Detrás de cada beca hay una historia personal de superación y progreso. Una de ellas es la de Anxo Fernández. Con 26 años ha aprobado la prueba para Psicólogo Interno Residente (PIR). Con una discapacidad digestiva crónica desde su adolescencia, Anxo ha sido uno de los muchos alumnos con discapacidad que ha disfrutado de las becas universitarias que ofrece Banco Santander a través de la Fundación Universia para afrontar los primeros años de su carrera. Ahora comienza para él una nueva etapa de cuatro años de residencia en servicios de salud mental.

O la historia de Bea, que estudió en la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Su enfermedad neuromuscular hace que tenga poca fuerza, lo que le dificulta coger un libro, quitarse la chaqueta o trasladarse a la universidad. Pero no representa para ella una limitación a la hora de estudiar. Tras cursar Biología Humana y un máster en Análisis de Datos Ósmicos, prepara el doctorado. Cada año del grado y del máster, e incluso en sus estudios actuales, ha contado con el apoyo de estas becas.

Educación inclusiva de calidad

Fundación Universia lanzó en 2007 su primer programa de becas para estudiantes con discapacidad. Desde entonces, ha recorrido un largo camino: 2.400 becas estudiantes con discapacidad y más de tres millones de euros. El objetivo del programa, que acaba de cerrar la segunda convocatoria de su 16ª edición, es impulsar la empleabilidad de estos estudiantes y mejorar su acceso, progreso académico y movilidad con igualdad de oportunidades. Un proyecto con el que esta institución impulsa una Educación inclusiva de calidad, el número 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

Esta última bolsa de 210 becas para el curso 2021-22 está dirigida a estudiantes con discapacidad matriculados en estudios de grado, máster, doctorado, títulos propios universitarios, formación profesional, cursos de idiomas, formaciones relacionadas con cultura y deporte, oposiciones y ciclo formativo de grado medio y superior. La resolución se dará a conocer el próximo 20 de diciembre.

Récord de estudiantes con discapacidad

23.851 alumnos con discapacidad han estudiado en las universidades españolas durante el curso académico 2020-2021. Una cifra récord, según la última Guía de Atención a las Personas con Discapacidad en la Universidad 2020/21 que publica anualmente la Fundación. Este estudio muestra datos esperanzadores: los estudiantes con discapacidad matriculados en universidades españolas aumentaron en 1.033 personas el pasado curso, un 4,5 por ciento más que el año anterior. A pesar de que esta cifra no supone un crecimiento respecto al total de estudiantes del sistema universitario (se mantiene en el 1,4 por ciento), la tendencia al alza de los últimos tres años tras varios de descenso representa un nuevo avance en el camino hacia la inclusión.

Universia promueve también el talento diverso para lograr una sociedad más inclusiva, capaz de incorporar al mercado laboral a personas con distintos perfiles y capacidades

La publicación detalla las universidades españolas que cuentan con apoyo a estudiantes con necesidades educativas especiales (altas capacidades, dislexia o TDAH, entre otras) y proyectos de I+D aplicados a la inclusión. Además, facilita información sobre orientación académica y laboral, becas y ayudas, voluntariado, empleo y prácticas profesionales para estudiantes con discapacidad. Para ello, cuenta con la colaboración de 70 universidades españolas.

La guía incluye también los contactos de las áreas responsables del apoyo a las personas con discapacidad de las universidades y los servicios que ofrece cada una de ellas. Se trata de «ofrecer información y recursos que faciliten que el acceso a la universidad sea responsable con la diversidad, inclusivo y de calidad en cuanto a criterios de accesibilidad para las personas con discapacidad», señalan desde Fundación Universia.

Impulso al talento diverso

Fundación Universia promueve también el talento diverso para lograr una sociedad más inclusiva, capaz de incorporar al mercado laboral a personas con distintos perfiles y capacidades. Esta filosofía está impregnando cada vez más el trabajo de administraciones y empresas privadas. Un ejemplo es la colaboración que mantiene con Plena Inclusión para garantizar el acceso de las personas con discapacidad intelectual al ámbito del empleo público, al que les es especialmente difícil acceder, tanto de ámbito estatal como autonómico. Más de 5.500 personas se han beneficiado de este programa y han demostrado que todo se puede conseguir.

Además, cuenta en su página web con un espacio de vacantes de empleo y prácticas especialmente dirigidas a este colectivo. El año pasado, para mitigar el impacto de la pandemia sanitaria, lanzó el Programa de ayudas para autónomos por y para la discapacidad, con el que apoyó a 82 personas.