La OCU, la Organización de Consumidores y Usuarios, sigue analizando productos que tienen bastante demanda en el mercado para ofrecer toda la información al respecto. En este caso le ha tocado a la cerveza con limón, un producto que tiene mucha aceptación por su baja graduación de alcohol y su sabor refrescante por su tono afrutado. O al menos eso creíamos.

De hecho, el consumo de cerveza con limón, suele ser cada vez mayor. Ya no solo durante los meses de verano, cuando se dispara, sino cada vez más durante cualquier época del año.

La OCU advierte que el contenido real de limón en estas cervezas es mínimo

No obstante, ha sido la propia OCU la que ha advertido que el contenido real de limón en estas bebidas es mínimo, e incluso inexistente en algunos casos. Además, en ciertas ocasiones, estas cervezas resultan menos ligeras de lo que se podría pensar.

La gran mayoría de los fabricantes de cerveza han lanzado ya sus versiones con limón, las conocidas como Shandys o Radler. Pero esto no es nuevo, desde hace décadas en los bares se han servido cervezas mezcladas con gaseosa o refresco de limón, las populares 'claras' o 'claras con limón'.

Aunque pueda parecer un invento español, la realidad es que las Radler se inventaron en Baviera, en Alemania, el principio del siglo XX, durante una carrera ciclista, al mezclar cerveza con limonada.

Mientras que las Shandy proceden de Inglaterra, donde varios siglos atrás elaboraban una cerveza con jengibre, que posteriormente se cambió por limonada. Hoy en día la realidad es diferente, pues el tradicional zumo de limón ha pasado a ocupar un lugar solo testimonial, y eso en el mejor de los casos.

"No son lo que parecen", señaló la OCU. "Tienen poco limón y mucho refresco con azúcar", añadían. La entidad cuestiona que estas cervezas sean una alternativa más sana frente a la cerveza convencional. A pesar de que tienen menor contenido alcohólico, su composición incluye más azúcares y, por lo tanto, más calorías.

Las Shandy no contienen nada de limón, solo de aromas añadidos

Hablamos de cervezas del tipo Shandy, que tienen un contenido alcohólico inferior al 1%, no contienen limón en absoluto; el sabor cítrico proviene únicamente de los aromas añadidos.

Por otro lado, las cervezas tipo Radler, aunque sí contienen limón, rara vez superan el 4%, con un contenido que oscila entre el 0,4% en Damm Lemon y el 5% en Radler Ambar o Radler Saerbrau (Carrefour).

Este tipo de cervezas incluyen muchos azúcares y están lejos de ser naturales

Todas ellas incluyen azúcares que, al combinarse con el alcohol, aumentan significativamente su valor calórico. Esto es especialmente notable en las Radler con alcohol, que tienen entre 2 y 3,2 grados de alcohol, y aportan en promedio un 12% más de calorías que una cerveza clásica, llegando a unas 145 kcal por lata.

En contraste, las cervezas con menor contenido alcohólico, como las Shandy, tienen un promedio de 110 kcal por lata, un 15% menos que una cerveza tradicional, mientras que las Radler 0,0% se quedan en 89 kcal por lata, lo que representa un 32% menos.

Es importante resaltar que el sabor cítrico que define a las cervezas Radler y Shandy no es el resultado de una generosa adición de zumo de limón, sino más bien de la presencia de saborizantes y edulcorantes. Unos ingredientes que son los que realmente determinan el perfil de sabor de estas bebidas, lo que significa que, en muchos casos, estamos consumiendo una bebida que está lejos de ser natural.