La transición hacia una movilidad más sostenible con el medio ambiente está en pleno auge, algo de lo que los coches eléctricos son una parte fundamental de esta revolución. Sin embargo, para sacar su máximo provecho, es importante comprender en detalle cómo es la carga de los coches eléctricos en casa.

Porque es cierto que los coches eléctricos han ido ganando en capacidad de cubrir kilómetros con una sola carga y ya es habitual encontrar modelos que superan los 500 km, pero en cualquier caso es importante conocer algunos descubrimientos que pueden ser interesantes para este fin.

Uno de ellos está en la carga de estos coches eléctricos en nuestra casa. O, mejor dicho; de lo que nos conviene para que el vehículo esté siempre cargado mientras lo dejamos guardado en el garaje.

A estas alturas, sabemos que la recarga de los vehículos enchufables (eléctricos o híbridos) podrá llevarse a cabo en el domicilio, en el lugar de trabajo o en los puntos de carga públicos. Pero también es verdad que a día hoy tiene importantes contratiempos, como todavía su largo tiempo para ofrecer una autonomía amplia.

Por eso puede ser interesante que instalemos un punto de carga en casa para coches eléctricos, haciendo no solo porque los tiempos de llenado puedan ser mucho menores que en los puntos públicos, sino que ofrezcan además una mayor seguridad.

Ubica el punto de carga para coches eléctricos tu propia plaza de garaje

En la actualidad, y gracias la cada vez mayor ubicación de este tipo de vehículos en nuestras calles y ciudades, existen numerosas redes que pueden facilitarnos mucho el acceso a puntos de recarga, incluso, plataformas colaborativas que permiten a los usuarios compartir su cargador cuando no lo están usando.

Todo ello nos lleva al mismo punto: antes o después necesitaremos contar con un punto de recarga en casa. Y para hacerlo, podemos realizar su instalación tanto al aire libre como en interior, aunque si contamos con un garaje cubierto puede ser hasta más gratificante. Básicamente, las opciones se resumen en disponer una plaza de aparcamiento propia.

Disponible para hacerlo tanto al aire libre como en interior (tipo garaje comunitario), el equipo instalado debe poder soportar las inclemencias del tiempo. La toma de corriente o el cargador deben estar conectadas al cuadro eléctrico de la vivienda con protecciones eléctricas dedicadas al dispositivo de carga instalado. Esto se traduce en la potencia que podemos tener contratada en nuestra casa.

No necesitas permiso, pero sí avisar a los vecinos

Desde que en 2014 se publicase el Real Decreto 1053/2014, todos los edificios o estacionamientos de nueva construcción, están obligados a incluir la preinstalación eléctrica específica para la carga de coches eléctricos. De esta manera, se favorece la instalación de futuros cargadores.

Ahora bien; en caso de que tu edificio sea antiguo y no cuente con una preinstalación hecha, tienes derecho a realizarla sin pedir permiso a tus vecinos, pero sí que tendrás que avisarles, esto siempre y cuando el cargador se instale en una plaza individual de garaje.

O lo que es lo mismo; que mientras lo ubiques en tu plaza y te encargues del coste, no necesitas el permiso de nadie. Sin embargo, sí que deberás informar a la comunidad de vecinos.

¿Cuánta potencia necesito?

La potencia mínima de carga de los coches eléctricos es 2.3 kW, aunque se recomienda contar con al menos 3.6 kW de potencia. La opción más recomendada y utilizada es contar con un punto de recarga de 7.4 kW de potencia.

Así, si un día hacemos más kilómetros y consumimos más batería, al día siguiente podrás tener el coche totalmente cargado.

Por ejemplo, una batería media de un coche eléctrico de 35 kWh tarda en cargarse completamente unas 15 horas con una potencia de 2.3 kW. Si disponemos de una potencia de 3.5kW el tiempo de carga es de 10 horas y se reduce a menos de 5 horas con una potencia de recarga de 7.4 kW.

¿Qué tipos de cargadores existen para casa?

Hay dos tipos de cargadores que puedes instalar en casa:

  • Cargadores de pared. Se instalan en la pared y ofrecen una carga más rápida que las tomas de corriente domésticas. Suelen tener una potencia de entre 3,7 KW y 22 KW.
  • Cargadores portátiles. Son dispositivos que puedes llevar contigo para cargar el coche en cualquier lugar. Suelen ser cargadores más lentos que los de pared y es recomendable que se usen solo para emergencias o viajes largos.

¿Qué enchufe se necesita?

Los coches eléctricos no se cargan con los enchufes convencionales de tu hogar. Bien se podría hacer, pero las horas de carga serían infinitas y probablemente de un día para otro aún no estaría llena su batería. Esto, especialmente en los coches de más potencia, los más modernos. Así, en su lugar, requieren enchufes especialmente diseñados para la carga de vehículos eléctricos.

Existen enchufes para coches eléctricos de diversos tipos y tamaños en función de la región y la normativa vigente. Entre los más comunes se encuentran los cargadores de Tipo 1, de Tipo 2, CHAdeMO y CCS. Asimismo, existen cargadores específicos de determinadas marcas de nuestro vehículo.

Es aquí donde se aconseja adquirir un modulador de vivienda que balancee la potencia máxima disponible en la instalación eléctrica de tu hogar. Esto garantiza que la carga de tu coche eléctrico no sobrepase la capacidad de tu sistema eléctrico, y asegura que cualquier energía no utilizada por tu vivienda se dirija al cargador del vehículo eléctrico. Una medida esencial para evitar sobrecargas y mantener la seguridad de tu instalación eléctrica.

Cuánto cuesta poner un punto de carga de coches eléctricos

Es recomendable consultar con la compañía eléctrica para determinar el tipo de instalación con el que cuentas en tu casa o garaje, o simplemente revisar la factura de electricidad para verificar la potencia contratada.

Porque tener una instalación trifásica puede permitir una carga más rápida, pero es importante tener en cuenta que esto puede resultar en un aumento considerable en el coste mensual de la factura de luz.

A ello, el precio de poner un punto de recarga particular o comunitario en un garaje, puede variar notablemente entre los 300 y los 1.500 euros dependiendo del equipo seleccionado y la dificultad de instalación.