Realizar un testamento puede parecer algo más distante o superfluo para muchas personas, pero en realidad es un paso importante a tener en cuenta para comprobar que la distribución de su patrimonio se haga de acuerdo a sus deseos. Si bien por tradición asociamos el testamento con las personas mayores o con personas gravemente enfermas, la verdad es que su realización a tiempo hará que ahorres muchos problemas y, también, que ni el testador ni sus herederos tengan que lidiar con ellos.

Edad mínima para hacer un testamento

Testamentos notariales y ológrafos: diferencias y requisitos

En España, la edad mínima para llevar a cabo la realización de un testamento varía en función del tipo de documento:

  • Testamentos notariales: Puedes realizar uno a partir de los 14 años y, efectivamente, todos ellos son otorgados ante notario, el cual se asegura de que estos cumplan los requisitos legales.
  • Testamentos ológrafos: únicamente pueden ser de los mayores de 18 años y en este caso, el testador es el que escribe el documento de su puño y letra, pero debe cumplir con ciertas formalidades para que sea válido.

Capacidad mental y otras restricciones

No sólo por razón de edad, sino también por razón de la capacidad mental del testador. Así por ejemplo, una persona que ha sido declarada judicialmente incapaz de testar tendrá que requerir un permiso o autorización para poder testar conforme disponen las resoluciones judiciales. En casos excepcionales, como la epidemia, la ley contempla que los testigos puedan verificar la aptitud del testador cumpliendo determinadas condiciones.

Importancia de hacer un testamento

Seguridad y tranquilidad para todos

Un testamento no cuida únicamente de lo que tienes, también se preocupa por las personas más queridas. ¿Por qué? Porque si dejas escrito cómo quieres que se repartan tus bienes, evitas molestias por malas interpretaciones, discusiones familiares, interminables trámites, etc. Un testamento es la forma de hacer posible que, en el caso de que pase alguna de estas cosas imprevistas, tus voluntades se cumplan.

Flexibilidad: cambiarlo todas las veces que quieras

Uno de los aspectos más satisfactorios de los testamentos es que son modificables. Es decir, puedes ponerlo al día tantas veces como quieras, adaptándolo a los cambios que vas teniendo a lo largo de tu vida: matrimonio, nacimientos de los hijos, adquisición de nuevos bienes, etc. El nuevo testamento que realices anula al antiguo. Y no es necesario que lo hagas del conocimiento de los futuros herederos.

Cuándo y por qué deberías hacer tu testamento

No es cuestión de edad, sino de circunstancias

Si bien las disposiciones legales especifican edades mínimas para hacer testamento, el momento más adecuado para redactar un testamento varía dependiendo de tus circunstancias personales. Si tienes hijos, posesiones, un patrimonio que quieras proteger, etcétera, no importa lo joven o mayor que seas, hacer un testamento puede ser una herramienta muy importante.

Hacer un testamento es sencillo y asequible

Contrario a lo que puedas pensar, dar un testamento es un procedimiento rápido, sencillo y poco costoso. Por un precio que suele situarse en un rango de entre 40 y 60 euros, puedes dejar claras tus intenciones y hacer que tus herederos ahorren dolor de cabeza. En cambio, fallecer sin un testamento obliga a hacer una declaración de los herederos que puede elevarse por encima de los 300 euros y complicar el trámite para adjudicar los bienes.

Qué pasa si no haces testamento

Herencias intestadas y problemas legales

Si bien es cierto que si falleces y no dejas testamento, la ley establece cómo debe repartirse tu patrimonio, mediante la llamada sucesión intestada. Es decir, la herencia se divide en la legítima, en un tercio de mejora y en un tercio de libre disposición.

Llegados a este punto, hay que relacionar lo anterior con las herederos forzosos, puesto que tanto la legítima como el tercio de mejora deben necesariamente ser asignados a los herederos forzosos.

El cónyuge podría quedar desprotegido: Si no lo dices en el testamento, no vas a beneficiar a quien debe ser tu pareja, con lo cual su participación en la herencia será mucho menor de lo que años atrás establecías.

Y es que redactar un testamento, más que un meramente un trámite legal, es un acto de responsabilidad respecto de uno mismo y hacia personas que, de otro modo, quedarían afectadas.