El amparo de la Iglesia era espiritual y económico. Las monjas de Belorado lo sabían, pero optaron por romper con la Iglesia de Roma y situarse décadas atrás, en tiempos preconciliares previos a 1958 y precipitar con ello su expulsión y excomunión. Ahora, las exclarisas se han constituido en asociación -Asociación Santa Clara de Belorado- y necesitan financiación. Los dulces y trufas que les hicieron muy populares ya no son su vía de ingresos y por el momento, “para poder subsistir” han creado un ‘cepillo’ digital, un 'crowdfunding' con el que desde hace dos días intentar recabar apoyos en forma de donativos. El objetivo es lograr 20.000 euros.

De nuevo quien lidera el enésimo movimiento de la rebelión de las monjas de Belorado es su exabadesa, Laura García de Viedma quien asegura de este modo intentan salir delante de lo que considera una campaña de desprestigio iniciada contra ellas, tanto por parte del propio Arzobispado de Burgos como de los medios de comunicación. Denuncia que han sido víctimas de “insultos, calumnias, desamparo, aniquilación de la buena fama y coacciones” por un paso dado para abandonar la Iglesia de Roma que consideran un "acto de facto de fe y fidelidad a la Santa Tradición Secular de la Iglesia Una, Santa Católica y Apostólica".

En su escrito García de Viedma señala que lo recaudado será para financiar los gastos ordinarios de la comunidad y concluye con un "Que Dios se lo pague". Hasta el momento han logrado recaudar 1.221 euros gracias a 25 donativos, en muchos casos de donantes procedentes de otros países y en otros incluyen mensajes de apoyo a las religiosas excomulgadas.

Incluso apunta a que se está produciendo un intento de “usurpación” de sus propiedades con la amenaza de desahucio del convento de Belorado en el que aún se encuentran. Inicialmente el Arzobispo de Burgos, Mario Iceta, les dio de plazo hasta comienzos de este mes para que abandonaran el monasterio, advertencia que las religiosas ya avanzaron que desoirían.

"Asfixiadas económicamente"

Las religiosas excomulgadas afirman en un comunicado que se encuentran “asfixiadas económicamente”. Denuncian que se ha detectado “una usurpación ilegítima de las cuentas bancarias pertenecientes a nuestra comunidad (hoy asociación) sin que medie procedimiento judicial alguno que justifique dicha intervención”. También aseguran que se les quiere presentar como “deudoras y caprichosas, lo cual dista mucho de nuestra realidad y nuestra conducta habitual”. Añaden “enfáticamente” que siempre han asumido sus responsabilidades financieras y que hasta la intervención del Arzobispado estaban “al corriente de todas nuestras obligaciones financieras”.

Al contrario de lo que asegura el Arzobispado de Burgos, aseveran que han hecho frente a todas las facturas generadas en el monasterio, “hemos asumido la responsabilidad de todas las facturas generadas por nuestra comunidad”. El Arzobispado reveló el pasado día 9 que la comunidad de Belorado dejó un saldo en deudas de 42.000 euros. Las facturas, apuntaron, en algún caso se remontan a gastos de hace más de dos años.

Ahora la asociación de religiosas recuerda que el arzobispo Iceta, al que no citan expresamente, y quien hoy ejerce la responsabilidad de gestionar el monasterio y sus cuentas,  estuvo implicado en el escándalo de Caja Sur, “resulta especialmente alarmante que la persona que ahora está a cargo de nuestras cuentas haya sido previamente sancionada por el Banco de España debido a irregularidades en la gestión de cuentas de terceros”. Por todo ello, reclaman que se inicien investigaciones para esclarecer “los hechos denunciados y se restablezca la legítima titularidad y gestión de nuestras cuentas bancarias.

Sin dinero ni tutela

Las exclarisas ya denunciaron antes de concluir el plazo para que reconsideraran su posición y no ser excomulgadas, que no podían hacer frente a sus gastos. Desde el Arzobispado se negó que no se les dejara mantenerse y se les recordó que se les facilitaría los medios económicos suficientes para su mantenimiento ordinario si así lo solicitaban a los nuevos gestores del monasterio.

En aquella ocasión la cantidad reclamada fue similar, 21.000 euros, a la que ahora se intenta recabar a través de la recaudación de apoyos vía ‘crowdfunding’. La campaña de recaudación concluirá en apenas 27 días y hasta ahora ha logrado aportaciones de entre 1 a 200 euros. El nuevo pulso en la rebelión de las religiosas se suma a la ruptura incluso con la Pía Unión del falso obispo Pedro de Rojas, ante quien inicialmente decidieron aceptar su tutela.