Se ha tomado su tiempo, pero Carlos Vermut ha respondido por fin a las acusaciones de agresión sexual vertidas a través del diario El País por tres presuntas víctimas en enero de este año. Y no solo se ha explicado, sino que ha decidido denunciar al diario El País, a su directora, Pepa Bueno, y a los periodistas que firmaron los artículos – Gregorio Belinchón, Ana Marcos y Elena Reina– por las "graves difamaciones y calumnias" vertidas en ellos. Lo ha anunciado a través de un comunicado emitido por Novalex, Boutique Legal, firmado por él mismo y por la mediática abogada Guadalupe Sánchez Baena.

Embarcado en un "proceso de recuperación emocional y económica", el director de Magical Girl, Quién te cantará o Mantícora asegura haber necesitado "tiempo para asimilar la situación y encontrar la manera de explicármela a mí mismo antes de poder explicársela a los demás". Un tiempo "fundamental para abordar el asunto con la calma y serenidad necesarias, permitiéndome desarrollar una respuesta legal y mediática sólida frente a las gravísimas acusaciones publicadas por El País".

Vermut, que asegura que "todas las relaciones sexuales y prácticas en las que he participado a lo largo de mi vida han sido siempre consentidas" y que nunca ha obligado "a nadie a hacer algo en contra de su voluntad ni he utilizado mi posición laboral de manera coercitiva", incide en que pese a las acusaciones publicadas por El País, "hasta la fecha no se ha formalizado ninguna denuncia ni se ha iniciado ninguna investigación en mi contra".

"Parcial y carente de contexto"

El director, que fue contactado por los periodistas y cuyas palabras aparecen en el primero de los artículos publicados, explica asimismo que recabaron su testimonio sin informarle de los detalles de las acusaciones y proporcionándole una información "parcial y carente de contexto". Básicamente, sostiene, fue engañado. "Durante nuestras conversaciones, que se extendieron por más de media hora y a las que accedí de buena fe, negué de manera rotunda las acusaciones en mi contra, manteniendo siempre una actitud respetuosa y sin mostrar la arrogancia con la que luego fui retratado".

Carlos Vermut se muestra especialmente decepcionado con uno de ellos, Gregorio Belinchón, a quien "consideraba una persona de confianza, alguien con quien creí que podría matizar mis palabras sin temor a que fueran manipuladas y sacadas de contexto para ofrecer al lector una imagen distorsionada de mí".

Y concluye con una reflexión sobre los procesos mediáticos en marcha asociados al llamado movimiento Me Too y sus epígonos. Aunque comparte "la necesidad de cuestionar y erradicar comportamientos inaceptables, no solo en la industria del cine", Carlos Vermut condena que esto se construya sobre "el miedo a la cancelación o a ver carreras destruidas". "Asumo la posibilidad de tener que abandonar mi carrera si todas las puertas se cierran, pero si eso sucede, quiero hacerlo con la tranquilidad de haberme despedido con dignidad".

El comunicado finaliza con una exposición legal a cargo de su abogada, en la que explica haber recibido "instrucciones de mi representado para ejercitar cuantas acciones judiciales puedan asistirle conforme a Derecho contra quienes han proferido y/o publicado tan graves difamaciones y calumnias", citando expresamente a El País y los periodistas responsables, empezando por su directora, "así como contra cualquier otra persona o entidad que reproduzca las mismas en el futuro".