Si te ha tocado quedarte fuera del centro de tu ciudad por no tener la etiqueta correcta en tu coche, presta atención. La DGT no siempre ha sido precisa al asignar las etiquetas medioambientales a los vehículos. En algunos casos, tu coche podría tener derecho a una etiqueta mejor y, por tanto, a menos restricciones de circulación.

Antes de pensar en cambios, echa un vistazo a la ficha técnica de tu coche, busca el número de bastidor y, si te queda alguna duda, pregunta directamente al fabricante. No hay necesidad de volverse loco con trámites largos, ya que si tienes la información correcta, todo puede fluir mucho más rápido.

La DGT creó esta clasificación con la idea de premiar a los vehículos más respetuosos con el medio ambiente, pero se ha basado en la fecha de matriculación y no tanto en las emisiones reales de CO2. Las consecuencias son que muchos vehículos recibieron una etiqueta errónea. Si te das cuenta de que tu coche puede tener derecho a una mejor, es hora de mover ficha.

El proceso de las etiquetas

La clave para entender las etiquetas es que se dividen en función de la antigüedad de tu coche, pero también de la normativa de emisiones que cumple. Así que aquí te dejo un resumen rápido de las etiquetas:

  • Sin etiqueta: coches de gasolina anteriores a 2001 y diésel antes de 2006.
  • Etiqueta B: gasolina desde 2001 y diésel a partir de 2006.
  • Etiqueta C: gasolina a partir de 2006 y diésel desde 2015.
  • Etiqueta ECO: híbridos no enchufables o vehículos de gas.
  • Etiqueta Cero: eléctricos y algunos híbridos enchufables.

Cómo cambiar la etiqueta del coche si está mal

Si ya tienes claro que tu coche debería tener una etiqueta mejor, toca hacer algunos trámites. El primer paso es pedir un certificado de emisiones al fabricante de tu coche. Esto lo puedes hacer en cualquiera de sus concesionarios, pero tiene un precio que oscila entre 100 y 150 euros, así que tenlo en cuenta. Con el certificado en la mano, debes ir a una Jefatura de Tráfico para actualizar la información técnica de tu vehículo en el registro oficial. Este paso tiene un coste adicional de unos 8,67 euros.

Una vez completados los pasos anteriores, tienes que comprar la nueva etiqueta en un centro autorizado o por internet, lo que no es complicado ni caro. Luego, toca quitar la antigua pegatina de tu parabrisas y colocar la nueva en su lugar.

En total, todo el proceso te puede costar unos 150 euros, pero ten en cuenta que hay otra opción, que es pasar por la ITV, aunque esto suele salir más caro. En cualquier caso, el objetivo es claro, cambiar tu etiqueta te permitirá evitar muchas restricciones en las ciudades y moverte con mayor libertad.

Muchos propietarios se han quejado por tener que costear el cambio de pegatina. El fallo de la DGT a la hora de asignar los distintivos lo han pagado los conductores, ya sea por el cambio de distintivo o por las restricciones que han sufrido de circulación.

Así que, si crees que tu coche está más etiquetado, no dudes en intentar cambiar la pegatina. Gracias a este paso vas a poder ahorrarte restricciones en las grandes ciudades y evitar multas por despistes. El cambio puede costar un dinero, pero te saldrá rentable si con ello evitas tener que pagar cualquier tipo de sanción.