Un paso más cerca y un rival menos. Argentina ya está en cuartos de final del Mundial de Qatar después de eliminar a la sorprendente Australia por 2-1. La diferencia entre ambos equipos ha parecido insalvable durante buena parte del choque, aunque Australia ha logrado inquietar a la Argentina de Leo Messi a pocos minutos del final después de un gol de rebote y de tener una ocasión clarísima en el descuento. Los oceánicos se despiden de Qatar con una meritoria actuación, igualando su mejor resultado histórico después haber sido capaces de superar una fase de grupos que les encuadró con Francia, Dinamarca y Túnez. Argentina avanza a la ronda previa a las semifinales, donde se jugarán el pase con Holanda.
Los primeros 10 minutos del partido fueron suficientes para adivinar cuál sería el guion del resto del encuentro mientras el 0-0 luciera en el marcador. Argentina acaparaba el esférico durante prácticamente todo el tiempo, algo que no preocupaba a Australia, que replegaba todas sus líneas y defendía sin fisuras. La pregunta era cuánto iba a tardar Messi y compañía en desnudar el entramado aussie.
La respuesta fue 36 minutos y el protagonista el de casi siempre, Lionel Messi. El '10' rescató un balón suelto en el área después de una falta lateral que el mismo puso en juego y, a una velocidad solo a su alcance, acomodó la redonda a su zurda y anguló su remate con un pase a la red.
Poco más sucedió en los metros decisivos en toda la primera parte, en la que a Argentina le valió con una pincelada de Messi para encarrilar su clasificación a cuartos de final. Además de la ventaja, el gol -en el único disparo a puerta de los 45 minutos iniciales- cambiaba por completo el plan del partido, ya que era Australia la que tenía que proponer y buscar a Argentina, que de esta manera podría gozar de más espacios.
Un error de Ryan, impropio de unos octavos de final de un Mundial, sirvió en bandeja el 2-0 para Argentina. De Paul presionó al guardameta australiano, que se hizo un lío y perdió un balón en su propia área que aprovechó Julián Álvarez.
El choque parecía muerto. Australia no ofrecía argumentos suficientes para hacer temblar a los de Scaloni, sin embargo, el fútbol siempre da una opción. Si por algo se ha carecterizado Australia durante su estancia en Qatar ha sido por su capacidad para sacar el máximo rendimiento a lo que tiene, y así ha sido. Una segunda jugada después de un balón largo permitió un tiro lejano de Australia que rebotó en Enzo Fernández y se envenenó hasta las mallas que protegía Dibu Martínez. El 2-1 daba vida a Australia, que con poca creatividad y mucho oficio metió el miedo en el cuerpo a millones de argentinos.
El mariscal de la defensa, el gigantón Harry Soutta, se mudó a territorio argentino y peinó todos los balonazos que recibió de sus compañeros. La fórmula, poco vistosa pero muy efectiva, a punto estuvo de llevar el encuentro a una prórroga que minutos antes parecía imposible. Primero Beich, que se internó en el área de Argentina con un eslalón prodigioso y llegó a tirar a pocos metros de la meta, y después Kuol, que recogió un balón suelto en el descuento y Dibu Martínez achicó para ser uno de los héroes de Argentina en el partido.
La victoria de Argentina por 2-1 mete a los de Scaloni en cuartos de final y cierra el primer emparejamiento previo a las semifinales. El Holanda-Argentina se jugará el próxima viernes 9 de diciembre a las 21.00 horas en el Estadio Lusail.
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