El cierre repentino de los colegios el pasado marzo obligó a profesores, alumnos y padres a adaptarse a un sistema distinto y en gran medida improvisado. La formación online llegó forzada por la crisis del coronavirus e hizo concluir el curso a millones de alumnos desde casa.
En septiembre, el curso arrancó de manera presencial en algunas de las etapas y con semipresencialidad , especialmente en los niveles más altos. El impacto en la educación aún está por evaluar.
Sin embargo, el impacto socioemocional de los meses del confinamiento en profesores y alumnos sí se ha analizado. Lo ha hecho la Fundación SM, a través de su Instituto de Evaluación IDEA, en un proyecto que ha recogido información de más de 160.000 alumnos y 20.000 profesores de colegios públicos, concertados y privados.
Es el proyecto Volvemos a clase, que coordinado por el catedrático emérito de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, Álvaro Marchesi, catedrático emérito de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, ha analizado la realidad del confinamiento con el objetivo de aportar a los centros información útil para el futuro.
La enseñanza a distancia, el doble de dura para los profesores que para los alumnos
La enseñanza a distancia ha sido mucho más complicada para el profesorado que para los alumnos, pues el 64% de los profesores confesó que le había costado frente al 31% de los alumnos.
Según los responsables del estudio, que se realizó a través de encuestas anónimas, esta disparidad está relacionada con que el esfuerzo de los profesores ha sido el responsable de que los alumnos se hayan podido sentir satisfechos con el sistema.
Los profesores valoran más la enseñanza presencial que los alumnos
Aunque tres de cada cuatro alumnos prefiere ir a clase antes que aprender desde casa, este porcentaje se eleva al 95% en el caso de los docentes.
Nueve de cada 10 profesores creen que los alumnos aprenden más en clase que en casa, algo que solo comparte el 54% de los alumnos.
Tampoco profesores y alumnos valoran igual el sistema de evaluación
A la hora de valorar los sistemas de evaluación que confinamiento, el 85% de los alumnos dijo estar satisfecho frente a sólo el 35% de los profesores.
Los responsables del informe creen que tal vez el profesorado reflejó en estas apreciaciones su disgusto con la enseñanza a distancia, mientras que los alumnos valoraron positivamente la adaptación del sistema de evaluación a la complicada situación del confinamiento. Para los profesores, la adaptación no valoró adecuadamente el aprendizaje del profesorado.
Los profesores (76%) están más preocupados por los alumnos (52%) por el riesgo de contagio en los centros, algo que según el análisis tras el estudio se relaciona con la mayor edad de los profesores y mayor anticipación y conocimiento del riesgo.
Dificultades de los alumnos
El 12% de los alumnos carecieron de un espacio para estudiar en el que no les molestaran y un 2,4% afirmó que no había tenido acceso a un ordenador, tableta o móvil.
En los barrios de rentas medias y bajas uno de cada tres alumnos tuvieron que compartir o no tuvieron ordenador, un porcentaje significativamente más bajo (23%) en los barrios con mayores rentas. Las carencias de dispositivos eran mayores en primaria que en niveles educativos superiores.
Según los datos del informe Volvemos a clase, la mitad de los alumnos de dedicaron entre una y tres horas al día en aprendizaje y el tiempo dedicado fue mayor en los barrios de renta alta.
El 7% de los alumnos dijo que un familiar con el que convivía se había infectado de coronavirus y un 17% de los estudiantes señaló que al menos uno de sus padres o tutores había perdido su trabajo durante el confinamiento. En las rentas bajas esto le había sucedido al doble de niños que en los barrios de rentas altas.
Respecto a su salud emocional, el 29% de los alumnos dijo haberse sentido desanimado e intranquilo y el 26% triste. Los mayores, de Bachillerato y Formación Profesional, fueron los que peor se sintieron (41% desanimados y 37% tristes), además un 40% tuvo dificultades para dormir.
Los alumnos de primaria son los que afirmaron volver con mayor ánimo al centro y tenían, además más ganas de ver a los profesores y compañeros.
La visión de los profesores
Ocho de cada 10 profesores afirmó disponer de un espacio para trabajar sin molestias, aunque el 26% reconoció que tenía que compartir el ordenador de trabajo. Más de la mitad dedicó más de siete horas diarias al trabajo aunque el porcentaje fue significativamente mayor en los profesores de secundaria (61%) que de infantil (37%).
Tres de cada cuatro se sintió agobiado por las exigencias laborales y al 68% la situación le generó bastante estrés. El 46% dijo sentirse triste y un 41% manifestó haber pasado dificultades para dormir.
Más de la mitad tuvo muchas dificultades para conciliar trabajo y familia y el 4% dijo haberse contagiado.
Aunque siete de cada 10 valoraron que habían podido responder de forma satisfactoria a las necesidades de los alumnos.
El 84% de los profesores volvió con ánimo al centro y un porcentaje mayor, del 96%, volvió con ganas de enseñar. Al 65% el confinamiento le ha cambiado su forma de enseñanza.
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