La DANA sin nombre que el pasado martes arrasó Valencia ha costado la vida a más de 200 personas. Muchas de ellas murieron tratando de rescatar sus vehículos de la riada. Y han sido precisamente las imágenes de coches arrastrados y amontonados como juguetes en calles, barrancos y rieras las que han ilustrado la magnitud de la tragedia. ¿Pero qué sucede con ellos? ¿Adónde va a parar esa ingente cantidad de automóviles convertidos en chatarra en cuestión de minutos?

Este lunes, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, informaba a través de su cuenta de X/Twitter que el Consorcio de Compensación de Seguros ha recibido en solo cinco días más de 46.000 solicitudes de indemnización. Un número que aumenta minuto a minuto a un ritmo sin precedentes, y de las cuales al menos la mitad corresponden a vehículos, tal y como confirman a El Independiente desde la Secretaría de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa. A modo de ejemplo para calibrar la dimensión del siniestro, la DANA de 2019 se cerró con 70.000 reclamaciones.

El Consorcio de Compensación de Seguros es una institución singular. Se trata de un organismo público dependiente del Ministerio de Economía pero financiado con dinero privado, destinado a cubrir aquellos riesgos extraordinarios que las compañías no pueden afrontar con la mutualización ordinaria entre sus clientes y que exige una mutualización a nivel nacional.

Estos riesgos considerados extraordinarios son cinco: terremotos, vientos de más 120 kilómetros por hora, erupciones volcánicas, atentados terroristas e inundaciones. Y el Consorcio los cubre con una cuota obligatoria incluida en las primas de todos los seguros contratados en España.

Desguaces y campas habilitadas

Además de abonar las correspondientes indemnizaciones, el Consorcio también es responsable de diseñar la operativa para organizar la recogida de los vehículos y la valoración de los daños. En este caso se han establecido 69 puntos específicos en la provincia de Valencia adonde son trasladados, mediante grúas y camiones portacoches, los automóviles que se van retirando de las zonas siniestradas. Se trata de todos los desguaces de la provincia que no se han visto afectados por la DANA y de varias campas habilitadas a tal efecto en las inmediaciones del desastre.

Una vez allí son sometidos a peritaje. El Consorcio ha movilizado a más de 400 peritos –entre profesionales propios y de Unespa, la patronal que agrupa a las compañías aseguradoras– para que acudan a estos puntos a levantar una ficha preliminar de los daños de cada vehículo, independientemente de si ya hay presentada una solicitud por parte de su propietario. Luego, esas fichas se cotejan con las solicitudes recibidas. Los peritos se ponen en contacto con los titulares y les informan de la ubicación del coche y de los daños, que en la mayoría de los casos superará el 75% del valor del vehículo y motivará que sean declarados, por tanto, siniestro total.

Durante 2023, los centros autorizados de tratamiento de vehículos procesaron en España algo más de 600.000 unidades. Aunque los daños totales de la DANA en el parque móvil levantino están aún por cuantificar, sus desastrosas consecuencias van a suponer un considerable pico de actividad en los desguaces de la región y un aumento de las piezas originales y reutilizables disponibles que talleres y particulares suelen adquirir para la reparación de coches.