Un hombre de 40 años que tenía amenazada de muerte a su pareja ha sido detenido por la Policía Local de Málaga tras localizarlo oculto bajo el canapé de la cama del dormitorio de sus hijos.

Al arrestado, natural de Estepona (Málaga), le pesaba una orden de detención por quebrantamiento de condena, además de la presunta autoría de un delito de violencia de género con amenazas graves y el incumplimiento de dos órdenes de alejamiento con prohibición de comunicarse con su pareja.

A este hombre le constan más de cincuenta antecedentes por violencia de género, robo con fuerza, robo con violencia, allanamiento de morada y atentado a agente de la autoridad, entre otros, según han informado a Efe fuentes policiales.

Los agentes comenzaron a investigar este asunto después de que un agente del Grupo de Investigación y Protección (GIP) recibiera varias llamadas desde un teléfono desconocido, aunque luego colgaba y al devolverle la llamada saltaba el contestador.

Ante las sospechas de que pudiera tratarse de una víctima con protección, se siguió llamando varios días y terminó cogiendo el teléfono una mujer, aunque al ver que se trataba de la Policía colgó inmediatamente.

Tras llamarla otra vez, terminó identificándose como víctima protegida y manifestó que ese era su nuevo número de teléfono y que no tenía problemas, que su pareja no se encontraba en el domicilio y que todo había sido una equivocación.

Ante la actitud insegura de la mujer y en previsión de que pudiera correr algún peligro, dos dotaciones de la Policía se desplazaron a su domicilio y la víctima, en compañía de los dos hijos menores, les manifestó que su pareja se acababa de marchar.

La mujer reconoció que las llamadas las hizo debido a los problemas con su pareja, pero que había sido coaccionada y amenazada de muerte si denunciaba.

Tras inspeccionar la vivienda, los policías localizaron un bastón con punta metálica de aproximadamente un metro de longitud así como un objeto contundente de madera bajo la cama.

Los agentes ofrecieron a la víctima la posibilidad de mudarse a una casa de acogida, aunque declinó el ofrecimiento y se negó a denunciar los hechos por miedo a represalias.

Tres días más tarde, el pasado domingo, cuando el hombre ya tenía en vigor una orden de detención por quebrantamiento de condena, los agentes volvieron al domicilio para comprobar si la mujer estaba bien.

Al llamar a la puerta pudieron oír ruidos que provenían del interior y además la mujer tardó unos minutos en abrir, lo que les hizo sospechar de que el hombre podía estar dentro del inmueble.

Una vez dentro, los policías locales inspeccionaron el piso con el permiso de su propietaria, que en ningún momento llegó a reconocer que su pareja estaba allí.

En un momento determinado, escucharon un ruido que provenía del dormitorio de los niños por lo que solicitaron apoyo de una dotación, conocedores de la agresividad y peligrosidad del individuo, que en una intervención anterior se abalanzó hacia ellos con un arma blanca.

Finalmente fue descubierto en el interior del habitáculo de una cama nido y tras llevarlo a dependencias policiales ha sido puesto a disposición judicial.