Una vez ha pasado la resaca de la final de Champions, con el feliz desenlace que significó para todos los madridistas, es el momento de analizar los insólitos acontecimientos que destaparon la incapacidad de la UEFA y las autoridades parisinas para garantizar la seguridad de los asistentes al Stade de France.
Los problemas en las inmediaciones del escenario de la final no fueron ajenos al fútbol, obligando a retrasar más de media hora el inicio del partido. Una avalancha de aficionados sin entrada se agolpó a las puertas del estadio de Saint-Denis y, en algunos casos, consiguieron colarse saltando las vallas.
El caos provocó que asistentes con entrada se quedaran sin pasar e incluso hubo incidentes con la policía que se vio desbordada y tuvo que recurrir a la fuerza para frenar el avance de la multitud.
En un comunicado, la UEFA culpó a la venta de entradas falsas el bloqueo que sufrieron los hinchas del Liverpool para entrar al estadio. "Como el número de personas que se encontraban fuera del estadio seguía aumentando tras el inicio, la policía les dispersó con gas lacrimógeno y les obligó a salir del estadio. La UEFA se solidariza con los afectados por estos hechos y revisará urgentemente estos asuntos junto con la policía y las autoridades francesas, así como con la Federación Francesa de Fútbol", termina.
Pero lo peor no fueron los altercados con la policía, como se esperaba con tantos aficionados ingleses que viajaron sin entrada. Grupos de franceses organizados quisieron aprovechar el descontrol para realizar robos, agresiones e intimidaciones tanto a los aficionados ingleses como españoles.
"Nunca vayas a un partido de fútbol en París. Terrible experiencia esta noche con bandas de ladrones robando teléfonos, bolsos, boletos: estábamos horrorizados y nuestros hijos también. Era la ley de la jungla, con los aficionados del Liverpool y el Madrid en pánico y la policía francesa sin poder hacer nada", relata el empresario Martin Varsavsky en su cuenta de Twitter.
Lo cierto es que el barrio de Saint-Denis se convirtió en una absoluta ratonera. Como relata Varsavsky, la zona en la que se ubica el estadio escogido por la UEFA para la final dio la sensación de ser "un verdadero peligro". "Hay muchedumbres robando a los espectadores. Les roban las entradas, los teléfonos, las carteras. A nosotros nos robaron dos de las 4 entradas pero teníamos las fotos y en la Taquilla X nos las devolvieron", relató.
Sin embargo, si la entrada al recinto fue conflictiva, la salida lo fue más. "Nunca hasta hoy vi una ciudad tan desbordada por la delincuencia y el caos. Nada que ver con la París de la final contra el Valencia", denunció el periodista de El Mundo Vicente Ruiz.
La especialista deportiva Irene Junquera también dio cuenta del miedo que pasó en su cuenta de Instagram. "El estadio está en un barrio muy complicado y tienes que ir andando hasta la civilización. Había mucha gente organizada para robar y atracar, a unos amigos les han quitado el móvil. Estábamos pasando miedo, no había luz, eran todo callejones, la gente se había dispersando y estábamos solas", contaba sobre un viaje de vuelta al hotel que tomó casi cuatro horas.
Pese al resultado de la final, parte de ese trayecto lo hicieron juntos aficionados españoles e ingleses, que trataban de protegerse en grupos lo más grandes posibles para evitar altercados, según relatan numerosos aficionados anónimos en redes sociales.
También entre los ingleses, furiosos por que la UEFA tratara de culpar a sus hinchas del caos con los retrasos del choque.
"De vuelta en el hotel. Todo el camino vigilando por encima del hombro. No creo que vuelva a París, para ser sincero. Espero que todo el mundo esté a salvo", del medio Sport Bible. Otros se refirieron a París como una ciudad "jodida". "He visto cosas esta noche que se quedarán conmigo mucho tiempo. Mujeres y niños llorando tras ser gaseados, ancianos y jóvenes a los que locales les han arrancado las entradas de la mano. No volveré a París", escribía otro usuario. La lista es interminable.
Más allá del resultado, para muchas personas que se desplazaron a la capital francesa para ver ganar la decimocuarta a su equipo, lo vivido anoche fue un auténtico esperpento. Según el medio francés Le Parisien, se produjeron 68 detenciones y 174 heridos por los altercados ocurridos en el entorno de Saint-Denis.
Las carencias de seguridad provistas por la UEFA y las autoridades parisinas generan serias dudas sobre la idoneidad de París para albergar eventos multitudinarios a tan solo dos años de que la capital francesa ejerza como sede oficial de los Juegos Olímpicos de 2024.
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