La pérdida del DNI, además del quebradero de cabeza que supone, puede traer consigo un verdadero problema económico. El documento porta la clave para que un delincuente pueda hacerse con tus ahorros. En caso de dudar si nos lo han robado o lo hemos perdido, siempre es necesario interponer una denuncia ya que podríamos acabar siendo acusados de delitos que no hemos cometido.

Desde la suplantación de la identidad hasta aparecer que has comprado un coche sin haberlo hecho, son unos de los problemas con los que nos podemos encontrar. También hay casos en los que se adueñan de tu cuenta bancaria y realizan cobros fraudulentos, o financian artículos de precios altos. Todo ello sin que la víctima se entere.

Fue el caso de una ciudadana que consiguió que el Tribunal Constitucional reconociese el 6 de mayo de 2019 que se le habían vulnerado los derechos a la tutela judicial efectiva y a la presunción de inocencia. Mucha gente no llegan a denunciar el robo o la pérdida del documento y tuvo que demostrar su inocencia en diferentes zonas de España temiendo que hubiese sido víctima de más infracciones. Esto le llevó a solicitar el cambio de número de DNI, pero no está permitido en nuestra legislación. Pudo hacerle frente gracias a las seis denuncias que interpuso.

Ojo a las compras en Internet

Al realizar una compra por Internet y el pedido nunca llega, la víctima utiliza la documentación que le ha enviado el presunto vendedor para interponer una denuncia. En ella aparece un DNI aparentemente suyo, pero que realmente habría sustraído de forma previa. Ese documento de otra víctima ya estaría vinculado a un delito de estafa. La conclusión a la que han llegado las autoridades policiales es que nunca se debe facilitar nuestro documento de identidad, salvo que se trate de tiendas autorizadas.

En octubre de 2020, ocho personas fueron estafadas mediante esta técnica. A una de ellas le habían robado su cartera con toda la documentación y habían suplantado la identidad. Denunció el hecho ante la Guardia Civil, quien inició una investigación. Llegaron a la conclusión de que el responsable era un carterista residente en Alicante y se trataba de una banda organizada.