La llegada del frío hace inevitable tener que poner en marcha la calefacción, pero en ocasiones pequeños descuidos o malas prácticas hacen que la factura se dispare y que el confort no mejore. Saber encender y emplear la calefacción de una forma adecuada puede hacer que ahorres un buen dinero.

Errores comunes que aumentan la factura de calefacción

A la hora de poner la calefacción sin tener en cuenta ciertas consideraciones concretas pueden acabar saliendo más caro de lo que piensas. A veces, podemos fijarnos en detalles simple sobre el cuidado que debemos de tener con los radiadores o con el control del horario. Después de esto, te contamos lo errores más frecuentes, así como la forma de abaratar la factura de calefacción.

Qué hacer con los radiadores

Uno de los errores más frecuentes es cubrir los radiadores o colocar objetos delante de ellos, y aunque en algunas ocasiones queramos secar las prendas más rápidamente o ahorrarnos un espacio, el resultado final es que el calor no se distribuya bien y haga que el sistema tenga que trabajar más para alcanzar la temperatura necesaria. Es preferible que los radiadores permanezcan despejados y se eviten todo tipo de obstrucciones para que el calor fluya y se mantenga el consumo.

Consejos para gestionar el horario óptimo

Mantener la calefacción encendida las 24 horas puede no ser la mejor alternativa. Cada vez son más las personas que piensan que su uso en baja intensidad durante todo un día es más eficaz y no lo contrario, y que puede llevar en realidad a un gasto superfluo. Un truco muy simple es programarla para que se ponga en marcha únicamente cuando estés en casa, también ajustarla para que funcione a una temperatura adecuada, sobre los 20 grados, y así será posible mantener el microclima de las estancias cómodamente caliente y disfrutar de un menor gasto.

Evitar derroches de energía

Dejar el termostato a máxima potencia para calentar rápidamente la casa es otro error que muchos cometen en este aspecto. Al fin y al cabo la calefacción funcionará todo lo rápido que pueda. En vez de esto, lo mejor es fijar una temperatura moderada constante y permitir que la calefacción funcione según sea necesario. Además, si te vas a ausentar, no te olvides de bajar un poco el termostato o incluso apagar la calefacción para que no trabaje en balde.

Mantenimiento y cuidado de la calefacción

El mantenimiento del sistema de calefacción en un estado óptimo también es fundamental para el correcto funcionamiento del sistema y para que consuma menos energía. El mantenimiento no tiene por qué resultar difícil, pero no debes olvidar alguna tarea básica.

Mantener radiadores en perfecto estado de funcionamiento

Purga antes de la llegada del frío los radiadores porque pueden traer aire acumulado y no calentar bien. Purga los radiadores para que circule mejor el agua caliente y así aumentar la eficiencia y bajar el consumo, y revisa de forma periódica que no haya fugas ni problemas de las tuberías.

El papel del termostato en la regulación del consumo

Un termostato puede llegar a convertirse en tu mejor amigo para controlar el consumo de calefacción. Asegúrate de regular el termostato a la temperatura que realmente necesites. En este caso no es útil contar con un termostato que sea muy caro, te puede valer con un termostato sencillo programable que te ayudará a controlar cuándo y cómo se enciende la calefacción y, así, impedir que funcione en momentos innecesarios.

Optimizar el consumo de calefacción

Si quieres evitar sorpresas en la factura, es importante que optimices el consumo de calefacción, y en este sentido una buena opción es la de optar por algún tipo de calefacción que sea eficiente o bien combinar el sistema de calefacción central y radiadores eléctricos en habitaciones que se utilizan poco. También es importante que las puertas y ventanas estén bien cerradas para impedir que se escape el calor y así, conseguir mantener el ambiente cálido sin necesidad de aumentar la temperatura, con lo que lo puedes conseguir y también reducir el gasto.