La Guardia Civil ha avisado del peligro que existe en una carretera ubicada en las inmediaciones de la ciudad de Burgos, cerca de la cual se encuentran residuos en forma de siete kilos de clavos.

La alarma es general entre los conductores, quienes ya han aportado testimonios de pinchazos en esa carretera. Mientras tanto, se inicia la investigación por parte de la Guardia Civil, el temor existente a sufrir daños en los neumáticos queda ahí para los usuarios de esta carretera

Aparición de clavos en la carretera.

Pero en los últimos meses, un camino que comunica las localidades de Burgos con Cardeñadijo, Carcedo de Burgos y Cardeñajimeno ha pasado a denominarse la carretera de los pinchazos. Los vecinos y conductores habituales han notado un ascenso significativo en la cantidad de pinchazos, hasta el punto de que la Guardia Civil ha iniciado una investigación del fenómeno.

Detalles de la investigación

Las autoridades han ingresado entre seis y siete kilos de clavos recogidos entre las cunetas y la calzada. Ello ha hecho que las diferentes opciones para los conductores pasen por huir de esta carretera, en la medida de lo posible, por miedo a exponer sus vehículos a daños severos.

La Guardia Civil ha declinado informar del tema directamente, pero sí han afirmado que las indagaciones avanzan favorablemente. La inquietud por este tema sigue aumentando, ya que no es sólo una cuestión para los vehículos, sino que las estadísticas que ofrece la DGT avalan la idea de que el riesgo de accidente aumenta cuando obliga a un conductor a que se detenga y emprenda camino a pie sobre la calzada. Este tipo de accidentes tiene lugar en carreteras donde la infraestructura no da opción a paradas seguras.

Consecuencias de la presencia de clavos en la carretera

El potencial de los clavos en la carretera no solo es un grave peligro para la integridad de los usuarios de la carretera, sino que además tiene graves repercusiones económicas. Los pinchazos provocados por aquellas son un gran inconveniente para muchos automovilistas que tienen dificultades para reparar sus vehículos.

Consecuencias económicas por los pinchazos

Un gran motivo de preocupación es que los automóviles contemporáneos no cuentan con rueda de repuesto como parte de su equipamiento habitual, a la vez que los usuarios de los mismos desde hace tiempo han ido tendiendo a equiparse con kits de reparación que no suelen adaptarse a los daños provocados por clavos o tornillos, por todo lo cual deben recurrir a la mecánica para resolver su problema, o, en el peor de los casos, sustituir el neumático dañado, que implica gastos y problemas de tiempo.

Una de las conclusiones de la comunidad local es que uno de los tramos de carretera más problemáticos es el acceso a Burgos, sobre todo en el puente de conexión con la A-1 y con la BU-11. Esto suele llevar a muchos automovilistas a optar por caminos alternativos para evitar los pinchazos, lo que a su vez congestionan otras vías, pero que significa problemas para la comunidad local en donde viven los usuarios. La carretera que es cercana a la ciudad de Burgos ha llevado a la Administración a incrementar sus esfuerzos para esclarecer el origen de los clavos.

El avance de la investigación hará que la Benemérita logre dar con la identidad de los autores, así como con la detención de esta práctica que compromete la seguridad de conductores y peatones.

Mientras continúa la investigación sobre cómo han llegado estos elementos punzantes en la carretera, la Benemérita ha emitido un aviso de precaución a los conductores que residan en la proximidad del lugar o que vayan a transitar por esta carretera durante los próximos días. Del mismo modo, ha emitido un mensaje de advertencia sobre los peligros que puede corresponder encontrarse con clavos en las carreteras, ya que a priori estamos hablando de pinchazos que en un caso extremo llegan a reventones en los que se puede comprometer parte de la seguridad de los conductores, de los ocupantes de los vehículos, así como de los otros vehículos que estén circulando.