemos. Mucha gente joven se plantea no tener hijos, pero cuando vienen a mi consulta veo que dan a su mascota unos cuidados equiparables a los que se daría a un hijo”, asegura Verónica Araunabeña, presidenta del Consejo de Colegios Veterinarios de Cataluña y con más de tres décadas de experiencia en el ámbito veterinario.

Entre 1.000 y 1.400 euros al año

Tener un perro, además de responsabilidad, requiere disponer de ciertos recursos.  Según datos de la Real Sociedad Canina de España (RSCE), los gastos anuales que supone mantener adecuadamente un can oscilan entre los 1.000 y los 1.400 euros. Si la mascota es un gato el desembolso desciende hasta los 986 euros, según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Los gastos principales que detalla la OCU desde que se adquiere un perro van desde los iniciales, la revisión previa a su inscripción para documentarlo con un microchip y otros gastos que oscilan entre los 200 y los 400 euros. A ellos suma el seguro de responsabilidad civil obligatoria que puede oscilar entre los 50 y los 500 euros, según raza y cobertura. Además, están los gastos de alimentación, compra de complementos –juguetes, cama, comedero- y la higiene, que se estima entre 200 y 500 euros. A todos ellos se añaden los costes por cuidados en servicios de urgencias y revisiones veterinarias.

“Creo que existe una mayor responsabilidad en los procesos de adquisición de mascotas. La compra de animales exóticos, por ejemplo, ha caído mucho, no se dan tanto de alta como hace unos años. Pero no debemos olvidar que sigue habiendo abandonos y que las protectoras de animales continúan saturadas”, asegura Araunabeña.

El lado más amable de las mascotas caninas está lejos del abandono. Más bien, se adentra cada vez más en el cuidado extremo, la atención disparada y la ‘humanización’ en la integración social. Eventos como las competiciones de peluquería canina, los concursos de belleza, las playas y piscinas para perros, los hoteles caninos o los negocios con todo tipo de complementos son otro síntoma de la gran penetración que el mundo canino ha logrado en España y en Europa.

Aviones, guarderías, playas...

En la localidad alicantina de Ondara, junto a Dénia, se encuentra el mayor resort canino de España con 63.000 m2 de terreno. Un resort para dejar al perro cómodamente o para pasar unos días con él alojados en una cabaña. Trust Resort cuenta con una piscina de mil metros cuadrados donde no faltan los toboganes y en la que los perros pueden campar a sus anchas junto a sus dueños. El resort tiene espacio para una residencia de perros, campo de entrenamiento de agility, cabañas para quienes pasan días con los perros y la estrella del lugar el Aguacan. La piscina en la que los visitantes se pueden bañar con sus canes.

La demanda creciente de espacios libres para perros ha llevado incluso a Google Maps a elaborar un mapa de playas en España en las que los perros son bienvenidos. En ella se detallan las fechas y horarios en los que se puede hacer uso de los arenales.  

'Lolo', un galgo, descansa en una guardería canina. Esta raza registra una alta tasa de abandono.

En la oferta de servicios, el último en Estados Unidos supera los conocidos hasta ahora. La compañía ‘Bark Air' (Air ladrido) ofrece vuelos para perros. Su lema lo dice todo: “Primero vuelan los perros”. La iniciativa, impulsada por la compañía dedicada a alimentación y productos caninos, ofrece a los animales vuelos en primera clase en los que no faltan toallitas calientes, cócteles perrunos, juguetes, cremas hidratantes y espacio en el que pueden moverse sin correas.

Pero los servicios más demandados son algo más sencillos. Encargarse de pasear o cuidar al perro es uno de ellos. En España empieza a ser más común ver personas dedicadas a pasear a perros ajenos. Un servicio procedente de otros países y que comienza a extenderse. Es parte de lo que hacen en la ‘Guaurderia’. Sus impulsoras, María Novo e Irene Doblas, ofrecen una suerte de ‘centro de día’ en el que cuidan a cerca de una treintena de perros. Situada en el barrio de Chamberí de Madrid, cada mañana dueños y dueñas que no quieren dejar solos en casa a sus perros mientras ellos acuden a trabajar los dejan en sus manos.

Cataluña, la más 'perruna'

En algunos casos la entrega se produce después de haber dejado a sus hijos en el colegio cercano. “Esto es como una guardería de niños, pero de perros”, resume de modo sencillo María. Son estancias de jornada completa o de medio día. Además de cuidar a los animales, los sacan a pasear y juegan con ellos: “Esta necesidad existía. La idea la vimos en Londres y Amsterdam, donde lleva años este tipo de servicios. Ahora hay más concienciación y a la gente le preocupa dejar doce horas solo a su perro”.

El perfil de sus clientes también es significativo. Fundamentalmente parejas jóvenes, sin hijos o personas que viven solas: “Suelen ser personas que trabajan jornadas largas, que cogen un perro pensando que será fácil y ven que ladran en casa, que los vecinos se quejan, que tanto tiempo solos pueden dañar la casa o que cuando tú llegas agotado a casa ellos te esperan para jugar”. Una ‘guardería’ de perros tiene su coste. En este caso, 315 euros mensuales por jornada completa y 206 euros por media jornada. La tarifa por un día de guardería completo es de 23 euros.

España es un caso algo singular en Europa. La radiografía de animales de compañía muestra que existen diez perros por cada gato en nuestro país. En cambio, en los principales países del continente ‘el rey’ es el gato. Francia tiene el doble de gatos que perros como mascotas, en Suiza son el triple y en Alemania, Bélgica, Italia o Rusia también los felinos son un animal de compañía mucho más extendido que los canes.

Cataluña, con 1,2 millones de perros encabeza la lista de Comunidades Autónomas, según los datos de REIAC. Tras ella figura Valencia, con 963.000 perros y Madrid con poco más de 666.000. La lista de gatos como animales de compañía también la lidera Cataluña, con 270.423, seguida por Madrid, con 261.000 y Andalucía con 246.000. La que es la tercera mascota más demandada, los hurones, está más presente en Castilla La Mancha, con 17.500, seguida de Andalucía con 10.800 y Madrid con 8.600.

340 millones de mascotas en Europa

En términos europeos el mapa de mascotas es variado. Según el informe anual de la FEDIAF suman 340 millones de mascotas, con los gatos como los más numerosos: 127 millones en toda Europa. Los perros alcanzan los 104 millones, seguidos por los pájaros (53 millones), los pequeños mamíferos (29 millones), los peces (22 millones) y los animales de tierra (11 millones).   

Una población de animales especialmente numerosa a la que se sigue maltratando en muchos casos. Los últimos datos confirman que en este campo aún queda mucho por hacer. Por el momento la Fundación Affinity es la única que documenta estos casos. En su último informe concluye que sólo el año 2022 las perreras recogieron más de 170.000 perros abandonados por sus dueños, además de casi 116.000 gatos. Estas cifran muestran que, pese a las reformas legales y a las campañas de concienciación de los últimos años, el abandono se ha reducido apenas un 6% desde 2019.

“En esta cuestión no hemos cambiado mucho”, se lamenta Sonia Brena , responsable de la Fundación Apasos, relacionada con la protectora de animales SOS Bilbao. Asegura que a pesar de que en diciembre de 2021 el Código Civil se reformó para que los animales no fueran considerados objetos sino “seres sintientes”, y por tanto con un grado de protección reconocido, “aún persiste esa idea antigua de que los perros no son seres sintientes”: “Por eso persiste el maltrato, el abandono. Las tasas de abandono llevan estables desde 2013”, recuerda.

¿Bienes de consumo?

Desde 2018 esta fundación gestiona un centro de acogida y rehabilitación canina en Sopuerta (Bizkaia). Por allí pasan a diario casos de maltrato y abandono: “El año pasado sacamos adelante 80 perros y 90 gatos vía adopción”, apunta. “En esta cuestión se ha mejorado., Cuando yo era pequeña apenas se pensaba en ir a una perrera para adoptar. Ahora esa idea se ha generalizado, incluso tiene buena prensa”.

Para Sonia existe otra cara de la moneda que no deja de crecer, la mercantilización de los animales. La Federación europea que agrupa a la industria de alimentos para mascotas, FEDIAF, cifra en 150 las compañías de este sector y en 200 las plantas de producción que emplean a 118.000 personas de modo directo. “Por un lado no se les quiere considerar bienes de consumo, pero todo lo que se ha generado lleva a considerarlos así. Se promueven negocios que poco tienen que ver con la consideración de seres sintientes. Sus necesidades muchas veces poco tienen que ver con la que nosotros creemos para ellos. Se está llevando todo al exceso. Con los perros creo que se están generalizando negocios absurdos”.

Además de compañía, durante mucho tiempo el perro ha sido una moda, una mascota con elementos más estéticos que de otro tipo. “Aún hay compras por mero capricho, por el aspecto, por el ‘qué bonito’. Es algo en lo que se trabaja para que no ocurra. Pese a que las adquisiciones responsables han aumentado, aún hay razas que se adquieren más que otras por pura moda”, asegura Araunabeña. La presidenta del Consejo de Colegios de Veterinaria de Cataluña apunta que además de los perros mestizos, sin raza, los que más se adquieren ahora son los Chiuaua, el Border Collie y el Caniche: “Hay razas que se compran por su estándar de belleza y que en muchos casos luego se abandonan por los problemas que dan en su comportamiento o problemas físicos. Por eso la adquisición debe ser resposnable. No todo el mundo puede tener un Border Collie, está muy de moda pero es un perro hiperactivo que necesita un cuidado y un ejercicio muy particular”.

En sentido similar se pronuncia Sonia. Afirma que las modas en muchos casos derivan en abandonos posteriores. “Lo vemos en las perreras. En el caso de Euskadi, por ejemplo, se puso muy de moda el Pastor Belga Malinois, un perro muy complicado de manejar. Pasó antes con los Pit Bulls y otros perros que se pusieron de moda. Eso lleva a que muchos críen esas razas de moda, que luego no logran colocarlas y empiezan los problemas y los abandonos”.